CAPITULO OCHO
Toda la casa estaba decorada con listones blancos y plateados, las gradas de la casa tenían una cinta de flores, los arreglos florares eran rosas blancas Lucía nunca había visto un lugar tan blanco como lo hacía ahora en la sala habían movido todos los muebles para colocar unas mesas, el comedor tenía otras.
Cubierta todas las sillas con telas blancas y cintas plateadas iluminadas con velas que daban una iluminación muy tenue, toda la mañana todos en casa se habían vuelto locos en colocar cada detalle, Sofía no había querido que Julián llegara a casa los últimos tres días según ella porque era de mala suerte. Lo único que Lucía veía extraño de todo eso era que la celebración fuera en su casa, en todas las otras bodas a las que había asistido se habían oficiado en un salón o un restaurante, en la sala ya había sentadas en varios lugares personas que no conocía y otras que había visto en el funeral de su papá.
En una mesa, sentado con un traje como el de su abuelo se encontraba un hombre de cabellos blancos que hablaba muy atentamente con un niño que tenía los brazos cruzados sobre su pecho, tenía la cabeza gacha parecía que le estuvieran llamando la atención, junto a él se encontraba otro niño que acomodaba su corbata muy a menudo, en los brazos de una señora una pequeña niña se podía asumir por el color de su frazada, un hombre que parecía estar muy entretenido con la pequeña que llevaba un traje color beige, una corbata celeste que hacía juego con su camisa levanto la vista viendo a Lucía sentada en una de las gradas para llegar al recibidor se disculpó de todos en la mesa, en unos pocos pasos llego a la niña que veía muy atenta sus zapatos blancos, ella llevaba el cabello recogido y una laza plateada le rodeaba sus negros cabellos.
-Hola Lucía – saludo el caballero haciendo una ligera reverencia, la niña no pudo contener la risa haciendo que el hombre se sintiera orgullos de ello
-Hace mucho que no veo ese saludo – menciono la niña, saludo al caballero con la mano en la cabeza al estilo militar – tú eras amigo de papá ¿cierto?
-Yo aun soy amigo de tu padre Lucía – musito el caballero de traje elegante sentándose a su lado - ¿Cómo has estado?
-Es curioso que lo pregunte – hablo la niña con desencanto – por lo general siempre dicen que tenga paciencia o que Julián será un buen padre para mí
- Bueno a mi si me interesa como has estado, tú papá y yo somos muy buenos amigos y si necesitas algo seguro que te puedo ayudar
- Creo que por el momento estoy bien – aclaro la niña – sus hijos no parecen muy alegres de estar en este lugar – y señalo con su cabeza a los miembros de su mesa
- El mayor tiene pinta de querer ahorcarse con la corbata por todas las veces que se la toca – Lucia los observo con más atención, riendo un poco por lo que decía su propio padre – su hermano tiene pinta de regañado
- Bueno al menos ellos no tienen que estar con una sonrisa en la cara toda la noche
- Parece que te están obligando a algo Luci
-No, nadie en esta tierra me obliga hacer algo que no quiero, le aseguro que ahora ya estoy de acuerdo que se casen – soltó la niña sin ninguna reserva
- ¿Por qué no lo estabas?
La niña no pudo responder porque la música inicio lo cual le indicaba a Lucia que debía de correr a las escaleras, esperar que su madre estuviera en el último peldaño tomar el velo con sus manos y hacer la marcha hasta la mesa donde Julián esperaba a Sofía. Según su abuela y madre debía ser perfecto porque cualquier detalle lo arruinaría por completo por lo que debía de esforzarse para hacer su mejor esfuerzo.
***
Después de todos los actos, la comida, la música comenzó a sonar en toda la casa lo que indicaba que era el primer baile de los esposos, en esta ocasión se rompió el protocolo porque los primeros en bailar fueron Julián y Lucia por petición de su padrastro, había pasado un año desde que llego Julián a su casa por lo que su intención fue mostrar que la niña era lo más importante para ellos, la niña había ensayado mucho para lucir sus mejores pasos.
Al inicio del baile todos aplaudieron cosa que lleno de alegría a la pequeña al terminar, Sofía fue invitada por sus antecesores en la pista bailando los tres, los aplausos se escucharon con mayor fuerza al terminar la pieza, Lucia salió de escena para dejar a su madre y a su esposo en la pista, dirijo sus pasos a una de las mesas done había un hombre sirviendo helado para los niños, a pesar de sus once años, no era tan hábil subiendo en los bancos que tenía aquel lugar con dificultad se trepo en uno y pido uno de sus helados favoritos.
-No deberías haber pedido un color tan llamativo como el azul – hablo una persona tras ella, Lucía giro la cabeza para ver de quien se trataba, al hacerlo casi cae – si te manchas tus padres se enfadarán contigo por arruinar su boda
- No me importa si se enfada mamá, él no es mi padre, es mi amigo y el esposo de mi mamá – hablo con determinación la niña, aquel adolescente se rio sin reparos
-Veras que en poco tiempo se convertirá en tu padre
- Mi padre es un militar – menciono molesta Lucía por la impertinencia de aquel muchacho de cabellos claros – y murió hace cinco años, no lo insultes de esa manera
El adolescente vio que la niña tenía carácter y se disculpó por dicha intromisión, ninguno de los dos se presentó pues la formalidad entre niños estaba de sobra. El pelicastaño la invito a que fueran a comer afuera su helado con lo que ella no se negó, necesitaba salir de aquel lugar donde todos le decían que tenía un nuevo papá. El llevarse bien con Julián no significaba que lo aceptara del todo
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Editado: 05.07.2021