“Es imposible hacer desaparecer un sentir.
Más cuando las personas que lo despiertan, son unas inconstantes que trastocan los sentidos con conocimiento de causa.
Siendo esas mismas entidades que se anhelan, estando cansadas de profesar, las que creen de manera genuina que añorarse es una verdadera maldición.
Porque la concepción pura y abrasadora no debería doler.
Más ahora que una de las partes del tablero está más rota que en antaño.
Que su ideal y alma se encuentran empañados, consiguiendo que luchar se le forme una tarea titánica, hasta el punto de que juzgar al ser que más desea cerca la embargue de una repulsión concreta absorbiéndole las entendederas, tanto que aborrecerse en demasía sea algo que no pueda controlar.
¿Porque no podían dejarle de ese tamaño?
Tenían que arruinarle, visualizarle más rota, para que su alma no hallase regocijo ni con la recompensa, de que cada acto subsiguiente la haría estar más cerca de su objetivo.
Siendo aquel la felicidad de los seres que siempre la harían soñar, aunque en esos momentos su mundo yaciese como una pesadilla específica, que estar despierta actuando fuese lo único que le causase algo de alivio.
…
¿Un alma tan fisurada podrá remendarse, cicatrizar y resurgir?
¿O sencillamente cumplirá su misión y desaparecerá sin absolución?”
*****
Las preparaciones póstumas, eran algo que la caracterizaba.
Al igual que hacer entender a los seres correctos en su entorno que el resurgir de la dama frívola tenía que darse para el sosiego de todos, tornándose necesario pese a las negativas insistentes que le causaron demasiados inconvenientes, que al ser sorteados de la forma más acertada debían hacerle más infalible, menos blanda.
Porque tratar con los Duques escoceses más fieros y con poder en la corona inglesa, no fue tarea sencilla, asi como cada vez era más difícil engañar al Rey, con el cual todavía no habia cedido pie a un encuentro, facilitándole que le permitiese las largas porque aunque sabía que decirle, desequilibrar un poco sus emociones le convenía, pues entre más alterado es que concluyo que podía manejar la situación con presteza, ya que su salud era voluble, algo que aunque cruel por tratar de la vida de una persona, se le tornaba lo mejor para sus propósitos.
Llevándolo casi a un punto de colapso, para poder hacer su voluntad en uno que otro aspecto.
Dándolo a entender con lo que estaba viviendo, tras instalarse en la residencia y tierras que ahora pertenecían a su prima, ganándose los favores de esta, y de cada persona del servicio, pese a constar un poco prevenidos con su entidad, pero dándole un voto de confianza, al ser ella quien los dirigiese en todo para que esa reunión se llevase a cabo sin contratiempo, tutelando a Angeles aunque comprendía lo que debía formar hasta con los ojos cerrados.
Valiéndose de su entidad para no cansarse en demasía por su estado, cosa que agradecía ya que tenía entretenida sus entendederas.
No obstante, aunque se preparó para esa velada y topárselo en cualquier tipo de escenarios, la sensación de advertirlo… De verlo de nuevo, al igual que entender que le sigue afectando como en antaño, pese a la rabia que sentía por no apreciar a esas dos personitas que le daban los ánimos de respirar, fue un golpe bajo para sus entrañas y agudeza.
Pero es que le hacía querer soñar despierta con solo apreciar su esencia.
La forma en como aclaraba sus días opacos, meramente observándole con fijeza, de manera ruda y sin vacilar.
Demostrándole esta vez cuanto le aborrecía.
Que en esa oportunidad si le habia calado demasiado hondo, consiguiendo despertar en el ese modo tan particular de odiar a su semejante, tocándole a su entidad esa cuota que siempre mereció ostentar.
…
En vez de corresponderle como entendía que se lo merecía, la debilidad le embargo y su corazón le traiciono, logrando ponerle sentimental.
El pasado haciendo de las suyas.
Poniéndole en el dilema de no comprender como habia descendió sin ningún traspié la escalinata que conectaba con el salón, bajo el escrutinio atento de su entidad, donde se llevaría a cabo el homenaje a su prima Angeles, y de paso el anuncio de su nuevo estado de esperanza, sin ni siquiera una mano que le ayudase a no darse de bruces.
Protagonizando una aparición excelsa, que inquietaba de una manera que ninguno de los presentes supo cómo interpretar.
Estando abstraída del mundo, sin agachar la cabeza, hasta que percibió como de manera sutil una mano rodeo su antebrazo, haciéndola envarar.
Provocando que anhelase apartarse cuanto antes, rememorando los sucesos más atroces que hubo experimentado a lo largo de su existir.
—Reacciona antes de que toda Escocia se entere que bebes los vientos por el Duque de Beaumont— trago grueso al escuchar la voz del esposo de su prima, el cual al sentir la tensión a la hora de tenerlo tan cerca carraspeo y de manera disimulada dejo de tocarle haciéndose al brazo de ella con cautela como al de su esposa, algo extrañado con la actitud de la mujer que en antaño le habia demostrado que nada la perturbaba, y ahora un simple roce le abrumaba.
¿Qué le habia ocurrido?
¿Por qué estaba tan prevenida?
Apenas percatándose de aquello, porque sus intercambios eran casi inexistentes.
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Editado: 17.12.2022