Varias voces se mezclaron en el oído de Margot, no estaba en sus cinco sentidos y le resultaba complicado diferenciar las voces, las palabras y a las personas que estaban alrededor de ella.
Sintió como su cuerpo era levantado y colocado en un lugar mucho más suave y cómodo que el suelo, pero no podía moverse ni decir nada, no podía articular una sola palabra por el dolor que sentía en, básicamente, todo su cuerpo. Los únicos sonidos que eran emitidos por su cuerpo eran gemidos causados por dicho dolor. Intentó articular la palabra Gracias pero no pudo hacerlo.
Sintió como su cuerpo era movido y posteriormente escuchó el ruido de unas puertas cerrándose.
Margot visualizó a un hombre, un joven muchacho, que hablaba con otro hombre y notó que el primero tenía su celular en las manos. Ella no entendía lo que sucedía. Pero un fuerte y punzante dolor apareció en su cabeza y la obligó a cerrar lentamente los ojos. Pero volvió a abrirlos ante los, delicados pero al mismo tiempo firmes, movimientos provocados por Connor. Ella sonrió débilmente al verlo y él suspiró aliviado.
Margot pensaba en lo que había sucedido hacía algunas ¿horas, minutos? Margot no sabía cuánto tiempo había estado prácticamente inconsciente en ese callejón. Pero el recordarlo hizo que algunas lágrimas corrieran por sus mejillas. Pero esas lágrimas iban más allá de la brutal golpiza que había recibido. Sus lágrimas siempre iban más allá de lo que le sucedía pero siempre terminaban en el mismo hecho, siempre terminaban en Cameron. Y esa vez no era la excepción.
Margot pensaba en Cameron, pensaba en ella y en la relación que había terminado antes de comenzar oficialmente. Pensaba en esa prueba de embarazo. Pensaba en el hecho de que Cameron no había salido detrás de ella, no la había detenido en el momento que pisó ese ascensor.
«Quizás no soy tan importante para él» ese pensamiento no abandonaba la mente de Margot y la hacia entristecer aún más. Y por ello se reclamaba mentalmente por ser tan vulnerable ante Cameron.
—Llévame a casa, no quiero estar con Cameron —dijo con la voz un poco entrecortada.
—Por supuesto, Mar, estamos a punto de llegar.
—¿No preguntarás por qué no quiero verlo? —Connor la miró y ella comprendió todo—. Tu amigo ya te dijo la noticia y por eso tu viniste por mi —respondió irónica.
Todo su rostro dolía demasiado, pero era un dolor soportable a comparación de las otras partes de su cuerpo que, también, estaban golpeadas.
—¿Cómo puedes pensar en eso estando así? —preguntó Connor con una sonrisa burlona en sus labios. Pero esa sonrisa no duró mucho al continuar mirando a Margot—. Te destrozaron, linda.
—Yo habría ganado, pero ellos eran dos. Pero se llevaron algunos arañazos y mordidas de mi parte —Margot forzó una sonrisa.
—Mar, te admiro sabes. Admiro tu valentía y fuerza para enfrentar éste tipo de situaciones.
Margot le brindó una enorme sonrisa a pesar del dolor que provocaba realizar esa acción. Pero lo hizo, y continuó sonriendo a pesar del dolor que le causaba hacerlo y quizás no era un dolor tan solamente físico.
***
Margot terminaba la llamada con su hermana. Otra vez había tenido que mentir. Otra vez Cameron no cumplió su promesa. Y otra vez Cameron había aparecido en su mente.
Estaba en su cama, acababa de despertar de luego de dormir durante bastante tiempo a causa de unos somníferos que Connor le había dado. Definitivamente el dolor que Margot sentía era mucho peor en ese momento, pero eso no le impidió sentarse en la cama y observar hacia los costados para saber si había alguien más con ella o no. Y si lo había. Connor estaba sentado allí, en la silla de su escritorio, con la cabeza apoyada en las manos y luchando para no dormirse.
Margot no pudo evitar sonreír al verlo, pero no era de forma burlona, sino más bien era una sonrisa de conmoción. Ella sabía que Connor había estado allí toda la noche, cuidandola, y que, como era evidente, no había podido dormir casi nada.
Margot intentó levantarse de la cama sigilosamente, pero ante un brusco movimiento soltó un inconsciente gemido de dolor seguido de una expresión hablada que manifestaba ese dolor. Hecho que provocó que Connor abriera rápidamente sus ojos y los dirigiera directamente a Margot.
Connor se levantó de la silla y de acercó a Margot colocando una mano en su espalda dando a entender que debía acostarse de nuevo.
—Mar, no te levantes —dijo Connor con voz somnolienta.
—Connor, puedes irte a tu habitación si quieres. Estuviste toda la noche y te lo agradezco, pero estoy bien —respondió Margot volviendo a recostarse pero no porque Connor lo dijo.
—No, Mar, no me iré hasta que no te recuperes —Connor se sentó junto a Margot en la cama.
—Entonces acuéstate aquí —respondió sin vacilar—. No quieres irte, no te vayas. Pero necesitas descansar.