Porfín Luis llegó a casa de su abuela, y comienzan las manos a ayudar a sacar maletas del carro y entrarlas a la casa. Ante todo éste alboroto las tres mujeres Manjarrez se asomaron y Luis corrió hacia su abuelita en un fuerte abrazo.
-Hay mijito yo sí que te quería ver -
y se fueron abrazados al patio, mientras que mi hermana y yo nos ocupabamos de mi maletero y el poco de paquetes que traía. Aún era muy temprano, así que les pedí a varios de los vecinos regresar a eso de las 7 pm a comer un refrigerio. Nos despedimos de todos y empecé a desempacar.
Acomodé en una mesa especial los regalos para la familia y aparte la de los vecinos. Me bañe me arreglé y me dispuse a preparar junto a patri y la sra. Milena varios emparedados de pollo, jamón y queso. Preparamos también una espaguetada, fritamos empanaditas, carabañolas y mande a Pedrito ( uno de mis tantos ahijados) que comprara galletas saladas y dulces junto a unas salsas para unos dips. Siendo ya las 7 pm en punto teniamos en el patio las mesas listas con todos los platos y demás.
Luis y mi mamá seguían riendose a un lado en el patio que para no molestarnos, cuando ya mi mamá vió todo listo se asomó y asombró de todo lo que había para comer, yo terminaba de hacer llamadas a otros amigos para que también vinieran.
Los amigos empezaron a llegar lo mismo que mis tias, Rosita y Marta y como conocía a Luis, les pedí que porfavor no se tomaran fotos con él que era por cuestión de tranquilidad, a menos que él mismo aceptara. Cada cuál empezaba a acomodarse y a comer habían muchas risas, mucha fraternidad. Mi hijo tenía un semblante de una tranquilidad que hacía mucho tiempo no le notaba. Cuando todos se marcharon mi hijo me llamo a parte para comentarme algo, pero mi mamá con sus dotes cómo de bruja adivino lo que me iba a decir Luis, así que de una le dijo
- Mijo tranquilo ya te arregle tu cama, en el cuarto de tú mamá, no quiero excusas para no dormir aquí- por dentro me reía yo también sabía que era eso de lo que Luis quería hablar.
Obviamente de mala gana aceptó, así que fuimos a la habitación, y se quedó cómo frío en la puerta, no entendía él porque seguía todo casí igual a cuando allí viviamos.
-Mami, no puedo creer que mi abuela guarde absolutamente todo lo que era mio. Mira, esta medalla de quinto, esta otra, y estas - no pudo seguir hablando se quedó como ahogado en los recuerdos.- Mami, mira ésta foto, recuerdo haberla puesto a un lado del espejo, aún está en el mismo sitio!!!- y tomandola recordaba con alegría a cada unos de esos compañeritos que posaron con el para la foto después de haber ganado ese partido de futbol.
Luis, no fué bueno para el futbol pero tampoco se lo iba a decir, lo deje que él mismo así lo entendiera, porque me idee la manera que tomara clases de tenis, le pagué con mucho esfuerzo la inscripción y la primera mensualidad, porque en serio, ese deporte es muy dificil para las personas no tan económicamente prestantes, la raqueta menos mal hacía años se la había regalado una tía (hermana de Nelson, el papá de Luis) la raqueta estaba maltratada, pero el profesor de tenis le hizo el mantenimiento y quedó, super bien. De esta manera Luis, se inclinó por un deporte en el que en verdad tenía mucho potencial, y luego sin querer le habriría muchas puertas, ya con la siguiente mensualidad pagaba una cuota muy bajita, el profesor me había rebajado debido al potencial que veía en Luis y mi situación económica, y que era madre soltera pues con Nelson solo viví 2 años, dos largos y sufridos años de mi vida y la de Luis.
ya por fin nos arreglamos y nos fuimos a dormir, y aunque no lo crean, esas camitas eran tan deliciosas que ni los mejores hoteles del mundo le brindarían a nadie un sueño tan reparador cómo el que tuvimos.
Al día siguiente, me desperté como siempre muy temprano y ya mi hermana y mamá estaban listas en la cocina preparando el desayuno, nos saludamos, aproveché para darle las flores que traía a mi mamá y que aún seguían empacadas, aparté las de mis tías junto a sus donas y dulces. Hice lo mismo con mi hermana, arreglamos la casa y empezamos a desayunar porque entre hablar y los quehaceres se pasa el tiempo, así que cuándo quisimos ver eran eso de las 10 am. sentadas en la mesa, llegó Luis, apenado con nosotras por lo tarde según él se había levantado y en realidad así era, rara vez lo hacía amenos que fuera domingo y por cierto era domingo. Esa mañana y muchas más desayunamos un plato típico de la Costa Atlántica, región a la cuál, todos perteneciamos, ese plato es el mote de guineo verde o cayeye, con suero, queso rayado y guiso, también huevos revueltos y el infaltable café con leche o en nuestro caso crema. Luis estaba tremendamente impactado y feliz de romper sus hábitos alimenticios, pués hacía años que no los comía, la verdad es que en Bogotá una ciudad de clima frío, era bastante dificil obtener muchas cosas del gusto costeño (así nos dicen a los que nacimos en la Región Caribe colombiana, o en los departamentos de la costa Atlántica). ya que los cachacos (así le decimos los costeños a todos los que no nacieron en la costa) tenían otro tipo de productos y gustos.
Esa mañana se sentía deliciosa la casa, rapidamente nos dieron las 12 del medio día, ya la señora Milena (la empleada) nos tenía listo el almuerzo, un rico sancocho de Gualdul con carne salá, otro rico plato de la costa atlántica.Aunque terminamos almorzando casi a las 2 pm, para ese momento ya habían llegado mis tías y 3 primos Gustabo, Milagros y Karen, todos pasamos a almorzar y compartir historias.
Esa mesa estaba bellamente arreglada con flores y la vajilla fina de mamá, que sólo usaba para cuando una visita ilustre llegaba o un momento especial, así que mi hermana y yo nos miramos diciendonos entre ojos, y admiración, *Sacaron La vajilla*. Disfrutamos de ese momento en familia y rematamos en el patio con un buen café. La casa era grande ocupaba de ancho lo de dos casas y se unieron a dos casas traseras más, ese regalo fue de Camilo y Luis, para la abuela. Antes no era asi, viviamos un poquito más apretados y el patio no ocupaba lo de dos casas, esta casa tenía porton posterior, en pocas palabras podían entrar por el patio. Mi hermana tenía una hermosa casa cerca a la de mi mamá, pero más era lo que estaba sola, pues ella se la pasaba aquí, imaginense mi mamá decía que ni loca se iba de esta casa. Así que mi hermana prefiere ir a la de ella unas veces a hacerle limpieza, mi sobrino Cami, vive con Andrea en un sector más exclusivo de Santa Marta, el barrio el Prado, aunque ese barrio le queda más cerca del puerto donde trabaja, prefiere venir a nuestro humilde barrio a almorzar, aunque a ún no ha llegado de Bogotá, mi hermana estaba contandole de nuestra repentina llegada. Interrumpí a mi hermana en su conversación con cami diciendole.
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Editado: 02.07.2024