Margot comenzó a abrir sus ojos lentamente, parpadeó algunas veces para adaptar sus ojos al incandescente brillo de la luz.
Algunas imágenes fugaces de lo sucedido se atravesaban en su mente, el grito de Evan, la sensación del auto estrellándose contra su cuerpo, como Stephen corrió a ayudarla, luego imágenes de personas vestidas de verde y luego de eso ya no vió nada.
A medida que abría sus ojos escuchaba como todos los ruidos comenzaban a aclararse, y en base a ello notó que habían dos personas en la habitación, sus voces sonaban más claras y las palabras que decían cobraban sentido. Pero, a pesar de que todos sus sentidos se agudizaron, no lograba reconocer el lugar en el que estaba, y en ese momento recordaba algunas parte de lo sucedido anteriormente.
Intentó girar el cuello para ver quien más estaba en ese lugar pero lo único que logró, teniendo en cuenta ese cuello ortopédico que le provocaba mucha comezón, fue que saliera inconscientemente un pequeño gemido de dolor, lo que hizo que una de esas personas fuera hacia ella, mientras que la otra salió de la habitación sin más.
Stephen estaba de pie al lado de esa cama. Margot lo observó unos breves segundos y al instante lo reconoció, pero no logró reconocer al hombre que estuvo antes en la habitación.
—Stephen —susurró y él suspiró aliviado— ¿dónde estoy? ¿qué me sucedió?
—Estás en el hospital, Mar. Cuando cruzaste la calle un carro te golpeó, pero no sucedió nada -—respondió.
Margot intentaba que los hechos se acomodaran en su cabeza, pero lo primero que llegó a su mente fueron preguntas al ver que Cameron no estaba allí. Quizás Stephen no le avisó que ella estaba en el hospital, quizás sí y no le importó o estaba ocupado con sus negocios, o quizás estaría llegando.
La puerta de abrió, Margot esperaba que fuese Cameron, pero él no estaba allí. Era un hombre vestido de blanco, un doctor evidentemente.
—Señorita Thompson, tuvo mucha suerte. Si el auto hubiera ido un poco más rápido iba a tener consecuencias mucho peores —dijo observando algunos papeles que tenía entre sus manos.
—¿Peores? —dijo Margot con algo de preocupación.
—Su memoria podría haber desaparecido por completo o también haber reaparecido. Pero, por suerte, solo fue un golpe superficial, ningún hueso roto, sólo algunos moretones y raspones —dijo sin darle mucha importancia—. Pasará la noche aquí sólo por rutina y mañana podrá volver a su hogar.
El doctor salió de la habitación dejando a Margot sola con Stephen. Él murmuró "descansa" y se sentó en el sofá que guardando silencio. Ella observó como él usaba el celular, pensó en hablar pero se contuvo de hacerlo; se contuvo en preguntar donde se encontraba Cameron, en preguntar si sabía lo que sucedió y principalmente de preguntar si iría a verla.
Margot cerró sus ojos con la intención de descansar y si lo conseguía, dormir. Varias imágenes del accidente pasaron por su mente nuevamente, imágenes de Evan diciéndole que la extrañaba, pero de un segundo a otro las imágenes cambiaron completamente, eran algo dispersas, borrosas y al principio sin sentido, sin embargo, luego de pasar algunos momentos intentando ordenarlas para formar una escena coherente lo logró. Pero el lograr hacerlo la dejó estupefacta, el recuerdo llegó a su mente como un flash y al finalizar la escena abrió de repente los ojos.
Miró a Stephen, pero él continuaba sumergido observando su celular.
—Stephen, —lo llamó Margot y él al instante se acercó a ella— necesito ver a Cameron —dijo con la voz entrecortada.
—Claro. El señor Black me dijo que te llevara a su apartamento en cuanto salieras de aquí.
—No mañana. Stephen necesito verlo ahora mismo y si no me llevas con él iré por mi cuenta —intentó sentarse en la cama y Stephen colocó una mano en su hombro—. Por favor, Stephen, necesito verlo.
—Dígame lo que necesita, quizás la pueda ayudar —Stephen intentó hacer que volviera a acostarse pero no lo logró, Margot había conseguido sentarse en la cama.
—Recordé algo y Cameron esta involucrado en mi recuerdo —levantó la voz alterada e intentó levantarse de la cama pero Stephen se lo impidió.
Margot lo miró y volvió a sentarse en la cama. Esos inexpresivos ojos marrones la intimidaron.
Se acostó nuevamente en la cama y tomó su celular, que estaba sobre la mesa, notó que la pantalla estaba rota e intentó encenderlo pero no lo logró. Lo dejó sobre la mesa, dió un largo suspiro y miró a Stephen una vez más, se había sentado y otra vez usaba su celular sin prestar mucha atención a Margot.
—En el cajón de la mesa hay un obsequio por parte del señor Black —dijo Stephen sin mirarla.
Margot abrió el cajón y se encontró con un paquete de varios colores con un pequeño moño, sonrió y quitó el envoltorio del regalo. Se quedó sorprendida al ver que el regalo era nada más y nada menos que un teléfono de última generación. Margot lo observó y luego a Stephen, éste último le devolvió la mirada, como si estuviese analizando que haría y guardó su teléfono en el abrigo.