Only Human

Capítulo 1.- Los Días Buenos Son Solo Pasajeros.

Desde su terraza Evergreen observaba con detalle la ciudad, sus ojos viajaban rápidamente desde el pequeño complejo departamental, cuyo único atractivo solo eran unas cuantas enredaderas y pequeños huertos en cada balcón, hasta el gran edificio circular cubierto con flores de colores que servia como base de la mayor compañía de agricultura del continente, su objetivo era capturar su horizonte en su más ambiciosa pintura, intentaba aprovechar al máximo los pocos rayos de sol que se filtraban entre las ramas de los árboles, un grupo de viejos sauces llorones que vivían junto a ella en su edificio.

—¡Vamos, vamos, sol aguanta solo un poco más! — Evergreen exclamaba desesperada — ¡Debes hacerme ese favor, permanece un poco más en el cielo que necesito terminar esto ya! — Sin tener influencia alguna en el movimiento rotatorio de la tierra, Evergreen y su pintura quedaron inmersas en la oscuridad de su terraza — Tan solo son las cinco de la tarde ¿debería mudarme a un edificio más alto? — Dijo decepcionada de la poca luz que le tocaba a diario — Algún día podré mudarme al distrito Costasiella, cuando me gradúe y tenga un trabajo estable —  Soltó una sonora carcajada — De nuevo estoy soñando con metas inalcanzables, el distrito Costasiella solo es para la gente ridículamente rica ¿debería quedarme con ustedes, me extrañarían si me fuera? — Dijo acariciando la corteza de uno de los sauces — En fin, mañana tengo escuela, así que debo terminar mis tareas.

Se dedicó a guardar sus pinceles y mientras limpiaba sus manos con un pañuelo, observaba maravillada el gran edificio floreado frente a ella — Todo lo que hago es para un día llegar a ese lugar — Con un fuerte suspiro sonrió — Si consigo trabajar para ellos, vivir en el distrito Costasiella dejará de ser un sueño — Fijó su mirada en una de las ventanas del edificio — ¿qué es eso? — Se preguntó con asombro — ¡es una persona! — Exclamó mientras veía caer el cuerpo de una persona a quinientos ochenta metros de altura.

Ahogo su grito con ambas manos al ver que una luz proveniente de esa misma ventana recorría los edificios alrededor.

— No puedo dejar que sepan que lo vi — Se dijo a si misma lanzándose al suelo — ¿con que me cubro? — Buscó con que ocultarse mientras se arrastraba por el suelo; El sonido de helicópteros la sacaron de sus pensamientos — ¿por qué tienen que ser tan rápidos? — Se preguntaba con preocupación.

Apurada por entrar a su edificio no se percató de que uno de los helicópteros se acercaba a ella.

—¡ciudadano, identifíquese! — Exclamó la mujer que se asomaba por el helicóptero — ¡soy la capitana Rusell, Le ordeno que se identifique! 

Evergreen se levantó e intentó llegar hasta la puerta corriendo.

—¡alerta a todas las unidades, tenemos un fugitivo en el edificio trece perteneciente al distrito Anura! — Alertando a todos por el megáfono, atrajo a un sin número de oficiales, quienes entraron al edificio dejándola sin escape.

—No vi nada, les juro que no vi nada, solamente me dedicaba a pintar, por favor no me lleven — Evergreen sabia el destino que le esperaba a todo aquel que no estuviera registrado en la lista de ciudadanos. 

Dentro del edificio y custodiada por más de una docena de oficiales, se encontraba esposada, de entre los oficiales se acercó a ella la misma mujer que dio aviso a su captura.

—No necesita dar explicaciones, no las pedimos — Dijo la fría mujer de orejas puntiagudas — Solamente necesita darnos su número y la dejaremos tranquila.

— No lo harán — Susurró frustrada.

—¿qué fue lo que dijo? — La capitana se acercó más a ella — No susurre, no escucho que dice.

—No me dejarán tranquila — Respondió entre lagrimas — No tengo número de registro.

—¡un humano! — Exclamó con asombro otro oficial, mientras todos se miraban con sorpresa.

—Ordene capitana — El oficial que sostenía a Evergreen pidió la siguiente orden.

—Tienes razón, no te dejaremos tranquila — Dijo con una sonrisa de labios cerrados — Llévenla al campo — Ordenó — No se como has vivido tantos años fuera de nuestro radar, pero esos días terminaron, gracias al mayor que te encontramos — Entre risas la miró a los ojos — Si no fuera por ese "incidente" nosotros no hubiéramos dado contigo.

—No tengo número, pero les juro que no soy humana, déjenme ir — Evergreen rogaba — Mis padres son elfos.

—¿como lo probarás? — Preguntó sonriendo.

Evergreen se quedó sin palabras.

—No hay forma ¿no es así? es una lastima, tener que deshacernos de un espécimen sano como este — Dijo tirando de los risos de Evergreen — Llévensela — Ordenó.

 

 




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