Connie 🌹
Agosto 8, 2019.
"—¡Espera, Connor! ¡Más lento! ¡Recuerda que mis piernas son de gelatina!
— ¡Rápido, Blancanieves! ¡Te perderás la diversión!
¿Qué rayos...? ¿Qué le emociona tanto de este lugar? ¿Por qué la calle luce tan solitaria?
Es de noche, no sé qué hora es exactamente, pero esto me parece un poco extraño. Todo luce cómo un pueblo fantasma. Ni siquiera las casas o establecimientos cercanos se ven con luz en su interior. Es cómo si estuvieramos realmente solos en el pueblo de Goldstein.
¿Dónde están esos guardias también?
—¡Rápido, enana!, ¡o te comerá la bruja de Jones! ¡A ella le gusta pasear a esta hora para cazar a niños!
Lo escucho decir, seguido de una risa burlesca y después lo veo correr hacia un callejón, más oscuro que la calle en donde estoy.
—¡Connor! ¡Espera!
La voz cobarde dentro de mi cabeza me dice que es una mala idea, pero tampoco puedo quedarme aquí sola. Además... creo que ya es más tarde de lo que supongo. Tendré problemas seguro con los Fothem por esto.
— ¡Agh, Connor! ¡Vas a pagarme esto! — corro hasta los adentros de ese callejón y hago todo lo posible para no mirar, está demasiado oscuro y... Qué raro, no hay luna...
De nuevo no hay luna.
— ¡Connie, por aquí!— su voz me devuelve al aquí y de inmediato alejo mi mirada del cielo y trato de activarme para reanudar mi andar.
Suspiro al salir de ese callejón, ahora he llegado a una calle de piedra. Está más sólo aquí, ni siquiera sirven las farolas y hay varios edificios de concreto y de un aspecto... peculiarmente antiguo. No conocía esta zona de Goldstein.
—¿Y? ¿Qué te parece? Es todo nuestro por ahora. —Connor al fin aparece. Lo veo extender sus brazos a los costados y después da una vuelta. No puedo evitar reír. Actúa muy extraño —. Ven, aún no has visto lo mejor.
Se acerca a mí y me toma del brazo. Mis ojos se abren hasta el tope al ver una pequeña plaza con un quiosco adornado de luces de colores, también hay columpios y una fuente que parece emanar luz. Se encuentra completamente solitario, sin embargo, lo que me ha impresionado más es su piso de cristal.
Es tan brillante...
¿En dónde estaré en realidad?
— Oh por Dios...— aún no puedo creer en lo que miran mis ojos, parece sacado de cuento. Me sigue pareciendo extraño y más porque parece ser la una zona viva y con luz en este misterioso lugar.
Escucho que Connor ríe a mi lado y después lo siento rodearme hasta posarse frente a mí. Sus ojos lucen más oscuros que de costumbre, casi no parecen ser los de él.
— Sabía que te gustaría, Blancanieves.
Asiento, sonriendo ampliamente.
— Parece mágico.
— Oh, acertaste, porque no sólo lo parece— me siento confundida cuando lo veo tomarme de nuevo de la mano y después me guía hasta ese lugar iluminado y hermoso.
Al tocar el piso de cristal, tomo a Connor para sostenerme, pues temo el resbalar.
Connor ríe, pero no me suelta.
— Tranquila, todo está bien, puedes caminar libremente. Te aseguro que no resbalaras.
— Pero luce muy frágil...
—Connie... — me interrumpe, mientras toma mi rostro con sus dos manos. Sentirlas contra mi piel es extraño, es...
Me ha tomado de sorpresa. Es cómo si me tocara otra persona.
Sus ojos se enfocan en mí, mientras esboza una sonrisa de lado. Sus labios lucen morados, pero no de una manera que lo hagan lucir mal.
Qué extraño me parece todo en estos momentos.
— Confía en mí, este lugar es para ti. No te harás daño aquí. Lo prometo.
Trago grueso y después desvío mi mirada para inspeccionar mi alrededor. Hay mucha luz, azul cielo, eso me ayuda a tranquilizarme. Sin embargo lo que me ha dicho me ha dejado sintiéndome más extraña.
¿Qué es lo que está sucediendo?
— Tranquila, todo estará bien, solo tienes que pisarla para que veas su magia.
La dulzura que me transmite su mirada me da un extraño y temprano valor, así que, sin darle más vueltas al asunto, dejo de estrujar su chaqueta con mis manos, para al fin soltarme y aferrar mis pies al suelo.
Espero empezar a resbalar, espero que mis piernas empiecen a bailar cómo las de Bambi, pero sucede algo que me deja más impresiónada...
El suelo se empieza a iluminar por una luz dorada ahora. El lugar se transforma en otro, los edificios se vuelven de cristal también. Aparecen arbustos llenos de rosas... doradas. Sí... Emanan una luz dorada.
No dejo de mirar con asombro e incredulidad, no dejo de girar, mirando cómo todo cambia a mi alrededor.
Es hermoso...
¡De verdad era mágico!
Aparece gente, no sé de dónde ha salido, están vestidos de blanco y de plata. Ahora patinan en la pista. Hay niños también, jugando en los columpios. Ríen y otros pequeños más corren jugando a las atrapadas y unos más vuelan cometas.
Escucho de pronto un violín...
Conozco la canción que toca ahora....
Dust in the Wind...
Giro de inmediato al reconocerla. Está un chico con un traje de.... ¿Un soldado? Mi ceño se frunce, sí... He visto ese tipo de soldados, no se parecen en nada a los de la guardia de ahora. Ahora está tocando un violín, se encuentra dentro del quiosco. Varias parejas se han acercado ahí y han empezado a bailar.
— Ven, Connie, te enseñaré a usar las piernas correctamente.
—Connor...— no me deja protestar y de pronto sólo lo siento tomarme de nuevo para llevarme hasta dónde todas esas personas se encuentran bailando ahora.