TOMAS
Al llegar al avión lo primero que hizo Apolo fue recorre el avión en busca de una salida.
- ¿No planearas tirarte de un avión en movimiento o sí? – le pregunté
-No-dijo- Si no es necesario.
- ¿Por qué huir? Al menos no estás en la cárcel, ¿para qué tentar el destino?
-Mira Tommy...
-Como dije antes, ¡Tomas!
-Hay algo que debes saber sobre mí- continuó- y es que no estoy hecho para estar encerrado, prueba de esto es que me he librado de todas las escuelas en cinco años, así que tarde o temprano saldré de aquí y no tendré que ver tu cara nunca más.
-Bien por mí- le respondí.
-Bien- dijo mientras se sentaba- espero que a donde vamos se lejos de Grecia, eso hará mucho más simple e interesante escapar.
- ¿Hablas en serio?
-Si.
-Pues lamento decepcionarte, no vamos exactamente a una ciudad, vamos a una isla, donde no hay absolutamente nada más que el internado.
- Bromeas, ¿verdad?
-Nop.
-Genial, termine en alcatraz-dijo mientras fruncía el ceño.
-La verdadera pregunta, es ¿por qué tu y yo vamos al mismo lugar por razones tan diferentes?
-Tal vez en la tal escuela para cerebritos, hay catacumbas o mazmorras donde llevan y torturan a los rebeldes.
-Eres un exagerado.
-O- continuo- Tal vez los rebeldes se tomaron la escuela y me llevan para que sea su líder.
-Ves demasiada televisión-le dije yo- o eres muy inteligente y aun no lo sabes.
-o tal vez eres el más buscado de Londres y me estas engañando.
-Cambridge.
-La misma cosa, además no lo negaste, lo que significa que no me equivoco.
-Estas equivocado y loco, sobretodo loco. Adema no es lo mismo Cambridge queda a un kilómetro de...
-Si piensas que me interesa el equivocado eres tu- dijo interrumpiéndome
-Eres un maleducado y tienes mala actitud.
-Gracias.
-No es un cumplido.
-Quieres saber lo que pienso de ti.
- En realidad, no.
-Igual te lo diré. Eres aburrido.
-No, no lo soy.
-Eres taaaaaan aburrido- dijo alargando la palabra tan- que ya no quiero hablar contigo.
- Como quieras.
Después de un rato de mirar por la ventana decidí recorrer el avión, en la parte de adelante no había mucho, solo estaba la cabina de los pilotos y el cuarto donde debería estar la azafata, aunque no había nadie. Así que decidí recorrer la parte de atrás, mientras caminaba hacia allí descubrí que apolo me seguía.
- ¿Qué? - me dijo mientras subía los hombros- No tengo nada mejor que hacer.
-Bien solo no me molestes.
-No prometo nada- respondió
Al llegar al fondo del avión encontramos una puerta.
- ¿Qué crees que hay detrás? – pregunté
- Pues vamos a averiguarlo-dijo mientras se hacia delante de mi
- Si está cerrada es por una razón ¿sabes?
-Claro que sí, y esa razón es que la abramos
-Nos vamos a meter en problemas.
-Esa es la parte divertida- dijo mientras entraba.
-Si nos regañan digo que me obligaste.
-¿Regañan? Cuántos años tienes ¿Cinco?
-Ja. Ja. ja- dije mientras entraba.
Al pasar por la puerta lo primero que note fue como el oxígeno disminuía, había unas pequeñas escaleras en lo que parecía ser la bodega del avión
-ven acá- me llamo Apolo- mira esto, no creo que vallamos a ningún internado.
- ¿A qué te refieres? – dije mientras me acercaba
Al mirar hacia donde señalaba me encontré con una especie de cañón, como los que utilizaban antes en las guerras, solo que era plateado y era mucho más grande que nosotros. A su lado una pila llena de armas y balas.
-Mejor vámonos de aquí.
- Está bien. espera dijo mientras se acercaba a la pila de armas cogía dos varias balas y se las guardaba en la chaqueta.
- ¡Estás loco! Déjalas donde estaban
- Relájate no asesinare a nadie, es por protección.
- ¿Y para que necesitas dos?
- Uno nunca sabe.
Después de eso los dos subimos por las escaleras, nos sentamos y esperamos a que el avión aterrizara. No paso mucho tiempo y ya estábamos en tierra. Dos hombres en traje nos pidieron que por favor bajáramos del avión y les entregáramos nuestras pertenencias, después de eso y de algunas protestas de Apolo los seguimos por las escaleras que salían del avión. Allí ellos nos llevaron hasta otro lado de la pista. Donde estaba una señora con dos chicas una rubia y una pelirroja que extrañamente estaban sentadas una silla en medio de lo que parecía ser el aeropuerto si es que se le podía llamar así
-Bienvenidos, son los segundos en llegar, siéntense por favor- dijo mientras señalaba donde otros hombres con traje estaban colocando unas sillas
Apolo yo nos acercamos con desconfianza.
-En unos minutos empezaremos con la inducción.