Estaba atendiendo una de mis mesas, cuando me avisan que el gerente me quiere ver, realmente esperaba con todo mi corazón que no estuviéramos a solas, no confió en el jamás lo hare.
No quería ir con él, pero era eso o me que me baje el sueldo, demonios no podía permitirme que me quitara dinero. Llegue más rápido del pensado, toque dos veces para hacerle saber que ya estaba ahí. Escuche como me daba el permiso, para pasar a esa estúpida pequeña oficina.
- ¿Me necesitaba? – dije sin ver a sus asquerosos ojos.
- Claro Emma, toma asiento por favor.
- Así estoy bien, dígame. ¿Qué es lo que pasa? – pregunte mientras trataba de mantener la mayor distancia posible.
- Oh solo te quería informar que te toca el cierre. – vi como sonreía descaradamente.
- Pero a mí no me corresponde eso. – reclame.
- Oh querida, pero recuerdas que estamos cortos de personal, tendrás que ayudar en cosas que no te correspondían.
- Pero eso le toca a usted, nada más. – estaba empezando a frustrarme.
- No quiero reclamos Emma, ¿o quieres que te quite las propinas por maleducada? – era un gran imbécil. Pero necesitaba el dinero.
- No señor. – mencione, mientas trataba de no decirle de cosas.
- Buena chica, ahora regresa a tus labores.
- Sí señor.
Con eso último, me retire lo más rápido que pude de ese odioso lugar, llegue a la cocina y estrella inmediatamente se acercó a mí.
- ¿Qué te dijo ese imbécil?
- Que me tengo que quedar con el hasta que todos se vayan, supuestamente tengo que hacer el cierre con él.
- Ahora si se pasó, el viejo ese. – se veía furiosa. – voy a decirle sus verdades en la cara.
- Oh no estrella, no malgastes y pierdas tu dinero en mí.
- Pero es que Emma.
- Nada, sabes que se me defender y no voy a dejar que me haga algo.
- Estas segura?
- Completamente, no me perdonaría que perdieras dinero. – dije dándole una pequeña sonrisa.
Por alguna razón recordé justo en ese momento la conversación con Alex, antes de que se marchara y me dejara aquí.
- ¿Quién era ese? – se le veía un poco tenso.
- Tranquilo, es solo mi gerente. – trate de tranquilizarlo.
- No me gusto como te miraba, como si fueras de él.
- Sabes que no es así.
- ¿Te ha hecho algo? Ni creas que deje pasar el hecho de que te escondiste detrás de mí cuando ese apareció. – estaba muy serio.
- Nada, se me defender.
- No me creo eso.
- ¿No me crees que se me defender sola? – trate de aligerar el ambiente.
- Oh esa parte si te creo, créeme. Pero sé que ese tipo tiene otras intenciones contigo.
- Por favor dejemos ese tema atrás, ¿sí? – dije mientras le regalaba una pequeña sonrisa.
No pudo contestarme porque en eso llego estrella.
- Emma! Qué bueno que llegaste, te tengo mucho que contar.
- ahorita hablamos estrella. – dije volteando a ver a Alex.
- Oh, ¿Quién es este chico?
- Mmm, estrella él es Alexander. Alexander esta es mi amiga estrella.
- Mucho gusto. – dijo Alex mientras le tendía una mano.
- Bueno yo voy entrando, Emma no entres tarde. Un gusto en al fin conocerte Alexander.
Con eso se fue corriendo al restaurante, por mi parte no quería mirar a Alexander a los ojos, estaba avergonzada de que se esté enterando de que les hable a mis amigos de él. No necesite verlo para saber que mantenía su estúpida sonrisa.
- Bueno, eso ya lo confirmo todo.
- ¿El qué? – pregunte.
- Que sigo siendo muy importante en tu vida. – se veía feliz y complacido.
- Siempre vas a hacer importante en mi vida, Alex. – dije mientras le daba una pequeña caricia en su mejilla, junto con una sonrisa.
- Bueno, ya tengo que entrar Alex.
- ¿A qué hora sales? – me regalo una pequeña sonrisa.
- A las diez.
- Vengo por ti, entonces.
- Ven un poco antes, ¿sí?
- Claro.
Con eso ultimo nos despedimos y me dispuse a entrar.
Al parecer me perdí por un tiempo largo ya que estrella, me estaba llamando y se le veía un poco feliz.
- ¿Qué es lo que pasa estrella?