Final.
Amanda miró su reloj de pulsera nuevamente. Ya eran las ocho de la noche y Vemnet no llegaba a la cena navideña. Ella estaba sentada con los brazos cruzados entre si sobre la mesa. Era posible un retraso de diez minutos en Vemnet pero ya dos horas era imperdonable, cuando se levantó de la silla de mala gana, se encontraba a punto de recoger los platos que habían quedado sobre la mesa, su familia había cenado con ella, y la ausencia de Vemnet hizo el momento aún más incómodo.
La puerta sufrió un azote interminable haciendo un ruido fuerte, luego la voz de Vemnet se escuchó. El parecía apurado. Amanda casi corre hacia la puerta, pero a último momento se controló para luego enfadarse un poco, Seguro Vemnet se había quedado charlando con Ezra en el bar y por eso no asistió a la cena, y se lo había dicho un montón de veces para que no lo fuera a olvidar.
—Es que debería tomar un palo y golpearte hasta que quedes con algún problema mental Vemnet. Te dije a las seis, y mira qué hora son.
Apenas abrió la puerta Vemnet se lanzó sobre ella y luego la beso ardientemente, Amanda quedo ahogada pero con algunas fuerzas escasas empujo a su querido Vemnet para recuperar el aliento a bocanadas.
—¡Vamos te debo mostrar algo!
—¿Vemnet que dices? ¡No te entiendo!
—Vamos y calla
Sin ganas de discutir con ella, Vemnet la cargo en hombros a regañadientes y la subió al caballo, cabalgaron con el frio de la noche hasta llegar a las afueras del parque.
—¿Qué quieres que hagamos en el parque a estas horas?
—Schhh Ya lo veras.
Ambos descendieron del montaje y caminaron juntos en silencio hasta el centro del parque. Todo estaba a oscuras, Amanda no podía ver mucho.
—Recuerdas lo que estábamos conversando hace una semana.—Dijo el buscando algo en la grama— Pues digamos… que… bueno ¿Cómo decirlo?
—Al grano Vemnet.
Entonces el chico puso en sus manos una cajita con un botón en ella. Amanda frunció el ceño extrañada.
—¿Qué es?
—Presiónalo y veras.
Ella dudo por un segundo, pero a continuación presiono el botón, luces fueron apareciendo por la grama dirigiéndose a la mitad de parque, donde más luces aparecieron alrededor de un árbol gigantesco que nunca había visto, luego aquellas luces fueron repartiéndose con vehemencia por el árbol, iluminándolo a la perfección, todo hasta llegar a la punta. Amanda casi cae de rodillas al suelo.
—¡Vemnet!—Exclamo sorprendida haciendo una <<O>> con su boca.
—Feliz navidad. —Dijo con una sonrisa en la cara.— Pero aún no está terminado, falta la estrella.
—Estás loco si piensas que me voy a subir allí.
—Pues te toca el árbol no estará listo sin la estrella.
Amanda no podía creerlo, solo sonreía, un escozor tan caliente que opacaba el frio se instaló en su pecho.
Estaba insegura, pero Vemnet tomo sus cálidas manos y la fue guiando a través del parque, hasta que llegaron a donde estaba plantado el árbol. Miraron hacia arriba juntos, y ella casi se cae de un vértigo.
—Tranquila estamos juntos en esto.
La gente empezó a aparecer en el parque, no solamente los muchachos que aguardaban curiosos en los bohíos esperando a que Amanda coronara la estrella en la punta.
—Vamos ellos no quieren esperar mucho Amanda. Subamos al árbol.
—Pero y si no puedo.
—Yo sé que tú puedes.—Afirmo Vemnet poniendo el dedo índice en medio de los labios de Amanda.
Ella sonrió y asintió con la cabeza.
—Vamos…
Poco a poco subieron por la escalera de peldaños de madera que antes Cale clavo para poder adornar el árbol con las bolas y la escarcha. Poco a poco Vemnet fue sintiéndose más feliz. Desde abajo los chicos observaban callados y conmocionados, los esfuerzos para esta navidad habían sido grandes, pero el regalo también lo era. Hunter miro a Ezra y asintió con la cabeza. Joselyn estaba junto a Ale y Cale quienes aguardaban sentados en la grama, y Connor preparaba la camioneta para que empezara la fiesta.
El tigre daba leves zarpazos al aire como si quisiera ir con ellos, pero no podía.
Cuando Amanda llego a la cima observo a la aglomeración abajo.
—Hay mucha gente.
—Ese era el propósito.
Vemnet descolgó la estrella, y se la ofreció a Amanda. Ella sonrió. Ilusionada, emocionada y feliz. Ya no parecía un Zombi ahora era una bella chica.
—Qué tal si lo hacemos juntos.
Vemnet tomó la otra punta de la estrella, y juntos colocaron esta, hasta que la misma empezó brillar. El brillo era intenso y lograba extinguir la oscuridad.
—Gracias Vemnet. Gracias. Te amo.
Vemnet sonrió, mientras abajo todos comenzaban un auge de felicidad, esperanza.
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Editado: 31.12.2020