19 - Una sincera declaración.

Tokyo - Japón.

3:00 de la tarde.

En el tiempo actual, una gigantesca impresión todavía continuaba sumamente presente en la mente de aquél gran chico dedicado a la industria musical de Japón, misma impresión que a su vez se debía a la inesperada noticia que había recibido solo momentos atrás por parte del padre de la mujer de largo cabello color morado, noticia que no hizo más que revelarle al ojiazul, que la Idol en unos meses, daría a luz el resultado de la noche en la que ambos se habían unido en cuerpo y alma.

Tratándose de un acontecimiento que en un principio, había molestado demasiado a los dos elegantes Mánagers conocidos como Kakashi Hatake e Ichigo Saitou, flamantes representantes que al parecer aún no podían procesar el inmenso e inesperado problema en el cuál sus dos amados hijos adoptivos se habían metido.

Problema que tanto el peligris como el pelirubio decidieron mantener oculto de cualquier persona, incluso de las grandes cadenas de comunicación de todo Tokyo, cadenas de comunicación, que sin duda alguna formarían una gigantesca polémica si llegaban a enterarse de lo ocurrido entre los dos famosos cantantes juveniles, mismas cadenas que posiblemente no dejarían de acosar y molestar a los chicos que en unos meses se convertirían de una forma realmente prematura en padres.

Jóvenes de apellidos Uzumaki e Hoshino que a su vez tenían demasiado que pensar después de todo lo vivido en la oficina del hombre más influyente en la música, mismo individuo de intenso cabello gris que además había prometido darle una solución a la situación que estaban a punto de vivir los dos cantantes juveniles.

Chicos originarios de la ciudad de Tokyo que al parecer lo que más deseaban, era poder conversar de una forma más tranquila y sin ninguna sola presión.

Miyako: Díganme, que es lo que harán ahora chicos?.

Preguntó con un poco de curiosidad mientras actualmente se desplazaba junto con su esposo y los dos jóvenes a través de la gran empresa Konoha Productions, gigantesca instalación dedicada a la producción de nuevos talentos juveniles que en ese preciso momento se podía visualizar en uno de sus puntos más vivos.

Siendo esto completamente reflejado en los numerosos empleados, productores y entre otras personas que se movilizaban de un lado a otro a través de los pasillos, personas que a causa de su arduo trabajo, estaban logrando pasar por alto a los cuatro individuos que recorrían la enorme empresa de una forma un tanto apacible.

Mismos individuos pertenecientes al mundo artístico que al parecer no les estaba importando pasar desapercibidos entre un gigantesco mar de empleados.

Naruto: Yo y Ai iremos a mi departamento, ya que ambos queremos conversar a solas.

Respondió con un tono apacible en su voz al momento de estarse desplazando justo a un costado de su compañera tan solo un poco más atrás de los dos adultos, mismos adultos que todavía seguían tratando de procesar la noticia del embarazo de aquélla fémina portadora de unos mágicos ojos con forma de estrellas.

Famosa Idol que a su vez se apreciaba en total silencio mientras observaba el tecnológico escenario lleno de numerosas personas dedicadas al mundo artístico.

Naruto: Y que me dicen ustedes, regresaran a su empresa?.

Comentó con tranquilidad en sus palabras al continuar siguiendo a los padres de la mujer más popular de todo el gran país, linda fémina pelimorada que a los pocos segundos transcurridos y después de haberlo pensado por demasiado tiempo, solo había decidido tomar con una suma suavidad una de las manos del popular cantante dedicado a la total música Rock.

Pelirubio de profundos ojos azules como el océano que al sentir el cálido contacto de parte de la mujer de vestimenta ligera, solo había decidido regalarle una pequeña y a su vez radiante sonrisa a la Idol que dentro de poco tiempo tendría a su hijo, sonrisa que además fue completamente correspondida de una forma inmediata por aquélla ojimorada de dieciséis años.

Artistas que durante el siguiente lapso de tiempo se dedicaron a recorrer las instalaciones de Konoha Productions tomados cariñosamente de las manos, incluso ambos jóvenes aprovechando que la inmensa cantidad de empleados se encontraban totalmente concentrados y sumergidos en sus propias labores del día.

Ichigo: Si, ya que tenemos demasiado trabajo que realizar en Ichigo Productions.

Habló de una forma neutral al momento de voltear ligeramente su cabeza hacia atrás mientras continuaba recorriendo con tranquilidad uno de los largos pasillos, de esta simple forma el presidente de Ichigo Productions topándose con la escena de ambos cantantes juveniles tomados completamente de las manos.

Escena que a continuación también sería contemplada por su amada pareja sentimental de lindos ojos color vinotinto y segunda al mando de su gran empresa, la cuál sólo decidiría sonreír dulcemente a causa de lo que se encontraba presenciando actualmente entre los dos chicos más populares del país Japonés.

Miyako: No puedes negar que ambos se ven verdaderamente bien juntos.

Dijo con una notable seguridad reflejada en su mirada al estar observando con una pequeña sonrisa a su pareja sentimental, mismo que al parecer había vuelto a enfocar su expresión en dirección al frente del gran escenario repleto de personas, de esta forma el elegante pelirubio de lentes negros ónix provocando que una ligera diversión apareciera en su amada esposa.

Ichigo: Si, lo sé...lo sé.

Decía con seriedad mientras un semblante neutro se encontraba apoderado absolutamente de su expresión a causa de las numerosas emociones que aún sentía, emociones que el hombre llamado Ichigo Saitou estaba guardándose totalmente a causa de no querer volver a incomodar a su pareja sentimental y a su hija adoptiva.

Naruto: Creó que Ichigo sigue realmente molesto conmigo.

Susurró con un poco de gracia al decidir enfocar por unos cuántos segundos sus ojos azules sobre su bellísima compañera, Idol perteneciente a Ichigo Productions que a su vez sólamente procedería a soltar una pequeña risa repleta de diversión, momento cómico entre los dos jóvenes que además no había sido notado en lo más mínimo por el hombre de lentes ónix.