Capítulo 29:
Traición
Selt
Me remuevo entre las sábanas sin poder sacar la última visión de mi mente, intentar conciliar el sueño de nuevo es imposible. Las imágenes revolotean como abejas en un panal. Causando ruido, impidiendo que se desdibujen, que las olvide. Es agobiante mirar el futuro y no poder cambiar nada, porque no importa la intervención que se pueda dar para desviar ese evento, el final seguirá siendo el mismo.
Creí que lo había aceptado. ¡Uy!, como me cuesta ser solo un espectador.
Vi a Samuel de nuevo y no ha sido precisamente su muerte. Lo que agradezco. Me miraba directamente, se veía confundido. El sueño no fue revelador, un enfoque directo hacia él. Luego, cambio. Salí de un sueño para saltar a otro. Mi visión me ha mostrado a un joven de bonitos ojos azules rodeado de quienes al parecer serán o son sus amigos… una celebración muy reveladora, pero nada que pueda usar a mi favor.
Me preocupa de qué lado de la historia se encuentra el joven.
Quisiera tener el poder de detener lo que para colmo de males ya está escrito, la muerte es una delgada línea que está prohibido cruzar. Y por más que me mortifique un final tan sangriento en lo que será su corta y nueva vida, no haré nada. Podría, es muy tentador cruzar lo prohibido, pero eso significaría oscurecer mi alma como lo hizo mi madre, entonces toda mi lucha y lo que perdí no serviría de nada. Las cosas pasan por algo para bien o para mal.
Me levanto. El piso frío. Camino a la ventana, tengo la ligera impresión de que hay alguien fuera. Puedo imaginar quién es el visitante. El temor me sofoca por un instante, sacudo ese sentimiento antes que él pueda percibirlos. La tela se desliza entre mis dedos descubriendo el exterior. Allí, a la sombra de la línea de árboles que mantienen oculta mi propiedad, se encuentra ese ser.
Faltan algunas horas para el amanecer. El firmamento se ha tornado gris y sin luceros ni estrellas, anunciando la llegada de un aguacero. La brisa fría trae consigo la humedad de las primeras gotas que caen como lágrimas del cielo, silenciosas los primeros segundos y luego revienta en un tronar de llanto salvaje. Desde hace un par de días las lluvias han sido parte de las noches y los días… Permanece en el mismo sitio, su figura se desvanece entre la lluvia.
¿Se ha ido? Espero que sí, aunque me cuesta admitirlo, le temo.
Cierro los ojos por un instante y disfruto de ese canto armónico, es una maravilla. A pesar de los sueños y preocupaciones, descanse muy bien. Estoy preparada por los nuevos retos que se avecinan para el día. Falta muy poco para el cierre del círculo de sangre. Es impresionante como todo se puede complicar de un segundo a otro.
Suelto la tela y la venta queda cubierta de nuevo. Cubro mis hombros con un manto que fue tejido por mi suegra hace demasiados años y que conservo como una reliquia. Una de las pocas pertenecías que aún conservo del pasado. Trocitos de memorias que sí, valen la pena recordar.
Arrastro mis pies por el pasillo, las escaleras, cruzo la sala hasta la cocina. Así como la lluvia a sido consecuente en los últimos días, mis horas de descanso se han ido reduciendo paulatinamente. O concilio, el sueño demasiado tarde, o, me despierto de madrugada, hoy fue una gratificante excepción. El futuro es un caos dentro de mi cabeza. Lo más agobiante es que no hay mucho que pueda hacer en este momento, tengo que pensar muy bien los pasos que daré de ahora en adelante si quiero adelantarme a los planes de Nariel, que siguen siendo un misterio.
Libero un poco de mi magia para preparar un té, el agua es vertida en la tetera y llevada al fogón, un chasquido y el fuego azul hace arder la brasa. He pasado tanto tiempo inmerso en comprender mis pesadillas, poner en orden mis siguientes movimientos y releer cada libro que… mi casa se ha quedado en el pasado como generalmente se encuentra mi mente. En algún momento estaré de humor y tendré el tiempo para remodelar toda la casa, por el momento seguirá igual de rudimentaria. Avivo un poco más el fuego mientras continúo mi divagación…
A lo más resiente y mi mayor reto. Con la nueva amenaza surcando los cielos, me doy cuenta de lo poco que he leído sobre demonios. Instintivamente, siempre evado ese ámbito de conocimiento, lo que fue una completa estupidez. Nunca llegue a imaginar que conocería a uno, mucho menos enfrentarme a uno de ellos. Entonces, no tengo idea de lo que me espera. Tengo miedo de fallar, si pierdo contra ese hombre, todo lo que he hecho hasta ahora se irá al carajo, y mi hermana obtendrá esa oscura criatura que reclamará el círculo de sangre dentro de muy poco. Cada uno de mis movimientos debe ejecutarse en el momento preciso si no voy a causar un desastre mucho peor.
Lo que no necesito, y la humanidad mucho menos.
Esa chica de bestiales ojos violetas y que tuvo la valía de sacrificar su vida, ha renacido bajo el seno de la misma familia. Ya lo he visto, y para estos tiempos tiene que tener quince años, a nada de los dieciséis, y nuestro reloj avanza directo a una nueva tragedia, o a una victoria. Mis visiones se dividen en dos senderos completamente opuestos, Nariel ha hecho su jugada y falta que yo haga la mía. Lo que nos lleva al extraño regreso de Samuel, que por línea de sangre sería mi tío muerto. En la actualidad es un guardián, perteneciente a una humilde familia, según sus registros es portador de la magia del sueño, controla e induce los sueños o pesadillas, es como una variante de las habilidades de mi hermana Tanils. Es el mismo tipo de magia que tuvo en su primera vida.
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Editado: 11.03.2024