Ticci Toby

NO PUEDE SER

No sé cómo mi madre se tomaría el que un chico extraño me visite todas las noches. Bueno, en realidad sí lo sé, por eso mismo lo mantengo en secreto, sé que seguró le daría un paro cardiaco o algo similar, más aún si se entera que se trata de Toby, un asesino.

Ya eran las 12 de la noche, y sin exepción, Toby ya se encontraba entrando por la ventana hacia mi cuarto. Al verlo, me levanto rapidamente de la cama para acercarme a él y darle un corto abrazo, el cual él algo dudoso —como siempre— correspondio. 

—Qué bueno que ya estás aquí— digo mientras lo guio a sentarse sobre mi cama, en donde deja su hacha, haciendo que las sabanas de mi cama se mancharan de sangre. Sé como arreglar eso, no es la primera vez que pasa. Algunas veces le digo a mi mamá que se trata de la menstruación, o sino simplemente las meto a lavar sin dar ninguna explicación, siempre y cuando mi mamá no me vea.

—Tengo algo que decirte— vuelvo a decir yo, pues Toby se encontraba muy serio y parecia estar perdido en sus pensamientos. 

—Sé lo que quieres decirme— habla por fin casi en un susurro, pero siempre igual de serio. —Y yo no quiero hablar sobre eso.

Mi corazón se detiene por un momento, ¿Cómo que lo sabía? Siempre fui muy discreta con eso. Al menos que se este confundiendo y piense en otra cosa, sí, eso debe ser.

—¿Sobre qué hablas tú?— cuestiono mirandolo tumbarse a mi cama boca arriba. 

—No puedo— responde simplemente, aunque ni siquiera sé a qué se refería. 

—¿No puedes qué?— mi ceño se frunce levemente, confundida. La mirada de Toby deja de estar sobre el techo para por fin posarse en mí.

—Tú y yo. No puede ser— nuevamente su mirada se concentra en el techo, como si eso fuese lo más importante ahora. Tal vez para él lo era.

Ahora sé a lo que se refiere, y también sé que ambos nos referimos a lo mismo. Por ello, sus recientes palabras me alteraron un poco.

—¿¡Por qué!?, ¿¡Por qué no puede ser!?— intento mantener la calma, pero pocas veces me funciona, y esta vez no era una de esas. Toby se incorpora rapidamente para mirarme molesto, sé que a él no le gusta que le griten, pero sinceramente eso no me importa ahora.

—Soy un asesino, _____— ríe por lo bajo, dejandome desconcertada.

—Sé lo que eres, y aún así te permito entrar a mi casa, ¿Crees que eso me importa?— esta vez rio yo, con ironia. 

—No...pero debería— susurra muy bajo, aún así logro escucharlo. —Tú sólo eres mi amiga, la que me ayuda a tranquilizarme todas las noches despues de asesinar a alguien, ¿Acaso lo olvidaste?— su fría voz hace que sus palabras me lastimaran más de lo que deberían. —Yo no puedo enamorarme, _____.

—¿Por qué no?, Yo te puedo ayudar, Toby, a dejar todo esto para iniciar una vida nueva y sana— hablaba totalmente enserio. Toby merece tener una vida normal, y no tener que huir y vivir en un bosque que quién sabe cómo la pasé.

—¡Por esto mismo!— me sobresalta su repetino cambio en el tono de su voz. —No quiero que alguien intente cambiar lo que soy, no quiero que intenten ayudarme...La vida es la misma mierda, _____, y tú no puedes cambiar eso.— Rapidamente se pone de pie para tomar su hacha y acercarse a la ventana, pero antes de hacer cualquier cosa, se detiene en seco, cabizbajo. —Lastima que ya me había enamorado, _____...soy un idiota...no debí dejar que alguien lo hiciera, mucho menos tú...creo que tendre que irme para nunca regresar...y debo admitir que...es...triste, porque tal vez nunca te volvere a ver.

No sabía cómo diablos reaccionar, me encontraba totalmente en blanco. Toby cruza la ventana, y antes de irse por completo me mira por quizas...ultima vez. Lo veo mover sus labios pronunciando algo en un muy bajo susurro para despues desaparecer de mi campo de vision. Rapidamente yo también me pongo en píe para correr hacía la ventada y ver como toby corria por la calle para desaparecer por el oscuro bosque.

—Yo también te amo— susurro con un nudo en la garganta.