En un extraño y lúgubre lugar una dulce melodía se escuchaba a alguien entonar. El lugar parecía una obscura y aterradora juguetería; con muñecos de todos los tamaños, colores y formas por todo el lugar, iban del techo hasta el suelo; algunos de ellos creados de manera muy realista asemejando a niños de verdad.
En una parte de la juguetería, en un área que funcionaba como un inquietante taller y siendo el origen de la tierna tonada se encontraba el dueño del lugar, una entidad que todos conocemos como Jason the Toy Maker.
Jason se encontraba inspirado y emocionado tarareando "Pop Goes the Weasel" la tonada que había escuchado en la habitación de la última casa en la que había adquirido sus nuevos materiales base para hacer sus preciosos muñecos. Y es que la tonada y la pequeña caja le habían dado una idea; la creación de un nuevo juguete, un juguete nunca antes visto, un juguete que solo él podría crear, algo que solo Jason podría considerar realmente como una creación propia, único en el mundo. Y con esta emoción y sin parar con la tonada repitiendola una y otra vez, Jason tomaba sus herramientas aquí y allá, se movía de un lado a otro cuando necesitaba uno que otro material y por fin su creación tanto como su contenedor estaban hechos.
Pero, había algo que no le satisfacía del todo aunque no sabía que era, a primera vista su nuevo jueguete estaba bien. El nuevo juguete era un lindo payaso de muchos colores, a diferencia de los demás muñecos este tenía la apariencia de un adolecente (algo muy poco común entre sus creaciones), su cabello de un rojo encendido, su nariz puntiaguda y de colores también, sus extremidades superiores graciosamente largos; en sí todo estaba bien todo en él era gracioso, lindo y divertido. Incluso su contenedor, su caja musical en la cual había grabado la melodía que tenía sonando en su cabeza desde hace días, estaba decorada de manera llamativa de acorde con los colores que el payaso ostentaba.
--Entonces ¿Qué está mal? algo le falta pero...¿Qué?-- se cuestionaba Jason, hasta que, vagando su vista por todo el lugar tratando de hallar la respuesta sus ojos se toparon con la colorida caja musical y después se dirigieron a su pecho, entonces la respuesta le llegó. --Ya sé qué es lo que te falta.-- Con una sonrisa demente llevó sus manos a su pecho, sus garras se insertaron en este y con una fuerza descomunal y sin mostrar expresión de dolor alguno, abrió su pecho; éste al abrirse hizo un sonido como de tela rasgándose y un líquido negro fue saliendo de él dejando ver en su interior una caja musical con un intenso brillo azul.
Jason dirigió su mano hacia la caja en su pecho, solo al abrirla y tomar un poco de ese brillo azul, él hizo un pequeño gesto de dolor a la vez que un latido resonaba por el lugar. Ese brillo azul lo dirigió a la caja musical perteneciente al colorido payaso, la caja brilló con fuerza y después el brillo se atenuó solo haciendo ver los colores de la caja mucho mas brillantes y atractivos a la vista. Después de esto el pecho de Jason se cerró sin dejar ni una sola marca en el. Todo el tiempo, esa sonrisa demancial se mantuvo.
--Bienvenido Laughing Jack se que darás mucha diversión a los niños pero tú también te divertirás mucho; todo lo que a ellos les guste a ti también te gustará.-- Mencionó Jason al ver al colorido payaso abrir los ojos y parpadear.
Su creación estaba hecha y por ahora estaba orgulloso de ella, ahora solo tenía que encontrar a un niño "especial" para poder probar a su nuevo juguete y Jason tenía en mente ya a un niño con el cual estaba seguro que Jack se divertiría mucho.
Ya en el mundo humano, a las afueras de la ciudad de Londres en medio de la noche, en cierta casita una figura con unos ojos verdes intensos y brillantes se adentraba en lo que al parecer era una habitación infantil aunque carente de juguetes. Con una sonrisa sádica y divertida la figura coloca la colorida y brillante caja que llevaba en sus manos en una pequeña mesa que se encontraba al pie de la cama en la que la pequeña figura de un niño dormía plácidamente sin percatarse de nada.
--Que disfrutes tu regalo niño.-- Y con esto dicho Jason desapareció por medio de un portal sin hacer ruido alguno.