Omega

Capítulo 24 |Alianzas|

Arrastré los pies por el pasillo que me conducía al gran salón, sintiendo el peso de mi cansancio en cada paso. A medida que avanzaba, el bullicio se hacía más evidente, con risas y murmullos que se filtraban a través de las puertas entreabiertas. El pasillo estaba adornado con guirnaldas y luces brillantes, algo que no pasaba desapercibido en la penumbra de la noche. Las decoraciones parecían brillar con más intensidad, como si quisieran restar protagonismo al estado de ánimo sombrío que me envolvía.

El sonido de música alegre y el tintineo de copas me confirmaron que lo que inicialmente se había presentado como una "pequeña reunión" no era en absoluto modesto. Era evidente que lo que había sido un simple anuncio se había convertido en una celebración extravagante. La vibrante energía que emanaba de la sala me envolvía a medida que me acercaba, y la presión de la espera se hacía más palpable. Cada nota de la música y cada risa se sentían como un eco distante, apenas relevante frente a mi creciente sensación de desasosiego.

Finalmente, llegué a la puerta del gran salón. La luz que se escapaba de la habitación era cálida y acogedora, en marcado contraste con la frialdad de mi corazón. Me preparé para el impacto de la escena que estaba a punto de presenciar, sabiendo que nada podría haberme preparado para la magnitud de la celebración que se desplegaba ante mí.

Cuando entré, el bullicio del lugar me golpeó de lleno, un torbellino de colores y sonidos que me envolvieron instantáneamente. Sin embargo, tan pronto como comencé a adentrarme, todos los ojos se posaron en mí con curiosidad evidente, buscando en mi vientre algo que no tenía. Era como si mi llegada hubiera provocado una pausa en el tiempo, un momento en el que cada susurro y murmullo se suspendieron para enfocarse en mi presencia.

No escuché susurros ni ningún otro ruido. Fue como si todo a mi alrededor se paralizara y solo mis pasos resonaran en el mármol del piso. La multitud que antes conversaba animadamente ahora me observaba en silencio, sus miradas mezclando asombro y expectación. Busqué desesperadamente con la mirada a alguien conocido entre toda la multitud que se arremolinaba a mi alrededor, aunque sin éxito.

Entre toda la gente, alcancé a ver rostros que había visto antes, otros de diferentes manadas, alphas con los que había cruzado palabras en eventos pasados, y otras personas cuya presencia no lograba recordar con claridad. Sus rostros eran una mezcla confusa de familiaridad y extrañeza, y no pude evitar sentirme aún más aislada en medio de esa multitud que parecía cada vez más imponente.

Traté de mantener mis pasos firmes, mi cabeza en alto y un semblante serio. La máscara de compostura que había mantenido con tanto esfuerzo amenazaba con desmoronarse bajo el peso de las miradas inquisidoras y las expectativas ajenas.

¿Tan importante era mi supuesto embarazo? ¿Realmente había llegado a un punto en el que mi presencia y mi condición se habían convertido en el centro de atención de una celebración enorme y llena de expectativas hacia mí? La pregunta resonaba en mi mente, mientras la realidad de la situación me golpeaba con cada paso que daba hacia el centro del salón.

Finalmente, después de lo que parecieron años, encontré a Derek. Al igual que todos los demás, me observaba atentamente. Su mirada era impenetrable, difícil de descifrar. No parecía ni sorprendido ni emocionado, sino más bien expectante, como si mi aparición fuera simplemente una pieza más en el juego que él y su padre habían orquestado. Me detuve por un momento, enfrentándome a su expresión estoica, sintiendo una mezcla de frustración y resignación. Sabía que Derek tenía algo planeado, pero hasta ese momento, la magnitud de su plan seguía siendo un misterio para mí.

Derek dio un paso hacia adelante, rompiendo el silencio que se había instalado en la sala. Con una sonrisa calculada, extendió su mano hacia mí, invitándome a acercarme a su lado. Su gesto, aunque aparentemente amable, estaba cargado de una tensión que solo yo podía percibir. Mientras mis pies me llevaban hacia él, no pude evitar preguntarme cómo habíamos llegado a este punto. ¿Cómo es que me había convertido en el centro de una farsa que no tenía control?

Sentí una punzada de incomodidad en el estómago. Sabía lo que venía a continuación. La mentira. Esa mentira que él había construido minuciosamente, envolviéndome en su red de engaños, y que ahora se desarrollaba ante todos.

—Eleonor y yo estamos emocionados por compartir con ustedes la noticia de que pronto daremos la bienvenida a nuestro primer hijo —anunció, su voz impregnada de una emoción falsa que casi resultaba convincente.

La multitud estalló en aplausos y vítores. El sonido me aturdió, como si de repente todo el peso de la mentira cayera sobre mis hombros, haciéndome sentir aún más atrapada. Mi mente se nubló por un instante, mientras el eco de las felicitaciones y las sonrisas me rodeaba, ahogándome.

—Este bebé no solo ayudará a mantener el poder en Luna de Nieve, sino que fortalecerá los lazos con nuestras manadas aliadas y las manadas que recientemente se han unido a nuestra causa.

Procesé despacio la información que estaba dando Derek mientras yo misma trataba de atar cabos sueltos. ¿Manadas que se habían unido recién? ¿Su causa? ¿Es que estaba envuelta en algo más grande de lo que pensaba?

Derek continuaba su discurso, hablando de unidad y prosperidad, de cómo las manadas bajo su liderazgo prosperarían. Pero sus palabras comenzaron a sonar vacías para mí. Cada vez que mencionaba "nuestra causa", mi mente volvía a llenarse de confusión. ¿Qué estaba planeando realmente? Y peor aún, ¿qué papel tenía yo en todo eso? Porque claramente, no era solo la madre de un supuesto heredero. Mi vientre vacío era solo una pieza más en este complicado juego de poder.

—Como saben —continuó Derek—, hemos perdido a dos manadas: Viento y Tierra. Sin embargo, me he encargado de reunir otras manadas a nuestra alianza, manadas que están fuera de nuestras fronteras y que apoyan el legado de mi padre. Gracias a este apoyo, podremos someter a Viento y Tierra para que obedezcan a Luna de Nieve.




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