Sheri
Después del almuerzo y que las clases terminarán. Jacob decide irme a dejar a casa, a pesar de que tengo muchas dudas sobre el tema sé que necesito descansar, desde buena mañana me tienen bombardeada con todo esto.
Delancy está que se la lleva el mismo diablo por el comportamiento de Travis, no sé porque le parece tan malo. Espero conocer pronto a su compañera a pesar de todo este caos, aunque el mismo lo dijo. Primero están mis asuntos, supongo ella aparecerá cuando las cosas se solucionen o estén tranquilas.
— ¿Cuál fue el nombre? - Le pregunto a Jacob.
— Adelaide, es extraño nunca lo había oído antes. - Responde él para agregarle un comentario.
- Es lindo. Me llena de emoción saber quién es. - Le digo para hacer una pausa - ¿Por qué tu hermano se comporta así? - Pregunto.
— Todos sobre llevamos las cosas a nuestro modo. La de Travis es complicada, es joven... el pensó que iba a tardar bastante en encontrar a su compañera y ahora que está cerca debe de tener miles de sentimientos encontrados ¿Y qué mejor manera que desquitarse con una pelirroja que no tiene ni la menor idea de que le está pasando? Ella sólo lo disfruta. - Responde él ante mi pregunta.
— Vaya... - Es lo único que logro decir.
De un joven, no tan joven, que tiene buen sentido del humor y actué así cualquiera notaria el fallo.
De pronto un celular suena y es el de Jacob. Lo saca y revisa el mensaje, trata de no reírse.
— ¿Qué sucede? - Pregunto.
— Es Delancy. Está a poco de hacer alimento a la pelirroja porque la tiene aturdida los gritos de ella y Travis en la casa. Debo irme, linda. - Responde para al final ponerse frente mío.
— ¿Acabas de llamarme linda? - Elevo una ceja.
Este pasa una mano sobre su nuca.
— Este... Si, pero si no te gusta...
— Esta bien así, me gusta. No tengo problema. - Lo interrumpo.
— Esta bien, te veré mañana. - Dice el con una sonrisa para darme un beso en la mejilla e irse.
Pobre D.
No quiero estar en su lugar y escuchar todo.
Abro la puerta de la casa y entro. Todo está solo, no hay nadie.
Papá debe de estar trabajando, por lo que subo a mi habitación para acomodarme. Tomo mi laptop y me pongo buscar la página de Netflix para ver alguna película, necesito distraerme.
En eso me llega un mensaje de Travis.
«¿Puedo ir a tu casa? Delancy me sacó a patadas de la mía.» Dice su mensaje.
«Claro, ven. Pero solo.» Escribo para darle enviar.
En respuesta a mi mensaje me indica que llegara en diez minutos a mi casa.
Dejo el celular a un lado para darle reproducir a la película, lo que está hace en seguida. La ventana de mi habitación está abierta por lo que cuando menos me lo espero está Travis.
— Hola. - Dice sin humor.
— Uy, el humorista parece que perdió su sentido del humor. - Digo para ponerle pausa a la película.
— Que graciosa. - Dice sin humor de nuevo.
Genial.
El toma asiento a mi lado y observa mi laptop.
— ¿Vas a ver Crepúsculo? ¿En serio? - Pregunta él.
— Si, porque no. No están mala. - Respondo.
El eleva una ceja.
— Bueno sí, hay cosas que nada que ver, pero eso no quita que sea una saga excelente. - Digo.
— Como quieras. - Dice para reírse.
— ¿Por qué actúas así? - Le pregunto.
No hay respuesta, solo silencio.
— No me agrada la idea de perder mi libertad. He estado bien por trescientos años. - Responde.
— Travis, no te conozco muy bien, pero somos familia ahora. Si quieres cuando ella aparezca, estaré contigo. - Le digo.
— Hecho. - Dice el con una sonrisa.
Paso mi mano por su cabello para desordenar lo.
— ¡Oye! - Dice quejándose.
— Eres un tonto. Tu compañera aún no aparece y ya te estás comportando como un adolescente hormonal. - Le digo en una risa.
Él se ríe también hasta que un ruido llena la casa.
— ¿Qué fue eso? ¿No estás sola? - Pregunta Travis.
— No lo sé. Se supone que si lo estoy. - Respondo.
Me levanto de mi cama, el ruido sigue no para.
Travis se coloca frente mío, caminamos un poco pero no hay nada. El ruido parece venir del pasillo cerca de las escaleras, nos asomamos y parece una figura de un niño.
— Pero... ¿Qué? - Pregunta Travis sin entender lo que está pasando.
— Oye, pequeño. ¿Cómo entraste aquí? - Pregunto al niño acercándome a él.
El niño responde.
— ¿Estas bien? - Le pregunto para estar lo suficientemente cerca.
El niño poco a poco se le dibuja una sonrisa sádica y sus ojos se van poniendo negros.
— ¡Sheri! - Grita Travis para tomarme y alejarme del niño.
En esta acción el niño hace tirarse a mí, pero Travis logra alcanzarme antes de hacerlo. Mi corazón está acelerado, confundida y asustada por lo que acabo de ver y pasar.
— ¿Qué demonios fue eso? - Pregunto ya estando lo suficientemente lejos.
— ¿En serio quieres saber qué es? - Cuestiona Travis.
— ¡Si! - Respondo.
Travis intenta tomar aire.
— Nunca antes me habían hecho correr, hasta ahora. Y supongo que no sera la primera vez. - Dice el rubio.
— Ya dime que es eso. - Le ordeno.
— Un ser maligno. - Responde.
— Te refieres a ¿Un fantasma? - Pregunto elevando una ceja.
— Es algo parecido, pero en realidad un fantasma no va hacerte daño porque solo busca la paz, ese no quería paz. - Aclara el.
Hay silencio.
— ¿Y ahora qué hacemos? - Le pregunto para verlo.
— Te vas a la mansión de nuevo, vas dejar este lugar. - Responde.
— ¿Qué? No voy a dejar a mi papá solo. - Le digo.
— Has notado que acaba de intentar atacarte sin que tu papá esté ¿no? El no va por tu papá, va por ti. - Dice él.
Trago fuerte ante sus palabras.
— Llamaré a mi hermano. Debe estar enterado. - Dice para alejarse un poco para llamar.