Te he prometido no llorar
Pero es de madrugada y tu ausencia llama a las lágrimas
Tu perfume sigue en mi almohada
Y tus besos de jazmín los siento en mis labios.
Te quiero, tonta, tonta
El simple beso no hizo florecer el amor tierno del tímido amador
Sino aquella flama que crepitó al rozarse nuestros labios.
Pero el sencillo beso no cautivó tu indomable corazón ardiente
¿Por qué haz de recordarme mi discapacidad y sigues atormentándome con tu mirada?
Tonta, ¿por qué insistes en medir el amor con el ritmo de los pasos?
El astrolabio inexperto en tus manos te guiará
Al rítmico baile de la desolación.