ETHAN
Su cuerpo se sacude cuando el primer sollozo abandona sus labios. Tiembla y se aferra más a mi. Luce tan frágil.
Sus lagrimas mojan mi camiseta, pero eso no podría importarme menos. Lo único que quiero es sostenerla, consolarla, hacer que su dolor y enojo disminuyan aunque sea un poco.
Me mata verla así, ella no se lo merece.
No es justo.
Tendria que estar rodeada de todo lo bueno que tiene el mundo para ofrecerle, no de toda esta carga que lleva a cuestas.
Quiero que la hermosa sonrisa de hace unas horas vuelva a adornar su rostro.
—Todo fue por mi culpa —habla, su voz en un hilo casi inaudible —. Ella no se merecia eso, Ethan...
Acaricio su cabello lentamente.
—Nada de eso fue tu culpa, que unos locos bastardos quisieran usarte tampoco fue culpa tuya. No puedes controlar lo que pasa a tu alrededor.
Se aparta un poco y su mirada impacta con la mia, sus hermosos ojos azules están nublados por las lágrimas. La trizteza, enojo y resentimiento plasmados fuertemente en ellos.
—Fue consumida y ahora su cuerpo es usado por esa maldita perra —espeta con resentimiento.
Era cuestión de tiempo para que mis padres confirmen todas sus sospechas.
Sabia que me estaban ocultando información, conozco a mi padre a la perfección, algo rondaba su cabeza constantemente y no lo dejaba tranquilo.
Todo fue más que aclarado cuando Matheo Lanne regresó, ese hombre oculta tantas cosas.
Sé que dice la verdad y solo trataba de proteger a su hija, lo entiendo, su esposa fue consumida por completo. Vivir con ese miedo constante no debe ser fácil. Matheo temía que Morgan corriera el mismo destino, que se dejara controlar por la oscuridad que habita en ella, pero ocularle la verdad solo terminó por lastimarla.
—Ella ama eso, Ethan,—susurra, limpia sus lagrimas — lo disfruta. Mi madre es solo un titere que ella maneja a su gusto y no se detendrá hasta hacer lo mismo conmigo.
El miedo se cuela por mi piel de solo pensar en esa posibilidad. Morgan no será poseida, no permitiré que eso suceda. No caerá. No mientras yo esté a su lado.
No sabemos realmente las intenciones del ente que controla a su madre, pero si quiere a Morgan es por una razón muy fuerte. Todo lo que ha estado haciendo es por una razón. La pelirroja es muy poderosa, ni siquira sabe manejar la mitad de sus poderes, ella podría facilmente ocasionar el mayor de los desastres si así lo desea.
Todo ese poder en manos de las personas equivocadas podria destruir todo a su paso. Acabar con quien sea que se le cruce en medio.
—Eso no sucederá —mascullo, tiene la mirada distante en un punto detras de mi, pero tomo su rostro obligándola a mirarme —. Tú eres mil veces más fuerte que ella, no dejes que gane. No le des ese poder, Morgan.
Vacila un poco en responder. Sus labios se abren, pero los vuelve a cerrar, respira pesadamente, su respiración choca con la mia. La cercania podria romperse fácilmente, la idea de besarla empieza a hacerce más intensa.
Siento los latidos de su corazón acelerarse. La pongo nerviosa, la cercanía la tienta, pero no hace nada al respecto, solo mantiene sus ojos en mí.
—Yo.. creo.. —balbucea, ni siquera puede completar la oración.
Me acerco más a ella, mis labios a solo centímetros de los suyos. Contiene la respiración, no se aparta.
Estoy a punto de besarla cuando...
—Ethan, tu padre...
Maldición.
La voz mi madre hace que Morgan se aparte de golpe poniendose de pie.
Genial, es que acaso nadie sabe tocar la maldita puerta.
Me levanto de mala gana, de reojo veo el evidente color carmín cubrir sus mejillas y sonrío sin poder evitarlo.
Dolorosamente hermosa.
Mamá luce incómoda y apenada cuando nos observa. Acomoda su vestido tratando de aligerar el ambiente.
—Lo siento, debí tocar —se disculpa.
Oh, en serio.
Solo arqueo una ceja en su dirección, resaltando lo evidente. Si tan solo hubieras tardado unos minutos más.
—No, tranquila —habla por fin la chica junto a mi —no estabamos haciendo nada importante.
Claro, quiero reir por su comentario.
—Tiene razón, mamá, solo estabamos a punto de... —me da un codazo haciéndome callar.
Es tan linda cuando está avergonzada.
Mi madre nos observa con diversión y quizás hasta algo de ternura. Ella sabe perfectamente lo que me pasa con Morgan. Es mi madre despues de todo, a ella nada se le escapa. Es una mujer muy bondadosa, amable y protectora. Su intuición siempre acierta.
Incluso antes de que yo pudiera entenderlo por completo, ella ya tenía las palabras correctas para describir la atracción que sentia para con la pelirroja.
—Tu padre te espera en su estudio —informa —. Hay ciertas cosas de las que debe hablar contigo.
Morgan escucha con atención, se lo que pasa por su mente, ella es muy fácil de leer. Apuesto a que está empezando creer un sin fin de escenarios. Piensa que podriamos estarle ocultando aún más información.
No la culpo, yo pienso lo mismo. Sé que hay cosas que mi padre prefiere mantener en privado y lo respeto. Sea lo que sea, no pienso lastimarla con más mentiras. La confianza es algo que quiero que crezca entre ambos y para que eso suceda no deben de existir secretos de por medio.
—De acuerdo, voy en seguida.
Mi madre asiente y nos regala una cálida sonrisa antes de retirarse.
Siento su mirada clavada en mi y volteo. Sus ojos me observan, está a punto de matarme.
—¿Qué?
—¿Qué? Oh, nada, señor "solo estabamos a punto de" —hace comillas con los dedos y se acerca —. Casi muero de verguenza frente a tu madre. Además no estaba a punto de pasar nada.
Una sonrisa llena de diversión se forma en mi rostro y eso solo la enoja más.
—Y ahora de que te ries, idiota.
Uh, si. Ya se cabreó.
—Eres linda cuando te enojas —confieso.
Quiere mantener su expresión seria, pero no le dura mucho ya que suspira y rie cubriéndose el rostro.
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Editado: 31.10.2020