Ojalá nunca.

¿Salvada?

Compré algo de comer y beber y me senté en un parque cercano al supermercado, comi mientras observaba a niños jugar a fútbol deseando que la pelota se mantuviera alejada de mi.

Nunca habia sido mucho de deportes y menos de fútbol me ganaba el odio de mucha gente cuando mencionaba que veia ridículo el sistema de juego, unos cuantos hombres  o mujeres  dando patadas a una pelota y quitándosela entre ellos para meterla en un rectangulo, le veia el nulo sentido.

Pensando en eso me fui del parque ya saciada y con lo sobrante en la mochila y camine sin rumbo por el pueblo observandolo todo, la verdad es que cansaba tirar de la maleta y tenia que pensar si quedarme en ese  pueblo a pasar la noche o buscaría otro lugar.

Me detuve delante de un pequeño hostal casi a las afueras de aquel pequeño pueblo y saque una moneda.

Cara marcharia de nuevo a la carretera y dormiria en otro lugar, cruz me quedaba en aquel motel. 

Lanze la moneda al aire y bam salió cruz,  guiada por el destino me dirigí al motel deseando que hubiera una habitación libre y a buen precio.

Entré  en recepción una mujer regordeta y con un alto moño me sonrió desde el otro extremo del mostrador.

-Hola ¿tendria una habitación para esta noche por favor? -le Dije.

Ella me  miró curiosa.

-¿No te habrás escapado de casa no guapa? No quiero percances en mi hostal-Dijo con tono dulce sin perder la sonrisa.

-Ooh no señora tranquila soy mayor de edad y huérfana, estoy simplemente encaminado mi vida-Dije con tono divertido y seguro por la pregunta.

-Vale genial- Río la mujer dándome una libreta y un bolígrafo-Apunta tu nombre completo y tu número de DNI

Escribi mi nombre completo y mi número de DNI.

-¿Pagarás con tarjeta o en efectivo?- Dijo la mujer.

-Efectivo- dije abriendo mi mochila encima del mostrador y sacando el billetero.

-Cincuenta euros te entra el desayuno de mañana- dijo la mujer.

-Genial- dije dándole un billete de cincuenta, me vino a la cabeza el chico del café con leche y hielo y inconscientemente sonrei.

La mujer me cobró y me dio la llave de la habitación me despedi con un gracias, buenas noches y subí a la habitación.

Era bastante amplia, una cama mas grande que una individual pero mas pequeña que una de matrimonio ocupaba el centro de la habitación, un pequeño armario ocupaba el lado derecho, en el lado izquierdo habia una puerta entreabierta, se podía ver que era el baño y colgada de la pared habia una pequeña televisión.

Dejé la maleta encima de la cama y coji de ella el pijama, en realidad era una camiseta larga de esas xxl enormes de una marca publicitaria que desde que me la dieron la  utilizaba como tal por lo fea que era, cerrando la puerta con llave, decidí darme una ducha.

Adoraba quedarme rato bajo el agua, cuando me di por limpia y satisfecha, salí de la ducha y tras secarme me puse ropa de  interior limpia y la camiseta, me coloqué una toalla en la cabeza.

No tenía secador y no me gustaba dormir con el pelo mojado así que decidí ver la televisión un rato para darle tiempo a secarse un poco antes de dormir.

Me desperté cuando la claridad asomaba por la ventana de la cual no bajé la persiana, la televisión  aún seguia encendida con las noticias de la mañana, mi toalla estaba en suelo y aun tenia algo  húmedo el cabello,  me venció el sueño.

Tras subir el volumen de la televisión fui a hacer los enseres matinales.

Mientras me vestía escuchaba de fondo al hombre que explicaba que habían inaugurado una nueva planta en el hospital infantil comarcal gracias a una gran suma de dinero anónima.

No sabía que esas cosas pasaran en mi país y me alegré por esos niños enfermitos, bajé a desayunar dejando las cosas arriba pues subiría después a recogerlas.

Mi desayuno fue un café con leche unas  tostadas y un croissant de mantequilla.

Habia pocas personas aparte de mi, pude observar a una pareja con un niño, a dos abuelitos y tres chicas jóvenes.

Di por finalizado el desayuno y tras coger mis cosas y darle las gracias a la mujer salí al claro día que acababa de empezar, podria acostumbrarme a ser nomada e ir de un sitio a otro, el problema,  el dinero no dudaría para siempre y sin dinero pocas cosas se pueden hacer.

Salí a la carretera, y levanté mi cartel otra vez.

Hubo pitidos, piropos y gente que simplemente me ignoraba.

Hasta que un coche se detuvo, era una furgoneta gris chasis cabina detras habia un perro entre otras cosas ocultas bajo sabanas,  bajó  un hombre con aspecto algo perturbador.

Era grande y fofo con una barba mal  cuidada y llevaba unos pantalones cortos marrones con  zapatos negros de montaña y calcetines blancos, la camiseta en algun momento también pudo ser blanca ahora tenía más un color grisáceo con varias manchas.

-¿Vienes precisosa?- me dijo intentando lo que a mi parecer fue una postura sexy.

Me dieron ganas  de vomitar y más  cuando me miró de arriba abajo varias veces relamiendo sus labios por lo que también su desaliñada barba.



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Editado: 28.02.2018

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