Yo era el asesino, no pude digerirlo inmediatamente pero, tenía buenas suposiciones, así que decidí escapar, y no regresar jamás aquí. Tomé dos de mis maletas más chicas, debía salir de aquí rápido pero, algo me detuvo. Quizá no era la gran cosa pero, tenía mucho valor sentimental, aunque no podría llevarla, mi guitarra, pasé muchas cosas con ella, desde que comencé, la llevaba a todos lados, nunca la soltaba, pero después pasó eso, nunca quise hablar sobre eso con nadie, así que había decidido dejarla aquí, arrinconada, pero cuando me iba, sentía que debía llevarme la, pero no tenía en qué… ya salía cuando de repente me vino a la mente que, una de las maletas tiene un apartado para amarrar algunas cosas, así que la amarre en la maleta y salí sin mirar atrás.
Pasaron horas cuando llegue a un bosque, entré en el y caminé hacia dentro, lo más adentrado posible… desde niño me llamaba la atención vivir en un bosque, así que eso haría, vivir ahí, pronto llegue a un pequeño lago, todo esto me recordaba a cuando me perdí en este bosque y encontré este lago y por querer agarrar una pequeña rana que nadaba aquí caí adentro y casi me ahogaba, pero alguien que viajaba se acercó y me ayudó a salir… que buenos recuerdos de aquella persona que, ya no está aquí, que nunca lo estuvo.
Ahora recuerdo más, aquel hombre tenía una cabaña por aquí, trate de buscarla, me pase más de una hora buscando pues, ya no recordaba en dónde estaba. Cuando llegué la cabaña tenía las ventanas destrozadas y la puerta no abría, tuve que pagarla pero, a la hora de hacerlo esta cayó desplomada sobre el suelo. Pensé que alguien podría estar cerca de ahí pero, no había nadie lo cual fue un alivio pues ya no me sentía seguro de querer hacer esto, sin nadie cerca, igual podría hacer un bien aquí, no hay nadie a quien lastimar, o eso fue lo que pensé en ese momento. pasaron dos días y por fin me sentía bien de nuevo, me alimentaba de algunos consejos que encontraba por el bosque, le agradezco a aquel hombre por enseñarme a sobrevivir en este tipo de ambiente, paso más tiempo, un día desperté y todo estaba oscuro, no me moví y trate de mantener la calma pero, la imagen de esa arma volvió a mi mente, tuve miedo que volviera a pasar lo mismo de aquel día, aún así traté de mantener la calma pero algo dentro de mí me desconcentraba y no me dejaba pensar bien. Intenté gritar, nadie me habría escuchado claro, pero quizá liberaría mi furia, furia que había obtenido en ese momento. Nada pasó después de eso y solo me tiré al suelo, cerré los ojos y algo comenzó a iluminarse, trataba de abrir los ojos pero esta vez aquella luz me cegaba. Cuando por fin todo se empezó a aclarar salí para ver que todo estuviera bien, todo lo vi normal pero, había un olor de putrefacción muy fuerte cerca, fui a ver qué era y me encontré con un venado muerto, lo revise y tenía marcas de disparos. Me di cuenta de que fui yo quien lo mato. Ya no sabía si seguir así o si debía hacer algo más para escapar de todo esto y no cometer más asesinatos, había momentos en los que me venía a la mente entregarme y terminar por todo esto, había otros momentos en los que quería quitarme la vida y así ya no hacerle daño a más personas, pero esa opción no me agradó lo suficiente como para llevarla a cabo. La verdad tampoco quería entregarme pues habrían hecho lo mismo, matarme. La verdad prefiero seguir escapando, entre más lejos de una forma de vida era mucho mejor. Por fin había conseguido sacarme todo esto de la cabeza cuando llegue a un pueblo en las faldas de una montaña, todo era tranquilo, ya estábamos casi en época de frío pues se acercaba cada ves más el invierno y claro, nueva demasiado por aquí. Había una pequeña cabaña abandonada, le pregunté a varias personas sobre esta y sobre si podría quedarme ahí a pasar la noche y quizá poder quedarme ahí a vivir, pero nadie quiso decirme nada sobre la cabaña así que decidí entrar, justo cuando iba hacia adentro una voz joven me detuvo y me dio la bienvenida, cuando me di la vuelta solo pude ver el rostro de prácticamente un niño, tendría unos 18 años, estaba sucio, supuse que era porque salía de trabajar. El me platico que en esta cabaña vivía un asesino, que hace tiempo llegó a esta cabaña y por razones desconocidas comenzó a matar a las personas de la nada, entonces comprendí que los demás no querían decirme nada por lo que había ocurrido antes, no le di importancia y entre, solo estaría ahí una noche y me iría de nuevo para no causar daños aquí. Durante la noche escuchaba ruidos y no podía dormir bien, me desperté dos veces y cada una de ellas escuché ruidos distintos, en la mañana, el joven que me recibió estaba muerto en la entrada, no dije nada y salí corriendo sin dirección, después de haber pasado 5 minutos caí, era una zanja profunda como de unos 4 metros de profundidad, sin saber a dónde terminaba, camine adentro de la zanja hasta que llegue a un túnel, parecía una mina o algo así, parecía que iba a llover así que entré sin más. Adentro se escuchaba un ruido que me atraía, entre más adentro y aquel ruido se hacía cada vez más alto, mientras entraba se desprendía un olor que me provocaba sueño y caí dormido, entre el sueño escuchaba ruidos de pisadas, no me pregunté de que se trataba hasta que, al despertar no podía moverme y arriba donde había un gran hoyo, como si de un cráter se tratara, pero, este seguía y seguía, estaba ahogado de oscuridad, al menos hasta que vi varias figuras de luz naciendo de ahí arriba, primero había una cabaña, después vi un avión seguido de un arma, todo era confuso, después cerré los ojos y desperté, todo estaba dentro de un sueño, salí de esa cueva y regrese a la cabaña, el cuerpo del joven se encontraba ahí, busque a alguien para pedir ayuda pero, no se escuchaba ningún ruido, entré a una casa cerca y los habitantes estaban muertos, después busqué en otras casas y lo mismo, todos estaban muertos, ¿Habré sido yo quién los mató? O aún estaba aquel asesino del que me habló el joven. Salí del poblado y camine, detrás de mí se escuchaban pasos pero, cada que volteaba no había nada, seguía avanzando pero escuchaba los pasos más cerca de mi hasta que sentí una presencia justo detrás de mí pero, al igual que antes me di la vuelta y no había nadie, así que corrí demasiado rápido hasta llegar a una carretera en donde no pasaba ningún auto, al otro lado se encontraba un río, del otro lado del río no había nada, me decidí a cruzarlo para ver a dónde me llevaba pero después de caminar por más de una hora me di cuenta de que nunca llegué a ningún lado. Opte por regresar pero, le haría más daño a la gente, seguí adelante, camine por horas, tenía hambre, sed y no tenia nada, debí tomar agua de aquel río, seguí adelante con la esperanza de encontrar algo, de la nada un pequeño conejo salto hacia mi, quise atraparlo, me hizo correr a todas direcciones, cuando por fin lo atrapé, ya no sabía en donde estaba, no sabía que camino tomar para regresar, a lo lejos vi una pequeña colina, decidí subir y así poder ver claramente a mi alrededor. Del otro lado había un río con una lancha encendida, subí para ver a dónde me llevaría. Al pasar las horas me quedé dormido, al despertar me di cuenta de que me encontraba ya dentro del mar. No supe cuántas horas dormí pero no encontraba la orilla por ningún lado.
Editado: 15.08.2019