Jacob
Todo está de mal a peor, no sé cómo sentirme al respeto. Mi hermana está siendo atormentada por la loca de mi abuela, mi chica esta con su mamá averiguando los misterios que oculta esa casa y debería estar con ellas sin embargo estoy aquí con mi familia.
— No me gusta lo que se viene. – Comenta mamá.
— ¿Crees que hay tiempo para D? – Le pregunto.
— Puede que sí, pero hay que tomar en cuenta que tu hermana ha estado muy metida en la casa de Sheri. –Responde ella.
— ¿Y con eso a que te refieres? – Cuestiona mi hermano.
— Que lo que sea que haya en esa casa alimenta a su abuela. Le da fuerzas a ella y debilita a Delancy. – Responde Adelaide la pregunta.
Hay un silencio en la oficina de mis papás.
— Debemos saber que hay en esa casa para atacar a tiempo. – Dice papá.
— En eso está Sheri y su mamá. – Respondo en un tono firme.
— Espero que logren encontrar algo, ahora de los papeles no podemos fiarnos. – Dice papá en un tono serio.
— ¿Qué estas queriendo decir, papá?
— Pregunta mi hermano.
— Que falta información en los papeles de la casa, como si no quisieran que viéramos lo que hay ahí realmente. – Responde mamá.
— Podemos buscar respuestas ¿no? Como un padre o sobrevivientes de esa casa. – Dice Travis
— Podemos buscar sí, pero ya estamos en el dos mil treinta y cinco, Travis. ¿Crees que aún queden sobrevivientes de ese caso? – Cuestiona mamá a mi hermano.
Puedo notar que Adelaide está pensando mucho, pero se siente incomoda, todos lo estamos, pero también la preocupación y el miedo de perder a mi hermana es más alto que esto. No sé qué haría sin D, ella siempre ha sido mi apoyo y perderla es como perderme a mí también.
Espero que mi chica y su mamá encuentren algún detalle o pista de esa casa, lo que sea.
Mis papás dejan la oficina y nos dejan solos, mi hermano me observa.
— Si la abuela consigue destruir a D, ella ira tras Sheri. Recuerda que ella es un demonio y el alma de tu chica es lo que más quiere comer. – Dice el rubio para luego tomar la mano de su chica y salir de la habitación.
Estoy solo esta vez.
Miles de preguntas se vienen a mi cabeza
¿Podré proteger a mi hermana y a mi chica al mismo tiempo?
¿Tendré el tiempo suficiente para defender a las personas que amo realmente?
Las horas son eternas desde que la reunión en la oficina.
Bajo de mi habitación para servirme algo, pase encerrado en mi habitación buscando respuestas a todo esto incluso contactos, pero no sale muchas cosas útiles. Cada vez me estreso más y me duelen las ideas de lo que puede pasar.
Puedo ver en el patio a Cole – el niño que Sheri trajo aquí – pasando tiempo con Adelaide, esa chica es linda, agradable y sobre todo sé qué hace feliz a mi hermano.
Inconscientemente escucho lo que hablan.
— ¿Eres hija única? – Pregunta el joven.
— No, no lo soy. – Responde ella con una risa.
— Yo sí, lastimosamente. – Dice Cole.
Puedo ver el dolor y la tristeza en los ojos verdes de Adelaide.
Cole es un chico cerrado, pero con Sheri y con Adelaide se ha ido desenvolviendo poco a poco, eso es bueno.
— ¿Desde cuándo vives con tu papá? – Le pregunta la castaña al chico.
— Desde mis cuatro años, pero él siempre... Estuvo ausente. – Responde él.
Me duele lo que este chico a pasado de saber que hay muchos que pasan por lo mismo que él, hasta dan ganas de montar una lista y poder ayudarlos. Nadie merece pasar por dolores de cabeza por culpa de los errores de los demás.
Eso me recuerda...
Me asomo a la puerta del patio para verlos mejor y de paso escucharme mejor.
— Hey Cole. ¿Te gustaría jugar basketball conmigo? – Le pregunto.
Sus ojos almendrados me observan y asiente con la cabeza.
— Claro. – Responde él para ponerse de pie.
Tomo el balón para acercarme con él a la cancha que está en el patio y empezamos a jugar.
— Adelaide. – Le digo a la castaña.
— ¿Sí?
— ¿Sabes jugar? – Pregunto.
Ella lleva una mano a su pecho como si estuviera ofendida.
— Por supuesto que sí, que mi tamaño no te confunda Miller. – Responde ella.
— Únete. – Le dice Cole.
— ¿Dos contra uno? No me parece justo. – Comenta la castaña.
— ¿Quién dijo que jugaras sola, amor? – Aparece de repente mi hermano con una sonrisa.
— Juguemos. – Ordeno.
Todos nos acomodamos para empezar el juego.
El balón pica, paso y anoto. Así es el juego, pero olvido que mi hermano es más veloz y su compañera también.
Tampoco olvidemos que son astutos.
Mi hermano usa su velocidad como vampiro para quitarme el balón y encestar.
— Escucho los gritos y los aplausos. – Dice él en un tono lleno de humor.
— Eso es trampa. – Suelta Cole.
— No se llama trampa si es una habilidad para usarla a tu favor. — Responde mi hermano en su defensa.
— Cierto, me gustaría hacerlo también. Pero solo soy un humano, no soy como ustedes. — Dice el joven hasta que baja la voz en lo último.
En eso el silencio amenaza en arruinar el momento, pero Adelaide no lo deja entrar, ella pone sus manos sobre los hombros del joven.
— Sheri vio algo en ti, por lo que formas parte de esta familia. — Dice la castaña.
El asiente con la cabeza y da una sonrisa ante las palabras de la chica.
— Ahora que la mencionas ¿Dónde está Sheri? – Pregunta Cole.
— Ella esta con su mamá haciendo unas cosas, no fue muy específica. – Respondo la pregunta del joven.
— Oh... Bien, entonces pronto regresara. - Dice él para luego ir por el balón y jugar con mi cuñada.
En eso mi hermano se me acerca.
— ¿Sabes algo? ¿A dicho algo sobre la casa? — Me pregunta.
— No, cerro sus pensamientos y no sé cómo lo logro. – Respondo en un tono donde se puede notar mi sorpresa.