Oscuros Secretos

Capitulo XI

Llevaba tres malditos días en este miserable hospital y ya me quería largar, quería estar con mis nuevas hermanas, quería conocerlas y jugar con ellas; Samuel me explico la situación de ellas, me dijo que la nueva pareja de Gabriel era su madre, y...

Llevaba tres malditos días en este miserable hospital y ya me quería largar, quería estar con mis nuevas hermanas, quería conocerlas y jugar con ellas; Samuel me explico la situación de ellas, me dijo que la nueva pareja de Gabriel era su madre, y las golpeaba; está claro que desde que me las presentaron me enamore de esas pequeñitas, no podía comprender como Gabriel permitía que les hicieran daño; me alivio mucho saber que mis padres las adoptaron y ahora están con nosotros.

Ni con las visitas de las pequeñas mi humor mejoraba un poco, Alec trataba de animarme igual que toda mi familia, valoraba mucho su esfuerzo; hoy ya era mi cuarto día y mi humor con cada minuto empeoraba, ya me sentía recuperada, o no en lo absoluto.

Aunque lo intentara no podía tolerar su comida, su olor a detergente costoso y el ir y venir de las enfermeras con medicamentos y revisiones, no soportaba las miradas cargadas de preocupación de mi familia y amigos, como si en cualquier momento me fuera romper o desaparecer, sé que vivieron una tortura al verme en ese estado, pero por Dios no iba a morirme si me dejaban sola un maldito segundo.

-Cassie nena no hagas mala cara- dijo mi madre desde el sillón- llevas frunciendo el ceño toda la mañana- había pedido que me dejaran a solas con mi madre, ella la única que podía entenderme en este momento.

-Mamá me quiero largar de este andrajoso hospital- dije desesperada, sé que sonaba como una niña caprichosa- quiero estar con mis nuevas hermanas y jugar con ellas- me queje como una niña pequeña, ella me miró enternecida, no soportaba esta situación, estaba a punto de llorar, mis ojos se aguaron y mi labio tembló; me esforcé por ocultarlo,  mi madre lo noto y se me acerco.

-Hey cariño no llores- dijo ella mirándome con amor y comprensión- sé que es difícil, debes aguantar- acarició mi rostro- sé que estás cansada, debes recibir las atenciones necesarias hija, atenciones que en casa no voy a poder darte- me dijo ella acariciando mi rostro- te prometo que traeré a Samantha y Lucia  la próxima vez.

-Solo son los medicamentos madre-dije justificando mis estúpidas ganas de llorar- voy a dormir – dije seria y esta asintió, sabía que los medicamentos no tenían nada que ver, odiaba sentirme nuevamente como cuando tenía 12 años, me sentía perdida, me sentía vacía y sé que no lo estaba, que mi familia me amaba, por alguna razón no podía dejar de sentirme extremadamente triste.

- ¿Qué te pasa cariño? - dijo mi madre acariciando mi cabeza sin obtener respuesta de mi parte- desde que despertaste estas distinta – sé que ella había notado que algo me pasaba- como si te faltara algo- suspire soltando un par de lágrimas rebeldes, no respondí y me arrope con la manta que mis hermanas, Johanna y su novio me habían traído.

-Solo estoy cansada mamá- dije y ella suspiro, mamá sabía que le estaba mintiendo, no insistió, consciente de la situación, yo no diría nada más que eso y me guardaría mis sentimientos como siempre lo hacía- puedes, ¿podrías cantarme la nana? por favor.

-Claro cariño- dijo ella un poco más animada- para mí sería un gran honor- empezó con su dulce canto, un pequeño detalle de la canción me llamo la atención e interrumpí a mi madre.

Duerme mi niña ya

Duerme mi pequeña ya

Que la luna te vendrá a cuidar esta noche

Cierra tus ojitos ya

Que tu dolor se ira

El pasado quedo atrás

Ya no está, mami te cuidara

Duerme mi angelito ya que tus alas volaran

Cuidare tu noche

Velare tus sueños hoy

La luz en tu corazón

Siempre te acompañara

El viento te arrullara

La tierra te cuidara

El agua susurra lo bella que estas

Y tu pequeñita esta noche

En los brazos de Abadon

Dormirás una vez más

-Madre ¿Quién es Abadon? - le dije sorprendida, ella me sonrió sin entender la lógica de mi pregunta, nunca le preguntaba nada sobre sus historias o sus nanas, simplemente las escuchaba y dormía profundamente, recordaba que antes de recobrar la conciencia mi mente había generado una alucinación con ese nombre.

-Abadon es un ángel custodio- dijo mi madre- él lleva a las almas puras a los jardines del Edén para que puedan descansar en paz de una vez por todas; además cuida de las almas puras en su vida terrenal- dijo ella y me sorprendí de lo realista que había sido mi alucinación, no era nada extraño, mi mente asoció un recuerdo que ya existía de cuando era niña, la curiosidad me ganó, no era el único nombre que recordaba.

-Y Melier mamá ¿Quién es Melier? - esta se puso pálida y me observó como si hubiera dicho algo prohibido.

- ¿Cómo sabes ese nombre cariño? - dijo ella interesada- ¿Qu te lo dijo? -no dije nada y alcé mis hombros como si no lo recordara.

-No lo sé mami simplemente lo recuerdo como si lo conociera- dije mintiendo y esta sonrió un poco nerviosa.

-Te contaré una historia para dormir ¿te parece? - dijo ella un poco más calmada- es una historia que me contaba mi madre- la mire ilusionada-  si no quieres lo entenderé estas muy grande para estas cosas que tonta soy- dijo ella retirándose y la tome de la muñeca.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.