Narrador: ¿Algunas vez has escuchado relatos que hablan de lugares donde existen duendes, hadas y demás seres fantásticos? A lo largo de la historia de la humanidad se han narrado todo tipo de historias que hablan acerca de estos será fantásticos… Algunos postulan que su existencia es real y que van más allá de simples cuentos infantiles. Está historia relata las hazañas de un chico que, convencido de que dichos seres existen, se embarcará en una aventura para demostrar su existencia. ¡La aventura será toda una odisea!
Tlaxcala de Xicohténcatl, Tlaxcala. En algún parque de esta hermosa ciudad -si el lector conoce, sabrá cuál es el lugar-, un chico que yacía dormido en una banca es de repente despertado a causa de un golpe que le ha proporcionado un periódico que ha salido volando a causa del viento. Levantado el chico, al mirar la nota del diario, sonríe.
Mientras tanto, cambiamos de lugar y nos situamos ahora en la comandancia de esta noble ciudad. Se han recibido múltiples denuncias a causa de este misterioso chico, pues a la gente del lugar les resulta un tanto inquietante su presencia… se preguntan qué rayos estará haciendo en ese lugar. Para ser honestos, tienen razón, ¿por qué una persona pasaría los días y las noches en ese lugar? Posiblemente no tenga hogar…
Nuestros oficiales, convencidos de su deber de cuidar a la ciudadanía deciden ir a patrullar para investigar un poco.
Nuevamente regresamos al parque del comienzo. Los policías bajan de su vehículo e inmediatamente ubican al chico, es obvio saber quien es, pues evidentemente parece ser una persona que no tiene hogar. Uno de nuestros oficiales toma la iniciativa y le pregunta al chico que qué anda haciendo ahí… Y antes de que termine, el muchacho sale corriendo, no sin antes regalarles una sonrisa. Los policías, indignados, deciden ir tras él iniciando así una persecución.
Van corriendo por la Calzada que va hacia el ex convento franciscano, pero este muchacho parece conocer perfectamente bien para dónde va. Siguió derecho e inmediatamente dio vuelta hacia la derecha en la calle del Vecino. Nuestros policías derraparon y uno cayó pues ellos no conocían el movimiento que iba a hacer este individuo.
Quizá enfadados -lo más seguro es que sí- uno decide sacar la pistola y comienza a apuntar, pero su compañero lo detiene diciéndole: “¿Acaso estás loco? ¡Es sólo un niño! Piensa que tú también tienes hijos”. Y con esto el bienhechor que estaba a punto de desenfundar su arma en nombre de la justicia, desistió y prefirió alcanzarlo e interrogarlo por las buenas.
Continuamos la persecución por la avenida Juárez, el chico sigue teniendo un poco de ventaja, y no es para menos, nuestros héroes no están tan en forma como se supone que un policía debe ser, de hecho, hasta pareciera que se han descuidado un tanto… ¡uno hasta la panza trae de fuera!
Jadeando -y prácticamente ya agotados estos oficiales- el chico para repentinamente frente al ex convento franciscano, pues han corrido sólo una vuelta, y voltea hacia ellos. Nuevamente les sonríe y los policías ya cansados le dicen que ellos solamente querían saber el motivo de su estadía en aquel parque, pues han recibido varios reportes de los vecinos y por el deber de su profesión estaban obligados a investigar y remediar la situación. Uno de los oficiales toma la palabra y le pregunta al chico que si acaso no tiene hogar a lo que este muchacho responde: “¿Hogar? ¡Este es mi hogar!”. Al decir esto, lo oficiales comprendieron que lo más probable es que este chico no tenía padres, reflexionaron y concluyeron que no había peligro, pues no notaron que esté muchacho anduviera en malos pasos… tan sólo estaba pasando el tiempo en el parque.
Reportando a sus superiores que no había ningún problema, nuestros héroes se van del lugar mientras que este chico sube a un árbol, se acuesta en una de las ramas de los fresnos que se encuentran en la explanada del ex convento y comienza a admirar el atardecer desde una vista privilegiada, reflexionando que efectivamente se encuentra en su hogar
Sin embargo, a lo lejos, mientras este chico está admirando el paisaje… Una figura misteriosa lo está observando desde la torre de la capilla del Vecino… una figura que tiene una máscara prehispánica y está cubierto por una capa… Sea quién sea, parece estar observando a nuestro protagonista… ¿Por qué?
Fin del primer capítulo.