DAMIÁN
Después de terminar la deliciosa cena, el Alfa Real se fue a su despacho para terminar de leer unos documentos importantes que quedaron pendientes por su viaje a Akela.
A la hora de estar allí, solamente le hacía falta leer y firmar los últimos dos documentos pero ya no podía concentrarse, durante esa hora en cada momento por su mente pasó la sonrisa de una hermosa castaña con ojos lilas, una imagen que se había repetido constantemente durante todo el día y la cual no se podía borrar.
Algo cambió en él desde que la vio, se sentía diferente y con un sentimientos que nunca antes había tenido. Solo saber que ella iba a dormir cerca de él, le erizaba la piel, lo dejaba intranquilo pero al mismo tiempo con una paz única, era un sentimiento tan contradictorio. Cuando le ofreció la habitación lo hizo por inercia, sin pensarlo, de una forma tan natural e íntima. Todos se sorprendieron de que él haya cedido su espacio, su lugar seguro a un “desconocido”. Cada uno de sus allegados sabía lo reservado que era con su espacio personal luego de la muerte de sus padres y lo mucho que sufrió con ello, lo desolado que se sentía y sus inmensas ganas de encontrar a su mate para formar una familia y llenar el vacío que ellos dejaron.
Le encanta pensar que dentro de unos años, iba a criar con su mate a sus cachorros en el castillo. Cuando se lo comentó a Adara, él se dio cuenta de la tristeza que ella sentía por él comentario y comprendió que lo que él sentía no era unilateral. Tal vez a ella también le llamaba la atención, al menos un poco, ese pensamiento le dio la esperanza de que tan siquiera pudieran llegar a conocerse mejor o ser muy buenos amigos. Era difícil aceptar que ella no era su mate y sentir tanto pero tampoco quería rechazar los sentimientos que crecían dentro de Seth y de él. Porque tenía que aceptar que algo en la gamma lo traía loco.
Se fijó en el reloj de la pared y se dio cuenta que ya eran las diez y media de la noche, en la mañana tenía muchos compromisos y debía de levantarse temprano, por suerte ya había terminado con el papeleo atrasado. Luego de ordenar todo en su lugar, apagar las luces y ver que todo estaba en orden con la manada, subió al segundo piso para dirigirse hacia su habitación. Cuando pasó al lado de la estancia de la gamma se dio cuenta que las luces están encendidas por un momento dudo si tocar o no la puerta para hablar con ella, no sabía la razón para hacerlo solamente quería saber cómo estaba pero inmediatamente rechazó esa idea de su mente, no quería verse desesperado por ella, pensó entrando en su habitación para tomar un baño y colocarse la pijama, luego se acostó listo para dormir, cuando el sueño ya lo estaba venciendo por su mente pasó la misma imagen de todo el dia, una castaña con ojos lilas.
ADARA
Despertó con el sonido del golpe en la puerta, había conciliado el sueño hasta altas horas de la madrugada por alguna razón la gamma no lograba dormir. No sabía si era porque no dejaba de pensar en Damián y en lo que hablaron en la cena, o porque estaba durmiendo muy pero muy cerca de él y eso la desestabilizaba, no podía entender ¿cómo una persona que conoció hace dos días podía tener tanto efecto sobre ella?.
–Pase… Buenos días papá.
–Buenos días hija ¿Cómo dormiste?–preguntó mi papá luego de sentarse en la orilla de mi cama.
–Bien ¿Por qué?.
–Nada… Solo se me hizo extraño que no bajaste a desayunar temprano, algo poco usual en ti–comentó mirándola con una ceja alzada.
Esto hizo que la loba mirara la hora en su teléfono, dándose cuenta que faltaba casi una hora y media para el medio día.
–¡Wao dormí bastante! No se que me pasó, debe de ser el jet lag–refutó, aunque sabía que la razón de su insomnio era otra–No te preocupes.
–Está bien bebe, espero que se te pase pronto aunque solo nos vamos a quedar dos semanas–dijo.
–Sí, papá quiero hablar con usted.
–¿Si? Dime.
–¿Por qué permitió que Nick viniera al viaje?–Solo de pensar en Nick me enojo de nuevo.
–¿Qué tiene? Él es tu mejor amigo, sabes que me cuesta confiar en las personas y más en un entorno nuevo.
–Sí, pero no lo debiste de invitar. Últimamente se está comportando muy extraño y posesivo, eso no me gusta–contó afligida la loba.
–¿Qué pasó hija? Cuéntame.
–Cuando hablé con él, para decirle que íbamos a viajar, se tornó un poco agresivo. Tratamos de resolverlo y me dijo que olvidara su comportamiento… pero después se apareció en el aeropuerto diciendo que te había llamado y que tu lo invitaste.
–Está bien, disculpame bebe no sabía la situación con él. ¿Por qué no me contaste antes? Así hubiéramos evitado esto.
–Por la situación de la manada pero ya no importa, él ya está aquí y no hay forma de revertirlo. Después habló con él.
–Está bien bebe, te dejo para que bajes a comer a tiempo.
–Sí pa, nos vemos más tarde.
Por la ventana de mi cuarto se podía ver el patio trasero lleno de áreas verdes, flores y una alberca gigante. Hoy el día está lindo y fresco, característico del verano. Por eso elegí un vestido corto blanco con unas bailarinas del mismo color, me maquillé un poquito y me dejé el cabello suelto. Salí de mi recamara para bajar a comer, ya me estaba rugiendo la barriga, cuando llegue a la planta baja me perdí. No me acordaba que pasillo debía de agarrar, ayer estaba con Emily que al parecer ya se sabía de memoria el camino. Pero este castillo tiene demasiados pasillos, siento que he dado vueltas en círculo.
–¡Ay, esto es un laberinto!–habló para sí misma.
–No, ese está en el jardín–dice una mujer rubia, alta y con aires de soberbia.
–¡Ah! Me asustaste–dije con la mano en el corazón y respirando con dificultad por el susto. Por poco y me mata de un infarto.
–Bueno, para ser una loba tus sentidos son muy poco desarrollados–dice al mismo tiempo que me mira de arriba a abajo de forma despectiva–Soy Agatha–se presenta dándome la mano.