CAPITULO VEINTE Y SIETE
-Buenos días Damaris – salude a la recepcionista que me veía con los ojos demasiado abiertos, esa mujer parecía no estar informada de mi llegada – por tu expresión, no sabías que vendría hoy
-En realidad nadie estaba informada de su llegada señorita – la voz del señor Castillo llega a mis oídos – buenos días Damaris – saluda a la persona que nos ve a los dos con mucha atención – en esta ocasión iniciaremos la inducción como se debe
Me pide que lo siga, doy un suspiro por lo que se avecina que no será para nada fácil no pienso ceder en nada y menos ahora, me despido de Damaris, me da un gran abrazo antes de que me retire a la oficina del que será mi jefe. El abrazo estuvo de sobra.
-Gracias por aceptar mi oferta – no respondo a eso, bueno en realidad no merece una respuesta – siéntese señorita, sigo sus instrucciones al parecer se dispone a darme una conversación muy larga, se desabotona su saco, se acomoda lo mejor que puede, antes de que pronuncie palabra lo hago yo
-tengo tres condiciones para aceptar el puesto uno: no voy a almorzar con usted bajo ninguna circunstancia, Dos: mi horario de salida es todos los días a las cinco de la tarde empunto sin cambios sin importar el trabajo o proyectos, reuniones o situaciones que se presenten, Tres: no tengo numero personal, no respondo a llamadas antes de horaria, después de horario o fines de semana, no viajo a ningún lugar fuera del departamento, no asisto a comidas o reuniones de negocios o similares – declaro sin inmutar mi voz – esas son mis condiciones señor Castillo
-A estado pensando en eso – dice relajándose en su lugar – es imposible que tenga ustedes esas consideraciones dado que es mi asistente señorita, por lo general el papel del asistente es están en el lugar y momento preciso
-No es negociable señor Castillo
-El señor Castillo es mi padre, soy Alejandro
-Como prefiera, solo no es negociable
-Eso dificultara su trabajo de llevar el ritmo
-Que tenga un buen día– me pongo de pie extiendo mi brazo hacia él, levanta una ceja en expresión interrogativa – agradezco la oportunidad, pero como le dije no son puntos que cambien – no toma mi mano, la retiro para no mantenerla en esa posición que después de unos instantes se vuelve incomoda. El silencio que nos invade es absoluto y por mucho sobrepasa el nivel de incomodidad no es tolerable, mucho menos se puede respirar, al parecer no va ha agregar nada. Comienzo a alejarme de su escritorio.
- Deberá mantener mi agenda al día, todos los datos en el instante que los requiera – habla y yo me giro para ver su expresión seria, no logro entender si es
ta molesto o sorprendido, pero cualquiera que sea su reacción me tiene sin cuidado, después de eso me hace una señal para que regrese a la silla que se encuentra frente a su escritorio me entrega lo que al parecer será mi material de oficina, una agenda, dos libros lo cual no entiendo, una Tablet con todos sus accesorios, una cámara profesional fotográfica, una carpeta llena de documentos y otra agenda mas pequeña que la anterior, la falta de sueño me esta afectando sobre manera, no he visto a mis hermanos más que unos escasos minutos antes de que ingrearan al colegio, los recogeré para ir todos juntos a visitarla.
Explica cada uno de los elementos con sumo cuidado, y resulta que cada uno de los libros tiene dos novedades, la primera no lo son y la segunda dentro están toda la información detallada de cada construcción y reuniones que se llevan a cabo, me explica a que se debe de que cada calculo este escrito en papel y no solamente en los presupuestos que se entregan, archivan y envían al lugar correspondiente de las oficinas gubernamentales para la aprobación de ellos.
Para explicarme cada uno de esos detalles me ha llevado dos horas estar frente a su escritorio, posteriormente me muestra la oficina que ocupare en los meses que estaré colaborando para ellos.
-Tiene alguna duda – todo ha quedado claro respondo, me entrega un juego de llaves que me explica son los de los archivos de su oficina, los de la que ahora ocupare – deberá dirigirse en una hora a recursos humanos para firmar su contrato – anuncia como si fuera normal que una pasante tenga un contrato
-Un contrato? – niego con la cabeza para lograr entender a que se esta refiriendo, los papeles de la universidad no son verdaderos, bueno ningún documento es verdadero, no porque no esten hechos por el gobierno es porque ese nombre no existe y todos los datos que aparecen en ellos son falsos, no puedo hacer nada sin una orden de mis superiores – las pasantes Alejandro no tenemos contratos, prestamos un servicio o como quiera llamarlo para nuestro beneficio propio una calificación en la Universidad
-El puesto que ocupa Lucía no es uno disponible para una pasante y es indispensable que tenga un contrato, su salario lo discutirá con el departamento competente – niego constantemente en cada una de las palabras que salen de su boca – en breve deberá organizar una reunión con los dueños de una construcción que desean ampliar su edificio
Son sus ultimas palabras, sale por la puerta que une los dos ambientes, al parecer tengo que resolver todo eso, en menos de una hora, para conseguir la aprobación de mis superiores, llamar directamente no se encuentra dentro de mis posibilidades. En contra de sano juicio escribo un coreo directo a mi superior enlazándolo al mismo tiempo con mi abuelo y Erick que deben de estar enterados del predicamento en el que me encuentro.
Centro toda mi atención en la realización del material que debo de tener preparado para la reunión, no me lleva mucho tiempo dado que solo debo de afinar detalles que le hacen falta a la información que me brindo Alejandro, no tengo idea de cuanto tiempo ha transcurrido cuando el teléfono suena a mi lado veo que es la extencion de mi jefe suspiro.
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Editado: 05.07.2021