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Al día siguiente no podía sacarme de la cabeza los ruidos y la manera en que la madera crujía. Por suerte, Alia jamás se dio cuenta de mi neurótica actitud. Mientras tomaba mi café antes de salir a la oficina observa la puerta a la cual había ido directamente después de despertarme para ver nuevamente aquella huella de animal.
Ya no se encontraba.
Había fruncido el ceño y mirar directamente donde estaba la huella, posiblemente algún vecino la había limpiado.
- Hoy tengo dos citas y termino a las cinco, ¿crees poder ir por mi? - me preguntó mi novia mientras se peinaba los cabellos rebeldes que sobresalían de su cola de caballo.
- Si, claro.
- Bien, te esperare. - asentí y me acerqué a ella para darle un pequeño beso de despedida. Alia era una psiquiatra muy importante en esta ciudad. Así fue como llegue a conocerla, yo era uno de sus pacientes pero una vez que me dio el veredicto de que no era ningún loco suelto me deje llevar y la invité a cenar.
De camino a la oficina Logan me llamo.
- Nuevo cuerpo a las afueras, te veo ahí en diez - No me dio tiempo de responder ya que había colgado. Suspire. Logan había sido nombrado mi compañero una vez que volvió de su servicio militar, el hombre de treinta algo era muy serio y directo. Pocas veces lo había visto sin su ceño fruncido. Parecía seguir perdido en su vida del pasado, siempre lo pillaba observando una fotografía que guardaba una vez que alguien se acercaba a su escritorio después de gruñir.
Por suerte éramos un buen equipo. Hacíamos nuestro trabajo y nadie se metía en una ninguna cosa del otro. No éramos el típico equipo de agentes que se cuentan hasta lo que comieron el la mañana, nos arrojábamos comentarios, discutíamos, nos poníamos de acuerdo y una vez que cerrábamos un caso volvíamos a nuestra rutina de desconocidos.
En menos de quince minutos ya me encontraba apartando a las afueras una parte de la region que los ciudadanos preferían no visitar. Esta era la parte mala, oscura y donde había más traficantes que en cualquier otro cartel. Eran pequeños pero letales.
Me ajuste el saco y sentí como la piel se me erizaba una vez que el frío del exterior me golpeó en el rostro. Me coloqué el arma a un costado y caminé hacia donde observé un grupo de investigadores ya instalándose.
- ¿Que tenemos aquí? - pregunte a Logan quien se encontraba de cuclillas aún lado del cuerpo. Una mujer.
- Mismo patrón, es el mismo asesino.
Asentí y me incliné un poco para observar mejor las hematomas y rasguños en sus brazos. Tome aire y me incline un poco más al observar un hilo de sangre ya seca por sus costillas. Le pedí a un investigador unos guantes y me acerque a aquella área.
- ¿Estos son rasguños? - pregunte a nadie en especial. Tocando la herida y como se extendía de su costilla hasta su estómago, la ropa que la cubría también parecía ser rasgada por algún cuchillo o navaja pero la forma en que fueron cortadas dudaba que esa fuera la manera.
- Si, ni fueron hechas por algún objeto punzante. Es un rasguño muy ancho y largo. Como de un animal, un oso posiblemente. Aquí transitan varios debido al bosque. -
Las alarmas en mi cabeza comenzaron a pitar y mire a Logan que tenía su típico ceño fruncido observando la herida. Recordé en ese momento lo sucedido por la madrugada, el gruñido y la huella de lodo enfrente de mi puerta. No había sido un sueño fue real y fue como una señal.
¿Cual? No tenía ni puta idea.
- Debemos revisar los reportes de las demás víctima si tenían esta misma herida.
- Si, dejemos ¿como no lo vimos antes?
- El medico forense debió decirnos.
Volvimos a la estación una vez que tuvimos nuestras pruebas y alguien de las afueras nos ayudó a reconocer a la chica. Logan y yo nos encontrábamos en nuestros escritorios revisando cada uno de los reportes que los médicos nos habían dado para revisar si había otras heridas además de las hematomas.
Talle mi rostro cansado después de tres horas detrás del escritorio.
- Ten, te toca revisar este. - dijo Logan tirando un expediente bastante viejo sobre mi escritorio. Bufé cansado y sin ganas de pelear, mire el reloj. Tenía una hora antes de ir por Alia. Me recline sobre mi silla y abrí el expediente.
- ¿Que demonios? - gruñí enderezándome. -¿Que es esta mierda, Logan?- mi respiración se aceleraba y la furia corría por mis venas de una manera que provocaba que todo mi cuerpo se sintiera caliente. Baje la vista a la fotografía.
Carter Johnson me debió la mirada
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Editado: 26.01.2019