Olvídate del Pasado

✨Capítulo 25✨

Al llegar a casa, vi a Cassiel hablar con Ruth, parecían estar despidiéndose, Jade tomó cosas de la parte trasera del auto y fue llevándolas hacía dentro. Y Ares se apoyo en el auto, a mi lado, mientras me miraba.

—Te voy a extrañar.— Dijo el moreno, parándose frente a mi. — ¿Por qué el cambio de lugar tan radical en el auto? — Pregunté algo confundida. — No lo sé, pensé que necesitabas tu espacio unos segundos, no quiero molestarte. — Respondió sonriendo. — Esta bien, igual no me molestas Ares, y también voy a extrañarte cuando no te vea en estos días. Espero tengas suerte y las cosas con Cassiel se arreglen rápido. — Comenté haciendo que esté se acercara y me rodeara con sus enormes brazos.

Todavía era casi increíble lo que estaba pasando con Ares, cuando estaba con el, sentía que no le temía a nada, pero por una extraña razón cuando el se mantenía alejado de mí, tenía miedo, tenía miedo a enamorarse de él y salir tremendamente lastimada,  tenía miedo a que cuando le contase la verdad, simplemente me odiará por el resto de su vida y no quería terminar así, no con él, porque cada centímetro de mí, estaba gustándole pasar tiempo con él. 

Tome de su cuello, acercándolo a mí, para besar sus labios, fue un beso cálido e interrumpido por las miradas de nuestros hermanos. — Cuando vuelva, hablaremos de lo que tu querías. — Dijo Ares subiéndose al auto con una hermosa sonrisa en su rostro.

Pero no era eso lo que me hacía ruborizar si no la mirada de Ruth. — “No somos nada”, “somos solo amigos”, “lo encontré en el estacionamiento”. — Imitó Ruth al llegar a mí, mientras ambas caminábamos hacía la casa. — Eres insoportable cuando quieres. — Dije empujándola, para hacer que está riera.

Todos nos dirigimos a dormir, estábamos exhaustos y cansados por el viaje. Y a decir verdad, necesitaba descansar un poco, lo que sucedió con el moreno me había dejado cansada y pensativa. No podía dejar de pensar en lo que pasaría cuando le contará de quien soy hija, que mi padre era el asesino de sus padres, no podía ni imaginar lo molestó que se pondría conmigo.

Las horas pasaron, mientras daba vueltas por mi cama, sin poder conciliar definitivamente el sueño. Miraba el techo por unos minutos, cerraba los ojos e intentaba dormir otros minutos, y así daba vueltas en distintas posiciones en mi cama tratando de encontrar la correcta. Sin embargo cuando estaba a punto de caer en un profundo sueño, el despertador sonó, mire la hora incrédula, el reloj marcaba las 6 a.m.

Me levanté encontrándome con Ruth en la cocina. — ¿Café? —Preguntó, mirándome.

Ella parecía tan cansada como yo, como si hoy tampoco hubiese dormido bien. — ¿Tu tampoco has dormido? — Pregunté tomando la tasa de café que mi hermana me había extendido. — No Gin, papá va a salir de la cárcel pronto y no sé que le pueda decir a Cassiel. — Respondió haciéndome entrar en asombro, porque claramente yo no sabía, que Ruth ya sabía lo de nuestro padre.

— ¿Cómo? ¿tú ya lo sabías? — Pregunté anonada, mirándola asentir. — Jason me lo dijo hace unos días. —Comentó mirando su tasa. — ¿Sabes acerca de los padres de Ares y Cassiel? — Pregunté buscando hasta donde Jason le había contado. — Si Ginebra, ya se toda la verdad, ¿por qué crees que no hablo de mi padre delante de Cassiel? — Dijo mientras tomaba un sorbo de su café.

Este día iba a ser largo de eso estaba segura. — Parece que no han pegado un ojo en toda la noche. —Mencionó Jade apareciendo por la puerta. —Creo que tengo la solución. —Dijo mi tío poniendo unos papeles sobre la mesa, haciendo que mi hermana y yo pusiéramos nuestra atención en él. —Hay un testigo en su contra, es anónimo, pero si yo puedo encontrarlo, si yo puedo hablar con este testigo para que vuelva a declarar en su contra, podrían dejarlo más tiempo del que pensé en la cárcel. — Sugirió mi tío mirándonos.

La idea en sí no era mala, pero el problema venía con la identidad de esta persona, no sabíamos quién era, no sabíamos cómo iba a encontrarla, ni si estaría dispuesto a ayudarnos. Jason estaba convencido que ese era nuestra única esperanza de que nuestro padre se quedara más tiempo en la fría cárcel de la ciudad. Por un momento quise apiadarme de él y pensar que sería mejor no hacer eso, pero mi cabeza estaba cegada por la escena de mi madre asesinada por sus propias manos y ya no me quedaba ni un poco de humanidad hacía él.

Ruth y yo asentimos al unísono, mientras Jade nos miraba, mi tío se levanto de la mesa mirando esos papeles y comenzó a guardarlos. — Madison salió temprano hoy, dijo que tenía unos asuntos pendientes fuera de la ciudad, dijo que quizás mañana vuelva, dijo también que fueran a ver a su prima. —Contó mi tío, saliendo por los pasillos. — Nos vemos en la tarde chicos. — Saludó cerrando la puerta detrás de nosotros.




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