Sheri
Siento algo cómodo que me abraza, abro lentamente mis ojos hasta ver que la luz invade mi habitación. En eso caigo en cuenta lo que ocurrió anoche, deseo que solo sea un sueño. Quito el brazo de Jacob que se encuentra alrededor de mi cintura para levantarme, no sé si mi cabello se ve mal o qué, pero es lo menos que me importa en estos momentos.
Llego a la sala de estar bajando las escaleras, puedo ver arreglos de flores y un ataúd café, lo único que veo allí es a Delancy que está arreglando todo. Al verme me da una sonrisa compresiva para acercarse a mí y tomar mis manos para juntarlas con las de ella.
— ¿Qué tal noche? – Me pregunta.
— Bien, solo que... Me es poco creíble aceptar esto. – Respondo, aunque estoy admitiendo lo que siento.
— Vamos a la cocina, debes desayunar algo antes de tener las fuerzas para seguir adelante. – Dice ella en un tono suave.
Ella jala del agarre para llevarme a la cocina, tomo asiento en una de las sillas que están en el desayunador mientras tanto mi cuñada me alistaba lo que parecía ser café.
Es extraño llamarla cuñada, pero debo acepta lo que está ocurriendo, mi papá está muerto, soy compañera un hombre lobo que tiene más de una especie, soy cuñada de su hermana que tiene un demonio que se alimenta de almas puras y no olvidemos que soy una tentación para ella, y no dejemos de lado al rubio de Travis quien tiene grandes pero perturbadoras visiones. Y ahora resulta que el pequeño no tan pequeño Travis ya conoce a su compañera.
— ¿Y Travis? – Le pregunto a Delancy.
— Está yendo a la casa de su compañera, ella vendrá. – Responde mi pregunta.
— Mala idea, no quiero darle una mala impresión. – Comento.
— Es familia ahora, de seguro no le va a importar la situación. – Dice ella.
— ¿Cómo era que se llama? – Pregunto.
— Adelaide. – Responde mientras deja el café sobre la mesa.
Lo tomo, pero todavía dudo en si tomarlo o no.
— A ver dame esa mejor sonrisa. – Dice Delancy mientras saca su celular dispuesta a tomarme una foto.
Tomo la tasa en mis manos y doy la mejor sonrisa posible.
— Hermosa. – Dice mi amiga con una sonrisa.
— Es difícil, casi no lo veía por la distancia y ahora no está... Debí aprovechar los momentos con mi papá. – Comento dolida.
— Muchas veces caemos en la ignorancia de que las personas serán eternas, no le damos atención a los momentos que pasamos con ellos. Hasta que es demasiado tarde y no podemos hacer nada para regresar atrás. – Dice ella apoyándose en el desayunador.
Suelto un suspiro.
Tiene razón, caí en esa ignorancia y ahora es demasiado tarde.
— ¿Y mi hermano? – Pregunta
— Esta en mi habitación dormido. – Respondo para darle un sorbo a mi café.
— ¿Ya lo intentaron ustedes? – Pregunta siendo cautelosa.
— ¿Qué? No. – Respondo, aunque se me va por mal camino el sorbo del café.
— Eres muy inocente aún, pero espero que no se demore con la marca. – Comenta ella en risas.
— ¿Tan malo es la marca? – Cuestiono.
— La de un alfa un poco, pero es importante que lo tengas. – Responde.
— ¿Y yo podré marcarlo también? – Pregunto.
— ¿Eres licántropo? – Pregunta ella.
— No
— Entonces no puedes, con la marca el olor de Jacob estará en ti en cualquier parte y tu olor también en cualquier parte de él. Solo muestran que no están disponibles. – Responde ella mi pregunta.
A los minutos escucho la puerta principal abrirse.
Puedo ver a Travis tomado de la mano con una chica castaña de ojos verdes, es delgada pero realmente hermosa. Seguido de una mujer de cabello castaño con ojos cafés de piel blanca, enfoco bien y la reconozco es mamá.
— ¿Mamá? – Pregunto dejando la tasa a un lado para ponerme de pie.
— Sheri, cariño. – Dice ella en respuesta.
Sin pensarlo dos veces corro a abrazarla, lágrimas salen de mis ojos. En estos momentos difíciles la necesito a ella.
Oigo a alguien bajar de las escaleras, está detrás mío y siento su mirada. Suelto el agarre de mamá para voltearme a ver a mi compañero.
— Buenos días, bestia. – Dice Travis con humor.
— Travis... - Dice su chica a su lado.
— ¿Qué, cariño? Se parece a la bestia de la historia de Disney. – Dice el rubio en su defensa.
La castaña pone los ojos en blanco, pero Travis se apresura para robarle un beso, son tan lindos juntos.
— Siempre el rico humillando al pobre. Un gusto en conocerla al fin señora Meredith, soy Delancy Miller. – Dice mi amiga saludando a mi mamá.
— Encantada de conocerla Delancy. – Responde mi mamá con educación y simpatía.
— Soy Jacob Miller, encantado señora. – Dice mi compañero.
— Por favor, deja la seriedad a un lado joven. Eres el compañero de mi hija así que puedes llamarme suegra. – Comenta mi mamá
Parece que alguien no perdió el tiempo en poner al día a mi mamá y me refiero por alguien que es rubio.
Puedo ver como las orejas de Jacob se ponen rojas hasta ruborizarse, se ve tan lindo, pero debo enfocarme en lo que está pasando.
— Vayan a listarse, dentro de una hora vienen los del pueblo a despedir a tu papá. Déjame decirte que son muchos porque tu papá fue muy querido. – Dice Delancy ordenando para después mirarme.
Una sonrisa se me dibuja en mis labios, el hecho de saber que mi papá fue querido en el pueblo me alegra bastante.
— ¿Qué esperan? Andando. – Dice Travis mientras acerca más su chica a él.
— Si, gracias por todo en serio. – Les digo a los hermanos.
— Ahora somos familia, no hay porque agradecer. – Comenta Travis con una sonrisa.
Asiento con la cabeza para subir a mi habitación para tomar ropa a pesar de que no tenga ganas de ver a mi papá en el ataúd.
Mientras dejo mi ropa en mi cama escucho como la puerta se abre y se cierra, mi mirada va hacia la dirección y ve que es Jacob.