Sus víctimas le acechan en sueños, con gritos de terror, angustiados, clamando piedad, por sus vidas, por sus almas... El tormento es inacabable, quema a través de la piel, haciendo que el miedo salga a flote, tan puro, incontrolable, desgarrador...
Harry despierta en medio de un grito, casi ahogado, empapado en sudor y con un dolor de cuello horrible. La luz de un amanecer tenue invade la gran casa, gruñe bajo, como si con eso pudiera espantar la pesadilla que se escurre de nuevo en sus oídos. La computadora ha entrado en modo de inactividad, se ha quedado dormido vigilando la posición de Sawyer.
Abre los ojos, respira todo el aire que puede y lo libera, sus pulmones duelen, su alma felina duele.
—Hazlo peor maldito —dice entre dientes—. Puedo soportar esto y mucho más, no te dejaré libre.
Su felino protesta, arañando su mente, Harry lucha por ignorar el latigazo de dolor que arde en su cabeza, ve puntos rojos, cierra los ojos con fuerza y no los vuelve a abrir hasta que el dolor se desvanece. Su celular vibra en el escritorio, tiene un mensaje de su asistente.
“La reunión con el señor Gallagher se ha pospuesto por razones de fuerza mayor. Me ha pedido que les avise y que les diga que está abierto para una reprogramación futura”
Harry maldice por lo bajo mientras escribe un simple “Gracias por avisar” reenvía el mensaje de su asistente al número del león. El día ha quedado libre, detesta cuando lo que planea no sale como resulta, le desconcierta encontrarse con tiempo desocupado. Cuando no tiene nada que hacer, los recuerdos vuelven con fuerza.
Cerca de las once de la mañana revisa como van las cosas en el taller y la fabrica, se contacta con los encargados mediante vídeo llamada, ambos sitios se encuentran bien, los trabajadores rinden al cien por ciento, los pedidos se harán en tiempo y forma, no hay nada extraño, nada que necesite de su presencia allá. Finaliza las llamadas agradeciendo el trabajo que realizan, su estómago duele por el hambre que aprieta por dentro, va hacia el refrigerador y toma una porción de pollo frito. Lo único que extraña de las sensaciones, es encontrarle un gusto a las comidas, pero es el precio a pagar por dormir su lado sensitivo hasta casi aniquilarlo, ya falta poco para que lo pierda. Por ahora los bocados son insípidos y secos, solo sirven para aplacar el hambre que duele.
De regreso en el escritorio, enciende la computadora, se restaura la sesión en el punto que quedó, pero la imagen del satélite es diferente. La posición de Sawyer se mueve, casi llega a Hungry Horse.
Le es difícil tragar un bocado, pero Harry se obliga a bajar el alimento por su garganta casi cerrada por la preocupación.
—Espero que estés bien —murmura.
Por más que lo niegue, extraña al condenado gato. Se ha acostumbrado a su presencia, Sawyer cree que es su amigo, pero para Harry solo significa su fuente de ingresos, y su forma de mantener la cordura, porque la amistad y el amor... Son solo ilusiones, nada más que necesidades psicológicas para mantener el equilibrio emocional. Él no cree en esas cosas, no las necesita.
El resto del día, se queda en la solitaria casa observando la pantalla de su computadora, adivinando los movimientos de Sawyer. Ha parado en Hungry Horse poco después del mediodía, una hora más y se ha vuelto a mover por una ruta distinta. Hacia la tarde, llega al sitio en donde querían ir desde un principio, Thompson Falls.
—Sigues libre —comprendió, una media sonrisa se escapó a su control, aunque nadie le estaba viendo, la borró de inmediato—. Veamos si no te metes en líos mayores.
Harry minimiza la página, está a punto de suspender la sesión cuando advierte del icono de la ACC en la barra de tareas. No sabe por qué, pero lo abre, allí se encuentra con un montón de pestañas, opciones y menús, se queda viendo eso, estático, por un largo tiempo.
La boca se le seca, y de pronto, rendido a un atisbo de deseo, sus dedos vuelan por el teclado al poner dos palabras en la barra de búsqueda, y cuando se da cuenta, ha entrado en la página informativa del clan Moon Fighters.
Su corazón late fuerte, Harry se inclina hacia atrás en la silla, sabe que lo mejor es salir de ahí y hacer otra cosa, pero no puede, continúa, la información de ese clan, de sus miembros, es tan exhaustiva, que no tarda en contra la ficha de esa mujer. Sus ojos atesoran la imagen en la pantalla, ella se ve tan delicada, tan malditamente frágil, que su pecho duele y su leopardo gruñe. Sage está sentada en una hamaca de madera colgante, oliendo una rosa blanca que sostiene por el tallo con sus delgados dedos. El cabello castaño claro cae por el lado derecho de su pecho, dejando el otro y parte de su cuello al descubierto.
Sus ojos bajan a la lista de información, la devora en un instante.
Nombre completo: Sage Sunny Smith.
Miembro: activo.
Padres: Angus Aldair Smith, Eloise Halford-Smith.
Familiares directos: Jessie Smith (Hermana) Primrose Halford (Prima) Gregory Halford (Primo)
Rango: Omega.
Puesto: cuidadora.
Naturaleza: sumisa.
Estado: soltera.
Hijos: sin datos.
Continúa por la página, su felino se estremece al ver la imagen de la mujer que en su piel animal, ella tiene un pelaje color gris oscuro, con tonos más claros en el vientre. La fotografía es de invierno, hay nieve esparcida por su manto, ella tiene una mirada firme, de color caramelo oscuro, Harry siente como si lo pudiera ver, hasta la parte más profunda de su alma rota.
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Editado: 05.11.2021