Oscuro paraíso (la oscuridad del angel)

CAPITULO 18

Connie 🌹
Septiembre 18,2019.





















 

Mis pasos se sienten pesados al dejar el pórtico y llegar a los adentros de la gran casa de la señora Emily. Miro hacia atrás antes de cerrar la puerta, la oscuridad ha llegado a invadirlo todo. Nubes negras anunciando tormenta, de inmediato eso me hace sentir extrañamente alarmada, nunca me ha gustado la lluvia, nunca me ha gustado cómo la luz se va para darle paso a algo frío, húmedo y oscuro.

Me hago una nota mental para recordarme el hacer esto rápido y no llegar tan tarde a casa de los Fothem. De nuevo le mentí a Berit y a sus padres acerca de que visitaría a Connor. Mi amiga ya se veía mejor,  creo que iría al cine hoy con sus amigas de la escuela, así que por ella no tengo problema en ocultarme. Probablemente esté muy ocupada.

Mis ojos viajan una vez más hacia el exterior, y algo malo e inquietante me llena de pronto.

¿Qué pasa? ¿Por qué me siento así?

— Connie, querida. Anda.—me llama la señora Emily para que pase.

Asiento con una sonrisa antes y después me obligo a entrar por completo a la casa. Camino detrás de la señora hacia los adentros de su estancia, cuando ella me hace una seña, instandome a seguirla. Todo me parece mas oscuro, quizá porque las farolas de afuera aún no se han encendido.

— Veo que ya puedes moverte.

La voz de la mujer elegante que ahora me acompaña me trae devuelta al aquí. De inmediato dejo de revisar todo con la mirada para prestarle atención.

— Sí... No muy bien aún, pero...—

— Algo te ayudó con eso, ¿cierto?

Mi ceño se frunce después de oír eso.

— ¿Qué?

Ella se gira y me regala una mirada rendida. Hemos llegado a la entrada de su estancia. ¿Por qué todas las luces están apagadas aquí también? Un sentimiento inquieto despierta dentro de mí ante eso. No importa si estoy acompañada dentro de la oscuridad, ella no me deja de asustar y hacerme temblar cómo a una niña de cinco años.

La amable mujer de vestido negro, suspira y después me señala hacia la entrada de esa habitación. Tarde voy comprendiendo que se refiere a que entre.

— Vamos, la sesión será aquí.

Mi boca se abre en una "o" y después obedezco, pasando antes que ella a la estancia.

Mis ojos se abren hasta el tope y me quedo sin saber cómo reaccionar ante lo que encuentro al entrar. Está lleno de amuletos, las ventanas que dan al jardín están cubiertas y clavadas con cortinas negras. En la mesa del centro ha colocado tres veladoras, una negra, una blanca, una gris y para el colmo yo he traído una roja. ¿Para qué tantas veladoras? También logro apreciar  varios collares con símbolos raros, un vaso de agua, otro pequeño recipiente con lo que parece ser sal, un gran libro abierto y... espejos en cada esquina de la habitación.

La verdad no me esperaba algo así...

Está más que preparada. Darme cuenta de eso, el ser golpeada por esa resolución, me hace sentir tempranamente cobarde. Nunca creí que recurriría a esto un día, antes me parecía tan absurdo todo este tipo de cosas, pero, considerando todo lo que últimamente me ha estado pasando... ya no me importa. Estoy desesperada, necesito algún medio para conseguir las respuestas que necesito porque ya ni siquiera sé cuál es mi realidad. Cuál es el propósito de esos sueños y de esas apariciones. 

Ver todo lo que ha preparado la señora Emily para ayudarme a conseguir explicación, me conmueve mucho. Parece que sí se lo tomó muy enserio y en parte se lo agradezco.

Dios...

Espero que funcione y que no me esté metiendo con algo prohibido al involucrarme con esto...

— Wow... Es impresionante. — al fin me atrevo a enfrentarla. Ella sonríe, encogiéndose de hombros.

— Es necesario si es que de verdad quieres descubrir la verdad.

— Claro. No tengo problema con eso.— me sincero y después vuelvo echarle un vistazo a todo. Ver esos símbolos de triángulos con un círculo dentro de ellos me hace sentir un poco... extraña —. Señora Emily..., volviendo a la pregunta de antes...—

— Sí, perdón si te asusté con eso. — ella me interrumpe y después se adentra a la habitación. Suspira —. Yo... no te lo quería decir antes Connie, pero desde que te conocí percibí algo extraño en tí.

— ¿Q-qué?— tartamudeo y ella después de asentir débilmente, me mira, con ojos culpables.

— Siento haber ocultado eso, pero no quería preocuparte ni lograr que me vieras cómo a un bicho raro..., pero sí... Cuando te ví sentí algo oscuro en tí. Desconocido, pero tu mirada de angel me hizo no darle importancia a eso y cuando te empecé a tratar más y a conocer al hermoso corazón que posees en realidad... concluí entonces que eso oscuro no estaba en tí, si no que más bien... estaba siguiéndote.

— ¿Qué? ¿Entonces siempre lo supo?— asiente. No puedo evitar sentirme extraña y aliviada por saber al menos que ella me cree. Que ella también se ha dado cuenta de eso extraño que me sigue últimamente—. Y... ¿Cree que es malo? ¿Ha concluido algo más?

— Es lo que me preocupa, mi niña, porque realmente no puedo descifrarlo por completo. — suena preocupada y eso, para ser sincera, ya me inquietó más. Después me hace una señal para que me siente cerca de la mesa y ella lo hace también, pero se va al otro extremo para quedar frente a mí—. He intentado descubrirlo porque de verdad ha llamado mi atención esa energía. Sin embargo creo que va más allá de todo lo que he visto y de lo que me he enfrentado.

— ¿Enfrentado?

Ella prefiere permanecer unos segundos en silencio.  Sus ojos mostrándome algo sombrío ahora. No sé si es por la falta de iluminación... pero estos lucen más extraños que antes, creo que hasta las pupilas se han dilatado.

Toma el libro con sus manos.

— No sólo poseo este don que me conecta con mundos ajenos al que vemos a diario alrededor nuestro... También, gracias a eso, tengo el deber de intervenir con entidades indeseadas. — no puedo evitar mirarla con sorpresa ahora —. Me siento culpable por ocultarte tantas cosas, Connie, pero al ser nueva en un lugar donde no dejan de señalarte...—




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