A OSCURAS
Vestida con un traje de color negro que consistía en un vestido de una pieza con mangas largas, unas calcetas blancas los pies de Lucia se movían uno sobre el otro rosando las puntas de sus zapatos, mantenía la vista fija en los cuatro hombres que sostenían una soga por cada uno que sostenía una caja que le habían dicho adentro estaba su papá.
No entendía como su papá podía estar dentro de la caja que bajaba y bajaba al fondo de un agujero que estaba en medio de otro montón de personas que se habían ido al cielo. Los hombres que sostenían las sogas vestían una traje como el que usaba papá al momento que regresaba de sus viajes y le llevaba un regalo en una ocasión le llevo una muñeca vestida con un traje diferente de un color blanco con líneas de colores que rodeaban la parte de debajo de la falda así como una parte que le colgaba de la parte superior, su padre le había dicho que era de otro lugar que en otro momento la llevaría a conocer a ella y a su madre pero que esperaba que también fuera un hermanito, ella está muy feliz de ya no está sola tanto tiempo, subió corriendo a su dormitorio a depositar la muñeca en un pequeño mueble donde guardaba cada uno de los regalos que le hacía su padre o su abuelo.
Ahora lo único que ve de su papa es una caja que desciende, los tambores sonado junto a las trompetas, nadie más que sus abuelos paternos un aglomerado de personas vestidas con esos trajes grises. ¿Por qué estaba dentro su papá de esa caja si él ahora vivía en el cielo? Los ojos atentos de Lucia veían como se alejaban los hombres de aquel agujero y comenzaban a llenarlo con tierra otros dos hombres uno a cada lado, su mano derecha sostenía con fuerza el tallo de una rosa roja, con la otra mano en un puño tenía una pequeña parte de tela de la falda plisada de su madre que sostenía un ramo de rosas envueltas en un papel brillando y un lazo de color rojo.
Los ojos de su abuela estaban rojos y lloraba, su madre coloco su mano libre sobre su hombro derecho haciendo que Lucia sintiera que temblaba.
Tu papá ahora está en el cielo Lucia – le dijo su madre hace unos días que llego su abuelo acompañado de un señor vestido con un traje igual que el de su papá con mucho mas medallas que las que su padre tenía, su abuelo no la había saludado y tampoco la alzo en brazos o llevo un regalo como las veces anteriores por lo que se quedó sentada en la sala frente a la mesa pequeña donde sus juguetes estaban porque estaba esperando a su papá para poder jugar con los bloques y armar un castillo.
Un par de horas después de eso llego su abuela la cual si el abrazo muy fuerte haciendo que no pudiera respirar Lucia le tuvo que decir que la soltara porque no podía respirar, su madre salió de la cocina seguida de su abuelo y aquel hombre que no la veía, su abuelo abrazo a su abuela.
-Lucia – le dijo su madre con la voz ronca de contener el llanto, pese a ello sus ojos no fueron tan obedientes con la orden porque derramaban muchas lágrimas haciendo un rio en sus mejillas, con sus pequeñas manos Lucia limpio el rostro de su madre – mi niña, tu … tu papá
-No va a venir hoy ¿cierto? – pregunto con un toque de enojo, el le había prometido que llegaría a terminar el castillo y que esa mañana jugarían todo el día y que el lunes la llevaría a la escuela porque había una actividad padre e hija en la cual ella quería competir en la carrera de encostalados porque había estado practicando todos estos días como su papá le pido para ganar el primer premio
Los ojos de Sofia se llenaron de lágrimas y el eminente nudo en su garganta se formó viendo el enfado de su hija porque su padre no llegaría, pero como le explicaría a su hija que su padre no llego porque ahora está muerto y sobre todo que nunca lo vería cruzar esa puerta – mi niña de los ojos bonitos – trago en seco logrando un poco empujar el nudo que evitaba que las palabras salieran de su boca – tu papa – le dijo reteniendo las lágrimas y sosteniendo sus manos sobre el regazo de la niña que claramente estaba molesta – tu papi no va regresara a casa porque ya no puede vivir con nosotras – hablo Sofía – desde ahora en adelante tu papá vive en el cielo y desde ahí te va a ver
-No, no yo quiero que venga, yo quiero que juegue conmigo no que se vaya al cielo – Lucia intento soltar de las manos de su madre, pero no lo logro
- mi niña escucha, papá no puede vivir con nosotros – no encontraba la forma de decir lo que iba a suceder de ahora en adelante en casa
-Luci – la llamo su abuela, la niña giro su cabeza para verla, la abuela no tardó mucho en llegar a ella y alzarla en brazos – recuerdas cuando enfermo mimita mi gata – la niña solo movió la cabeza de arriba abajo – un día ella ya no despertó – la niña repito nuevamente ese movimiento – y la metimos en una caja hicimos un agujero en el jardín y te dije que ahora ella vivía en el cielo – la niña comprendió lo que su abuela le dijo y se aferró a su agarre en el cuello de su abuela
-Luci- le dijo su abuelo – ahora tu papá va a vivir en el cielo
Cada una de esas palabras las escuchaba una y otra vez al momento que veía que el hueco era tapado con tierra.
Cuando ya estuvo completamente toda la tierra en su sito los pies de su madre comenzaron a avanzar a donde ahora estaba su papá ella no daba ningún paso a ese lugar porque ella no quería que su papá estuviera dentro de ese lugar para que fuera al cielo, después de un empujo ella se movió junto con su madre, el segundo paso le dio el valor de acerarse llevando a un tercero que desencadeno una carrera hacia ese lugar donde se tiró de rodillas sin importarle que su mamá le llamase la atención por ensuciarse en un lugar que había mucha gente, tiro la rosa que sostenía en su mano y comenzó a remover la tierra.
-saquen lo – grito con los puños metidos en la tierra haciendo un hoyó – quiten la tierra, sáquenlo – Lucia movía sus manos lo más rápido que su cuerpo le permitía – mamá que saquen a papá de ahí, que se quede conmigo, que no se vaya al cielo
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Editado: 05.07.2021