Capitulo 41: La peor traiciones

Nos miramos a los ojos y nos dimos cuenta de que de verdad la habíamos jodido. Y teníamos que encontrar una manera de solucionarlo antes de que ella abriera la boca.

-Yo iré –dije apartándolo a un lado.

-Estás segura? Sabes que esto es tanto culpa mía como tuya.

-Tu eres su hermano.No quiero comenzar una pelea entre los dos.

-Creo que eso está hecho.

-No quiero hacer las cosas peor de lo que ya son –dije antes de salir corriendo a su habitación-Tu invéntate algo para decir el porque aun no volvemos a la mesa.

Recorrí el pasillo que me sabía de memoria, pasillo por el que de pequeña había corrido millones de veces, donde nos escondíamos para asustarlo a Jack cuando era más pequeño y donde me rompi mis dientes cuando tropecé luego de una competencia de quien era el más veloz.

Un nudo se formó en mi garganta al pensar que esto no sería nada fácil y que me estaba adentrando al huracán, pero sería mucho mejor decir la verdad de una vez por todas , que seguir esquivando la bala.Preferiría que me matara de una vez antes de seguir huyendo.

Golpee la puerta y al ver que no tenía respuesta alguna, la abrí sin pensarlo.

Ava estaba de espaldas a esta jugando con una vieja muñeca de trapo, la señorita Sussie, muñeca que nos acompaño durante años y fue nuestro bebé, para luego quedar olvidada en un rincón decorando su habitación que fue mutando a la vez que lo hacía ella.

-No me digas que tienes ganas de ser madre y por eso vuelves a jugar con ella.-dije intentando romper el hielo.

Su silencio me golpeó más fuerte que el pedazo de iceberg que derribó al Titanic.

Se giró para verme y pude ver sus ojos inyectados en sangre por llorar.

-Cómo pudiste?Cómo pudiste romper la única regla que teníamos? Eres la peor amiga del mundo por enrollarte con mi hermano.Esta es la peor de las traiciones a nuestra amistad y nunca te la perdonaré.

-No me enrollo por diversión con él.Estamos casados Ava, y nos amamos-sentencié firme.

-Que tu qué?

-Estamos casados.Por varios meses ya.

Su cara se desfiguró a tal punto que tuve miedo por mi salud física.

-Vete-gritó antes de arrojarme un almohadón a la cara-Vete.Tu ya no eres mi amiga.