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Pétalo Furtivo
||Imposible||
Es imposible no mirarte, como no mirarte.
Me gusto observarte
Mi alma verborrea, amarte y el desnudarte
En óleo y con pinceles eternizarte en arte.
En un momento sempiterno se me fue el tiempo
Las cosas estaban predestinadas al convento
Miro tus ojos y quedo medio muerto
Con pena locura y miles de sentimientos.
Por el contacto de tu cuerpo
Yo prefiero no imaginarlo
Me gusta escrutarlo
Hasta poder palparlo
Cale como me mirabas
Quiero que seas mía con toda mi alma
Las melodías se vuelven sinfonías
El epitafio de mi tumba en vez de "R.I.P" en tu nombre descansaría
La luna me acompaña siempre
Para no perderme en ese bosque de tu cabello.
La marea subía y mermaba como yo
Por tu cuello, hasta inundarme en tu vientre
Las cosas en mi mundo son diferentes
No es imposible tocar tu placer
Del agua de la vida y eternidad beber
Hasta embriagarme y quitarme la sed
Mi ser como una bandera
Fantasea tanto que perdí la conciencia
Desperté en la arena rozando tus piernas
y entre ellas descubrí, algo como la américa, el mover de tus caderas.
Tampoco es imposible en la realidad
Solo sería lago difícil llagarte a gustar
Más me esforzaría en buscar la forma
De en tus ojos entrar
La manera de explorar ese cuerpo mullido
Tu rostro pálido me dice algo cognitivo
Bonita eres, la más bella
Quiero contigo ver las estrellas
Ser uno en alma y dos en cuerpo
Cuatro sentimientos barajándolos a momentos
Un beso inolvidable en aquel momento
No un vano destello que sería perfecto
Noche de lujuria y alcohol
Pasión sexo o a lo titánico vidrios empañados
Jadeos incorpóreos a tus labios me hacen adicto
Mientras me desquicio y pierdo el juicio.
En este laberinto eres mi druida
Toma mi mano, toma esta poesía
Plasma tu tez con calor y mediocrita
Si es mentira nunca me digas la verdad fría
Imposible no tenerte, no abrazarte
El calor de mis manos, dije ya es tarde
Las cosas que hago para buscarte
Quiero que me enseñes a amarte
Aunque tú más y yo menos
Prometo que sería sincero
Déjame ser el primero tus labios quiero
Eres imposible y lo imposible no tiene remedio