Oscuro paraíso (la oscuridad del angel)

CAPITULO 32

Connie.

Diciembre 22,2019.

































 

Son más de las tres de la madrugada y me encuentro sumida en la oscuridad de un rincón de mi celda, con mi espalda pegada a la pared y con la mirada guiada a la nada. Otra noche en la que no puedo dormir, otra noche en la que soy  consumida por el miedo y por la preocupación. La ansiedad ha vuelto más fuerte que nunca para envolverme, y la angustia que he sentido gracias a eso me ha hecho sentir todo tan insoportable. Mi mente se ha convertido en un cruel enemigo que no deja de hacerme consciente del daño y del caos que he causado, tal vez sin querer, pero, que de alguna manera, me incluye, me responsabiliza.

Quiero gritar, quiero huir, quiero dejar de sentirme así, pero mis nervios alborotados dejarán de estarlo hasta tener una respuesta, y esa anhelada es... el saber si mis amigos están bien. Si Marín y Adela han aparecido.

<<¿Por qué...? ¿Por qué está pasando de nuevo? ¿Por qué con ellas?>>

Las lágrimas nublan mis ojos, pero no quiero llorar, no quiero que Anna se despierte y se dé cuenta de que lo estoy haciendo de nuevo. Sólo quiero intentar asimilar esto con la poca calma que me queda, porque ya no soporto a tanto miedo residiendo dentro de mí. El desastre en el que se ha convertido mi cabeza últimamente me está matando... pues todo es un caos dentro de ella una vez más. Todo en mi vida se ve mal gracias a esos temores y a esos pensamientos caóticos respecto a las chicas y su desaparición.

Ya no sé cómo contenerlo, ya no sé cómo lidiar con todo esto.

<<Necesito saber qué está pasando allá afuera.

Necesito saber qué más ha ocurrido en Goldstein.

Necesito saber... si Connor y Berit están bien.>>

Desde la visita de Connor aquí, desde que vino a decirme lo que ha ocurrido con Adela y con Marín... he estado viviendo la peor de las preocupaciones, pues estoy segura de que lo que les pasó tuvo que ver de alguna manera... conmigo. Estoy segura que en algo estuvieron involucrados esos seres que antes me acechaban, pues no pudo haber sido coincidencia, no con dos chicas que son importantes para mí y, aunque Adela no era mi amiga,  ella estaba realmente involucrada en el caos que me rodea, ella sabía mucho al respecto de todo eso, ella y Marco.

Por Dios...

De él ya tampoco supe nada.

<<¿Habrán hecho lo mismo con él? ¿Lo habrán secuestrado cómo a Marín?>>

Esas y mil dudas son las que ahora me hacen sentir inquieta e impotente, y más al estar encerrada aquí. Me odio por confiarme, por haberlos dejado sin alguna explicación que los ayudara a prevenirse de estos peligros que ahora corren. Dentro de mí sentía que algo malo iba a pasar con alguno de ellos, estaba advertida por Emily, pues ella ya me había dicho que si me resistía... las consecuencias las pagaría con ellos. Ahora no puedo evitar culparme, pues, aunque no quiero creer en lo peor... una voz en mi cabeza me dice que quizá Marín y Adela...

No.

No, ¡¿por qué ha tenido que pasar esto?! ¡¿Por qué ellas?! ¡A mí es a la que buscan! ¡Ellas no tienen culpa de nada! ¡No tienen culpa de nada!

— Maldición...— dedico varios golpes a la pared detrás de mí con mis puños y empiezo a ser completamente consciente de lo que ocurre en mi oscuro aquí... cuando un dolor punzante se hace presente en mis manos.

Aún así no me interesa y hago a un lado ese dolor para rendirme hasta el suelo. Quedo finalmente en una posición sentada y, después de cubrir mi rostro con mis manos lastimadas, empiezo a llorar. De nuevo lo hago, de nuevo ya no puedo reprimirme. La desesperación que he sentido estos últimos días ha creado un monstruo dentro de mí, uno que me pide salir, que me pide ser liberado. Ya no quiero contenerlo más, ya no soporto lo que le hace a mi alma y a mi corazón, este ya destrozado por la desesperanzada y la rendición.

Odio esto, odio haber tenido que ser esta persona, antes no me importaba saber que era sólo una huérfana, antes podía lidiar con eso y con el hecho de tal vez haber sido abandonada por mis verdaderos padres. Lo podía soportar, pero... ¿Esto? ¿cómo se puede vivir sabiendo que eres perseguida por demonios?, ¿cómo se puede convivir con el hecho de que tú... eres la reencarnación de algo que fue tan maligno para ser juzgado en una nueva vida? ¿Cómo sentirse tranquilo o con esperanza, cuando tu alma está siendo acechada por monstruos? ¿Cómo sentirse en paz... cuando tú fuiste uno también?

Porque es eso en lo que también me he convertido, en un monstruo, porque fuí capaz de matar a alguien, porque caí tan bajo en las trampas de otros para hacerlo. Porque lo único que he conseguido para la gente que amo es sufrimiento y problemas... como si yo fuese una maldición para todo aquél que se me acerque.

<<Si yo no hubiese estado en ese orfanato... Chay, Selen y la superiora Eugenia, no se hubieran suicidado. De alguna manera descubrieron mi verdad y alguien o algo las amenazó y las obligó a cometer... lo que hicieron, y lo hicieron... por mí, por protegerme.

Si yo nunca me hubiese involucrado con las que ahora son mis hermanas...  ellas no estuvieran corriendo peligro en estos momentos. Chay y Selen estuvieran vivas, Adela y Marín no hubiesen desaparecido, y Berit y Connor estuvieran a salvo ahora en sus hogares.>>

Dios...

¡¿Por qué tuve que ser esto?! ¡¿Por qué?!

— Todo es mi culpa...— Lágrimas resbalan de mí sin parar. Sé que me meteré en problemas si una guardia me ve así y fuera de la cama, pero no me importa, a estas alturas ya no...

<<Ya no lo soporto...

Necesito salir de aquí, necesito alejarme de este lugar, no sé qué es esto que siento... pero algo en mí me dice que algo terrible está por pasar, que esas cosas están aquí, muy cerca tal vez.>>




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