Ojos del Corazón

Capítulo 24

 “PEQUEÑA FAMILIA”

JULIO DE 2002

CATORCE AÑOS ATRÁS

—¿Estas lista Camila? —dije mientras ambas íbamos arrastrándonos como las películas de soldados mientras Bubby caminaba a nuestro lado para llegar a nuestro primer lugar para explorar. ¡Estábamos en guerra! Y Camila y yo debíamos sobrevivir.

—¿Es seguro? —me preguntó mi amiga en voz baja y yo sonreí.

—Creo que debemos tener cuidado con las tropas enemigas—le dije muy seria—. Bubby irá primero porque es el guardián canino. Luego iremos nosotras y yo te tomaré de la mano para que no te pase nada.

—¿Y si nos atrapan? —me preguntó Camila suavemente.

—Yo jamás voy a dejarte—le dije firmemente—. Debemos tener cuidado porque no pueden atraparnos. Jamás dejaré que ninguna guerra se lleve a mi princesa.

—Pero yo no quiero perderte—dijo Camila tomándome la mano fuertemente—. Yo no podría hacer nada sin mi guerrera.

—No me perderás—dije acercándome a ella mientras aún seguimos en mi jardín de atrás pero no quería decirle a Camila que no estábamos en el bosque prohibido, al que mi papá jamás nos dejaba ir de noche porque estaba frente a nuestra casa, aunque yo pensaba que era un parque por el día en el que Camila y yo jugábamos, pero mi papá decía que en la noche pasaban cosas extrañas.

Camila pensaba que estábamos allí y si le decía que era mentira ya no tendría miedo y era divertido verla tener miedo porque pensaba que yo siempre era alguna especie de heroína porque jamás tenia miedo. Y eso me hacía sentir especial.

— Yo voy a protegerte de todo lo malo que exista en esta guerra. Te lo prometo Camila.

—¿Siempre juntas? —dijo alzando su dedo pequeño y sentí su mano fría por el miedo cuando entrelacé mi meñique con el suyo.

—Siempre juntas—le dije cumpliendo nuestra promesa. Camila volvió a respirar fuertemente mientras seguíamos avanzando. Estaba esperando llegar a algún lugar para decirle que en realidad estábamos en mi casa.

—¿Sabes donde estamos? —susurró Camila—. No quiero perderme. Mi mamá me dijo que tenía que regresar a las siete. Y tengo miedo y antes de que pase algo en este bosque quiero decirte que te quiero mucho.

—No vas a perderte y yo también te quiero—le dije segura—. Vamos a llegar a casa—le dije muy segura y de pronto me puse de pie ayudando a Camila—. Es el momento de correr—le dije suavemente—. Una, dos, tres.

Camila y yo empezamos a correr muy rápido dando vueltas en mi jardín mientras Bubby ladraba a nuestro lado. Camila corría mucho pensando que estábamos en el bosque prohibido. Al llegar al porche de mi casa la solté y empecé a respirar hondo.

Correr cansaba mucho. Era diferente correr cuando tenía práctica de softball.

—¡Estamos a salvo Camila! —le grité y Camila empezó a saltar mientras yo sonreía y me abrazaba fuertemente.

—Eres mi héroe—y yo sonreí feliz mientras saltaba viendo a Bubby y Camila me abrazaba.

 Me gustaba ser su héroe para salvarla siempre de cualquier cosa. A Camila, mi princesa.

TIEMPO ACTUAL:

AGOSTO DE 2017

CUATRO MESES DESPUÉS:

Un gritito me despertó a mitad de la noche. Mis ojos se abrieron asustados y al notar que Camila no estaba a mi lado mi corazón se paralizó. Me levanté rápidamente y salí corriendo por el pasillo hasta la habitación de Star que estaba justo a nuestro lado. Entré a la habitación con mi corazón latiendo desenfrenado dentro de mi pecho.

El miedo abandonó mi cuerpo cuando me encontré con una escena preciosa. Camila con nuestra hijita simulando que era un avión y ella riendo llena de felicidad al realizar su juego favorito. Mis ojos vieron hacia la pared donde estaba un reloj en forma de estrella color rosa y vi la hora: dos treinta de la mañana.

Camila hacia los sonidos del motor de un avión muy suave mientras mi hija daba grititos de felicidad. Me crucé de brazos apoyándome en el umbral de la puerta observando con una pequeña sonrisa. Era como ver a dos niñas jugar.

La risa de mi hija llenó la habitación mientras Camila la bajaba y la ponía frente a ella mientras aun me daba la espalda.

—Debes de estar en silencio Star o tú mamá va molestarse. Tiene que ir a la corte por un caso muy importante en unas horas y nos quedaremos nosotras dos juntas. Vamos a jugar a destrozar la casa con nuestras aventuras—dijo Camila riendo suavemente. Los ojos verdes de Star me vieron desde el hombro de Camila y un gritito de felicidad salió de sus labios haciendo que Camila se girara para verme.

Sus ojos marrones mostraron sorpresa y yo solo alcé una ceja interrogante mientras me acercara para tomar a mi hija que estaba ofreciéndome sus bracitos. Llegué al lado de mi esposa y la vi sonrojarse un poco.



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En el texto hay: camren, lgbt, amor

Editado: 17.08.2018

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