- Lo buscamos, pero desapareció completamente del mapa...- Seth parecía casi avergonzado de haber perdido algo tan común y casi insignificante como un peluche... un peluche del que dependían nuestra vidas, según lo que dijo Alex.
- ¿Y por qué es tan importante ese peluche, Alex?- cuando bajó las escaleras corriendo parecía haber dado con la pieza faltante de un puzzle gigante.
- Sólo era una teoría, pero creo que ahí esta el verdadero secreto de nues... tus poderes tan especiales y que te encuentras directamente ligada a esa cosa azul deforme rellena de plumas, lana o que sé yo.- me tomó de una mano y a pesar de la letal mirada que Seth le dio, me tiró hasta la cocina en donde me hizo sentar mientras él preparaba té con unas ramitas que parecian ser canela, sirvió dos tazas y me entregó una. Tenía razón, al primer trago me di cuenta de que era té con canela y estaba delicioso.- tenemos unas vidas mas o menos paralelas.- Lo dijo con tanta sencillez que casi escupo el té al entender lo que habia dicho.
- ¿¡Qué ?! Eso no tiene sentido, no nos parecemos en nada...
- Alto ahí. Sólo te enseñaré esto porque creo que puedo confiar en ti.- se puso de pie, se acercó a la silla en la que yo estaba, puso un pie sobre esta y se levantó un poco la pierna del pantalón. Cuando hizo esto lo miré de forma rara, pero volví a ver su tobillo y solo entonces me di cuenta de que si nos pareciamos en algo, alrededor de su tobillo y pantorrilla derecha habia una marca, una cicatriz con forma de cadena y los eslabones de esta muy marcados. Una marca igual a la mia.
- ¿Cómo es posible? ¿Por qué no me habias dicho nada?- Estaba muy enojada, llevaba toda una vida creyendo que era única y rara y ahora de pronto Alex se levanta el pantalón y me enseña que no soy única y que él tambien es raro.- ¿Tienes poderes iguales a los mios? ¿Cómo pudiste ocultarmelo? ¿Cómo se lo ocultaste a todos?- y entonces una cruel idea me atravesó la mente y mi dolor me impulsó a decirla en voz alta sin detenerme siquiera a pensar en si a Alex le doldría que pensara eso de él. Me habia enojado demasiado como para razonar.- ¿Realmente estas maldito o te mantienes joven a voluntad?- su cara fue tan dolorosa como si le hubieran dado un rodillazo en las partes privadas. Seth, Stone y Lara aparecieron y se asomaron por la puerta de la cocina.
- Soy igual a ti, sólo que suelo evitar dañar a la gente presionando sus puntos débiles.- Ahora me dolió a mi, porque aparte de toda la culpa que sentía por haberle dicho eso, él me lo había restregado en las narices, aunque me lo merecía.
- Lo siento, no debí...- pero no me premitió terminar sino que habló mas alto que yo para que todos lo oyeran.
- Nos vamos ya.- Nadie preguntó nada, sencillamente reunieron algunas cosas básicas en mochilas y siguieron a Alexander sin rechistar.
Caminamos durante horas entre pequeñas calles y callejones frios y apartados lo mas posible del centro de la ciudad, pero nos dirigiamos en linea recta hacia un bosque muy frondoso cubierto de nieve que asomaba al horizonte entre las pequeñas casas de mal aspecto y daba miedo nada mas verlo. Seth y yo nunca habiamos estado en un bosque, siempre quisimos ir a uno, pero nuestros padres no nos lo permitían, por eso la incertidumbre me estaba torturando. ¿A qué olía? ¿Cómo era? ¿Habrían animales como los que mostraban en la televisión? ¿Habría arboles tan altos como edificios? ¿Sería peligroso? ¿Podrían rastrearnos ahí?
Luego de otra hora de silenciosa caminata en donde Alex nos guiaba y yo iba de penultima justo delante de Stone, llegamos a la entrada del bosque. Fue fascinante, nunca antes habia estado tan cerca de la naturaleza, podía oler los fragantes pinos y la tierra húmeda por la escasa nieve que llegó a tocar la tierra gracias a la capa protectora de árboles, también podía ver nidos con pequeñas aves en algunos árboles bajos y un par de huellas de animales en la tierra ahora convertida en barro. Alex me habia dado una chaqueta, pero la habia guardado en mi mochila para que no se mojara con la nieve, además yo seguía produciendo calor sin querer por lo que no sentía absolutamente nada de frio, pero el pobre de Alex, que me habia evitado desde que salimos de la casa, se estaba congelando vivo ya que mi radio de calor no llegaba hasta donde él estaba, por eso sigilosamente, adelanté a Lara que iba delante mio y quedé justo al centro del grupo. Pronto vi que Alex dejaba de temblar y caminaba con mas decisión. Llevaba todo el viaje intentando entender porqué Alex no usaba sus poderes ni en situaciones tan apremiantes como evitar morir congelado, sólo utilizaba uno de sus poderes, hasta donde yo sabía, y era para ayudar a otras personas, o es que era demasiado humilde y bueno o es que tenía miedo de que alguien supiera que tenía mas poderes... pero me lo dijo a mi. Y yo me enojé con él aunque él habia confiado en mi. Tenía que pedirle perdón aunque él no me perdonara, él no merecía lo que le hice. No merecía nada de lo que había vivido, era muy injusto. Adelanté a Seth que ibas atrás de Alex y le hice una seña para que se atrasara y nos dejara hablar tranquilos. No entendió, asi que se lo tuve que repetir pero en la mente.
~ Atrás, quiero hablar con Alex~ me miró enojado.
~ Sé que te gusta, pero no te acerques a él~
~ Alto ahí, tú no me darás órdenes, además Alex no me gusta. Tengo 18 y soy lo bastante mayor como para hablar con quien se me dé la gana, y si quiero hablar con Alex, te guste o no, lo haré.~
~Soy tu hermano y te digo que no te conviene relacionarte con Alexander por mucho que te guste. Y nisiquiera intentes negarmelo porque sé que te gusta, vivo contigo desde que tengo 5 años y sé que nunca habias actuado así porque nunca antes te habias enamorado de alguien.~ me giré y sin comprender del todo mi furia, di otro paso hacia Seth y le di una bofetada que se escuchó multiplicada por cien en medio del silencio del bosque. Todos nos quedaron mirando, incluido Alex cuya cara tenía una mueca rara
~ Lo oí todo~ me sobresalté al oirlo mentalmente ya que solo habia oido de esa forma a Seth y la voz de Alex se escuchaba mas fuerte que de costumbre. Me avergoncé en cuanto mi mente procesó el susto que me dio Alex al hablarme y miré al suelo. Ya no podía mas, me estaba descontrolando demasiado y no quería dañar a nadie, me estaba convirtiendo en un peligro, en una granada sin el gatillo de seguridad por lo que en cualquier momento podría estallar y dañar a los que me cargaban. No sabía si funcionaría, pero concentré toda mi energía en ser invisible, ser tan invisible y ligera como el aire, un aire que corre libre y sin miedo de tocar a nadie, un aire fresco en medio de un dia caluroso. Pronto supe que lo habia conseguido, me habia hecho invisible.
- ¿Dónde está Chloe?- casi me arrepiento de ser invisible al ver la desesperación en los ojos de Seth que aunque miraba en mi dirección no me veía, pero me mantuve firme y me alejé con cuidado por las partes con menos hojas para no hacer ruido. Ya me había alejado unos veinte o treinta metros cuando su grito me partió el corazón.- ¡CHLOE!- Su voz mezclada con el llanto era desgarradora. Me hubiera gustado decirle que todo estaba bien y que yo desaparecía porque quería y no porque me hubiera pasado algo, pero si le permitía hablarme mentalmente, sólo se me haría mas dificil apartarme de él. Ya me habia alejado lo suficiente, asi que empecé a correr entre lo árboles ignorando el dolor que me producian los cortes de las ramas y hojas en los brazos, además mi torpeza no perdió oportunidad de participar y me hizo caer varias veces en las que acabé enterrandome ramas y piedras en las palmas de las manos y las rodillas, pero el dolor solo me impulsaba, asi que me concentré en el camino inexistente para evitar caer y no oir a Seth en mi cabeza y corrí durante veinte minutos o mas, al fin me detuve para no morir del agotamiento. Mi estado fisico era un asco. Luego de unos minutos sentada a los pies de un árbol, los brazos empezaron a arderme muchisimo por los cortes y me di cuenta de que de tantas caidas, tambien habia roto las rodillas de mi pantalón. El pantalón de Alex. El pobre chico... no, Alex no era un chico, era un hombre atrapado en el cuerpo de un chico de 15 años. Que injusta es la vida con algunos, existen los desdichados que por hacer un bien mayor, dañan a una minoría y aquellos que por salvar a una minoría, arrasan con la mayoría. ¿Por qué la vida fue tan injusta con alguien tan dulce como Alex? ¿Por qué yo fui tan injusta con Alex? ¿En verdad me comportaba rara cuando estaba junto a él? ¿Tan evidente era? ¿Cómo se dio cuenta Seth? ¿En verdad me gustaba Alex? ¿Por qué había sido tan cruel con los chicos? De pronto me sentí terriblemente mal por además de todo, irme sin avisar y hacerlos preocuparse en vano por alguien que no valía la pena. Sentía el impulso de volver y pedirles perdón por ser tan tonta y tratarlos mal, pero mi sentido común me mantenía a raya. Mi sentido común me decía que yo no merecía mis poderes y tener tantas ventajas sobre gente común, y estaba pensando en eso cuando mi escudo protector de calor desapareció y me dejó sola, con todo el frio canadiense en la mitad del bosque. Saqué la chaqueta y me la puse sobre los hombros porque tenía los brazos demasiado magullados como para meterlos dentro, me senté a los pies del árbol mas grande que encontré y me puse a llorar como no lo hacía desde hace años, sé que era una idiotez considerando que me fui por voluntad propia, pero me daba miedo estar en el bosque sola y sin protección; el bosque ya no me gustaba tanto. No sabía que hacer, asi que analicé mis niveles de suerte. El de hoy era: "Nivel: Me perdí en un bosque nevado gigante en la mañana de mi cumpleaños numero 18 luego de golpear a mi hermano e insultar a un chico guapo que confió en mi y me contó algo muy personal, secreto e importante."
~ Chloe, por favor vuelve, discutamos esto con calma, ¿ok?~ Alex. Alex hablandome en mi cabeza. Demonios, me había quedado dormida, bajé las defensas y ahora Alex podía hablarme, me dí una palmada en la frente y me enderecé porque me había dormido torcida y el cuello me dolía a horrores, abrí los ojos y... no vi nada. Todo estaba profundamente oscuro y no conseguía ver nada, nisiquiera mi mano frente a mi cara. Ya era de noche.
~Alex, está todo oscuro, tengo mucho miedo~ fabuloso, ahora acababa de declararle mi miedo a la persona de la que huía.
~¿Chloe? Gracias al cielo estás bien, ya me temía que algo te hubiera ocurrido~ Lo insulté con lo que mas le dolía, pero aún asi me trataba con ese cariño unico en él y me hablaba con la voz que reflejaba el alivio y la alegría que le producía oirme.~ Voy por ti, ¿Puedes darme alguna pista de donde estás? Usa tus poderes para hacer luz.~
~No sé como se hace eso, mis poderes dejaron de servir, hasta mi escudo de calor se deshizo~ ahora si que me apenaba haberlo perdido, me estaba congelando viva y la chaqueta no servía de nada, además oía ruidos cercanos y no tenía idea de donde provenían. Pensé en lo maravilloso que sería tener visión nocturna o una linterna en esos momentos y ¡POOF! Una linterna apareció en mi mano y además mi vista se aclaró de golpe permitiendome, luego de un mareo por el brusco cambio, ver con facilidad a través de los árboles.~ ¡Vaya! Olvida lo que dije, ahora tengo visión nocturna y una linterna... una linterna sin baterías...~ estúpidos poderes que jugaban conmigo como si fuera una niña de 5 años a la que se puede engañar con cualquier truco barato.
~JAJAJAJA Tranquila, a veces los poderes juegan con nosotros, pero concentrate en ser luz, o que salga luz de tu mano, es algo básico y fácil de conseguir~ Ya no sabía que mas hacer, asi que le obedecí y un par de minutos mas tarde, mi mano se había convertido en una lámpara portátil. Comencé a caminar con facilidad gracias a mi visión nocturna y me desplacé entre árboles gigantes que parecían sentir curiosidad por mi y voltear para verme mejor con sus ramas que ahora apenas me tocaban.
~ Alex, ¿Sigues ahí?~ llevaba un par de minutos sin hablarme y ahora estaba muy sensible y paranoica, asi que me asusté al pensar que algo podría haberles ocurrido.
~ Si, es que estoy intentando descubrir tu ubicación con mis poderes, pero tienes un muro de protección que no me permite ver nada, ya niquiera puedo ver que piensas~ ¿O sea que él siempre supo lo que yo pensaba?~ Quieta.~ lo dijo con voz autoritaria, asi que me quedé muy quieta y gracias a mi paranoia, empecé a mirar de reojo hacia todos lados. Ahí estaban, Seth, Alex, Stone y Lara, y venían directo hacia mi, me sentí feliz de volver a verlos, asi que sin dudar corrí hacia ellos, pero mi alegría se congeló de golpe cuando entendí que las cuatro personas que venían hacia mi no eran quienes creía... y tenían escopetas en las manos.... apagué la luz que salía de mi mano y me ubiqué tras un árbol en donde me quedé quieta analizando mis opciones de escape, pero no llegué a tener ninguna idea decente, ya que todas acababan conmigo en el suelo rodeada por los desconocidos armados. Pensé en correr, pero ellos eran cuatro y tenían armas; también se me ocurrió hacerme invisible y huir, pero ellos oirían las pisadas porque estaban muy cerca; atacarlos era la peor de las ideas, aun con mis poderes no tenía ninguna posibilidad.
~Alex, hay cuatro personas armadas y vienen directo hacia mi~ No sabía que hacer, nada que hiciera me iba a salvar de esta, porque en el fondo sabia que los desconocidos venían solo por mi.
~ Demonios, Chloe. Necesito que te relajes y me envies una imagen mental de donde estás~
~ Pero no puedo hacer eso, no sé como hacerlo~
~Tranquila, tu solo relajate y piensa que me envias una foto, si, imagina que sacas una foto y me la envias por correo~ Mi desesperación ya no me permitía obedecer a mis impulsos, pero me esforcé todo lo que pude, mire alrededor analizando cada árbol y desnivel del suelo y luego imaginé a Alex viendo lo mismo que yo.~ ¡Bien!, ya sé donde estás, ahora quedate quieta, vamos corriendo.~ Sinceramente no podía hacer nada mas que quedarme quieta, asi que obedecí mientras buscaba mas opciones en caso de una extrema emergencia, pensé en poderes que podrían haberme salvado, cosas como teletransportarse o quizás poder ser aire y desplazarse con facilidad, silencio e invisibilidad y sin saber como, aparecí detrás de los sujetos armados. No habia ruido ni motivo para que voltearan, pero lo hicieron, voltearon y me vieron parada como si nada justo detrás de ellos. Eran dos mujeres, una baja y rellenita y otra alta y extremadamente delgada, y dos hombres, uno alto y con brazos gruesos y musculosos y el otro era mas bien promedio, pero con brazos fuertes. Cuando me vieron, se miraron entre si por la sorpresa y luego de dos o tres segundos de silencio h miradas extrañadas, el mas alto y musculoso dio un paso al frente acercandose a mi y con su voz grave me habló:
- ¿Quien eres y qué haces sola en el bosque a las tres de la mañana?
- ¿¡Tres de la mañana?!- Si, pude haber corrido, haberlo golpeado o que se yo, pero me sorprendí al escuchar la hora y hice una pregunta estúpida... muy estúpida.
- ¡QUE QUIEN ERES Y QUE HACES SOLA EN EL BOSQUE A LAS TRES DE LA MAÑANA PEQUEÑA ESTÚPIDA!- Me asustó que me gritara y sin querer di un brinco atrás, pero tropecé y cai sentada entre las hojas húmedas, mi posición actual no podía ser peor, estaba en el suelo rodeada por cuatro personas armadas y evidentemente sin mucha paciencia.
- Yo...- No tenia idea de que decir, mi mente estaba en blanco. La chica flacucha dio tres zancos grandes hacia mi y me levantó con brusquedad por el borde del cuello de la camiseta.
- Oye perra, no hay tiempo para juegos, respondele ahora o te lleno el cráneo de plomo, ¿ok?- No lograba comprender de donde habia sacado la chica tanta fuerza como para levantarme asi de fuerte y rápido, pero mi mente solo se dedicaba a buscar formas de salir viva de esa y la halló en la sección de "mentiras"
- Yo... yo no sé como llegué aqui, desperté hace un rato y estuve dando vueltas en circulos, pero cuando los vi, los seguí para lograr salir del bosque.- La chica mas baja miró al musculoso y le asintió con la cabeza de forma casi tan imperceptible que el miedo me invadió junto con un feroz escalofrío.
- ¿Y cómo se supone que puedes ver si no llevas luz y aquí no se ve nada?-preguntó el chico menos musculoso. Ohhh, muy buena pregunta...
- ¿Cómo ven ustedes?- Quizás, solo quizás respondieran a eso antes de seguir interrogandome... o antes de matarme. Volvieron a mirarse de forma rara entre ellos y luego la chica flacucha me soltó... sinceramente no me lo esperaba, pero luego comprendí sus intenciones. Iban a dispararme.
- Ponte de cara al árbol, será rápido.- El chico mas pequeño intentó tranquilizarme, pero no es muy sencillo calmar a alguien a quien estás a punto de matar. No quería obedecer, no quería rendirme tan pronto, asi que empecé a mirar hacia ambos lados en busca de algo que me salvara, hasta que de pronto se oyó un fuerte ruido a unos metros de los matones y la chica delgada cayó al suelo como un montón de arena empujado por las olas del mar, los demás se arrodillaron junto a la chica mirando en todas direcciones para no sufrir la misma suerte, pero en cuanto me descuidaron un par de segundos, dos manos cálidas me sujetaron por la cintura y me apegaron a un cuerpo menudo y cálido con olor a frutos rojos silvestres. Alex. A pesar de ser delgado y alto, los brazos del chico me parecieron fuertes y confortables, un lugar que daba la sensación de paz que solo te da un hogar, y entonces supe que si estaba enamorada; y mucho. Alex me mantenía pegada de espaldas a él, por lo que ambos mirabamos a los matones que miraron nuevamente hacia donde estabamos, pero examinaban mas allá del lugar en que nos encontrabamos; eramos invisibles. El musculoso se puso en pie, pero un crujido espantoso cruzó el bosque junto con la cara del este siendo volteada de forma brutal, de seguro Stone lo había golpeado y evidentemente había fracturado su mandíbula, fue tan espantoso y horrible ver y oir eso, que Alex me volteó para que quedaramos frente a frente y yo no pudiera ver la horrible escena y me acurrucó contra él, pero de nada servía eso al oir los gritos del chico, debía estar sufriendo un dolor agonizante, muy en el fondo esperaba que lo ayudaran a acabar esa tortura, pero me arrepentí al oir cuatro disparos de pistola. Voltee y vi los cuatro cadáveres con agujeros en la cabeza y expresiones horror en el rostro.
El asco y miedo que me dio la macabra escena me hicieron sentir unas náuseas horribles, por lo que me arrodillé en el suelo y apoyé la frente en las hojas, pero en vez de vomitar, solo me quedé ahí, en shock, esperando que hubiera sido una pesadilla o algo asi.
- Chloe, ¿Estás bien?- La voz de Seth me trajo de vuelta a la realidad, pero no me moví, no me sentía capaz de hacer nada, solo quería llorar y gritar, desahogarme y golpear una bolsa de boxeo como las que teniamos en el gimnasio de la mansión, pero ya no sería posible, no podía volver ni a mi propia casa porque tipos malos intentaban matarme o que se yo. Seth se arrodilló junto a mi y me abrazó con fuerza, con toda la fuerza que a mi me hacia falta en ese momento. Fue reconfortante.
- No quiero presionarlos, pero tenemos que salir de aquí ya, o arruinaremos el plan- dijo Stone como si no hubiera roto la mandibula de un tipo gigante y musculoso hace menos de cinco minutos. Intenté ponerme en pie, pero no terminaba de apoyar el primer pie cuando me caí, estaba tan débil y perturbada por las brutales imagenes que se repetían una y otra vez en mi mente que no me sentía en condiciones de nada, sólo quería quedarme allí, en medio del bosque en un lecho de hojas húmedas con restos de nieve derretida y no moverme mas, pero Seth me sujetó por los brazos y me obligó a levantarme y ponerme de pie.
- Ya la llevo yo.- Alex pasó un brazo por detrás de mis rodillas y el otro por mi espalda y empezó a caminar conmigo como si no pesara nada. Cerré los ojos para intentar borrar las horribles imágenes que habia presenciado, pero no iba a ser posible olvidar eso.- Lo siento, pero a veces es tu vida o la suya y tu supervivencia es mas importante que la suya.- Empecé a llorar en silencio, no era para nada justo que ellos tuvieran que morir solo para que yo viviera.- Lo sé Chloe, pero el bosque es frio por la noche y aqui solo vive el mas fuerte.- me dejó un beso en la coronilla y continuó con la misma fuerza de siempre. Para ser tan delgado tenía mucha fuerza, llevabamos al menos una hora caminando, pero nisiquiera parecia cansado, pensé en lo fuerte que era y antes de caer completamente rendida por el sueño le dije las únicas cosas que necesitaba que supiera
- Perdón, jamás debí decir toda esa mierda. Y por cierto... si me gustas, me gustas mucho Alex.- Era fácil decirlo sin tener que verlo a la cara, pero sentí su sonrisa aún sin ver su rostro.