Otra perspectiva (fanfic Jw)

D E C I S I O N E S

 

–¿Crees que si debiese ir? –Le pregunta Javier a su esposa al tiempo que se sienta en la cama a su lado.

 

–¿Qué dijiste? –Ella quería saber si había escuchado bien y aunque en el momento se lo negara sabía muy bien que las palabras que creyó escuchar si habían salido de la boca de su esposo.

 

–¿Qué tal si regreso y no nos va tan mal? –Pregunta.

 

La forma en la que su hija hablaba de los dinosaurios le recordaba él de niño, siempre quiso ver uno con vida, en esa época no pudo y no se sintió nada bien al saber que esos seres existían, pero nunca los vería. Él no quería que su hija pasara por eso, él en realidad no quería que su hija vivera todo lo que él le tocó vivir.

 

Arriesgaría todo para que ella sea feliz.

 

–¿Estás loco? No vas a regresar a esa isla.

 

–Pero piensa en nuestra hija...

 

–Justo en ella piensa tú, ¿Qué pasaría si te perdiéramos?

 

Él suplemente decide quedarse en silencio en ese momento.

 

–Duerme y hablamos de esto mañana –Le dice Catalina.

 

Él se recostó en la cama mirando el techo. No podía dormir, su mente estaba en otro lado, en la isla. Él no solo hacia eso por su hija, sino también por el mismo, esas criaturas prehistóricas fueron su más grande sueño por mucho tiempo y el hecho de verlas extinguirse era una sensación con la cual no podía vivir el resto de su vida.

 

Se levanta de la cama de manera sigilosa y sale de la habitación, siente el frío del piso en sus pies, pero aun así sigue caminando.

 

Abre la puerta despacio y ve a su pequeña dormida en su cama. Su respiración era tranquila y se encontraba abrazando una almohada. Se acercó a ella y se arrodilló a un lado de la cama.

 

Poso su mano en su cabeza y la movió levemente sobando su cabello.

 

–Arriesgue todo por ti una vez. –Susurro. –Y ahora estoy entre hacerte feliz o suplemente romper uno de tus sueños.

 

La pequeña niña se removió levemente haciendo que el pelinegro aleje su mano, no quería despertarla.

 

–¿Qué debo hacer? –Susurra para sí mismo.

 

(...)

 

DÍAS DESPUÉS

Javier estaba caminando por la calle, sentía un nudo en su garganta, tenía algo muy importante que decirle a su esposa.

 

–¿Javier Genaro? – Escucha su nombre a sus espaladas.

 

Al girarse se encuentra con un chico de no más de 20 años vestido completamente con un traje color gris.

 

–Si ¿Quién es usted? –Pregunta.

 

–Mucho gusto Michael representante de IALIGen –Se presenta.

 

–¿Ialigen?

 

–Así es señor, a usted hace unos días se le extendió la invitación de asistir a una misión a isla nublar con el fin de ayudar con el rescate de los seres vivos allí presentes.

 

En ese momento su cerebro junto todo, ese era el laboratorio del cual hablaba Evan.

 

–El señor Evan Wells se encuentra en la isla y espera, si usted acepta, se le junte el día de mañana –Agrega.

 

Su mente se debatía lo que debía decir.

 

–¿Y de qué se trata exactamente la misión?

 

–Misión de búsqueda y rescate, ni la isla nublar, ni ninguna de las cinco muertes está en las condiciones adecuadas para que los seres des extintos puedan sobrevivir por eso el instituto planea rescatar una parte de estos para asegurar su prevalencia en el planeta a futuro. –Le explica.

 

–Ok...

 

–¿Aceptará?

 

 

–¿los dinosaurios morirán? –Pregunto la pequeña lucia. –¿los salvarán verdad papá?

La imagen de su hija viene a su mente.

 

–¡Mamá! –Gritaba emocionado el niño de tan solo doce años. –¡Mamá!

 

–¿Qué pasa Javier? ¿Por qué tanta emoción? –Dijo sonriéndole al pequeño.

 

–¡Ya abrió! –Le respondió el chico cada vez más emocionado.

 

–Habla rápido Javier.

 

–¡Ya abrió Jurassic World! –Dijo mientras le mostraba el folleto que había encontrado en la calle.

 

La expresión en el rostro de su madre cambio en ese momento.

 

–¿Algún día podremos ir?

 

–No. –Dijo sin pensarlo ni por un segundo.

 

–Pero mamá...

 

–¡Ya dije que no Genaro! –Le grito.

 

El niño se asustó al ver a su madre de esa manera, su rostro estaba rojo y sus ojos estaban iniciando a cristalizarse.

 

Luego de ese día no insistió con ir al parque.

 

¿En serio iba a dejar que las criaturas que siempre quiso conocer se extinguieran?

 

–Lo pensaré –Le respondió al chico.

–Debe decidir ahora –Dice firme el chico.

 

–Pero…

 

(...)

 

Unos minutos después Javier ya se encontraba en la puerta de su casa, ahora no solo era una cosa que le debía decir a Catalina, sino dos.

 

Al abrir la puerta fue recibido con un abrazo de su pequeña hija y seguido de eso con un beso de parte de su esposa.

 

Durante la cena trato de decirle a su esposa, pero no encontraba el valor para hacerlo.

 

–Debo decirles algo, –inicia a hablar. –En la empresa harán un recorte de personal. –En ese momento Catalina dejo de comer y miro a su esposo. –No sé si yo estaré en el grupo de los despedidos o de los que se quedan.

 

–¿Y qué han dicho? –pregunta con un notable de preocupación la castaña.

 

–Mañana por la mañana darán a conocer la lista. –Les cuenta. –Y no solo eso tengo para deciles.

 

–¿Hay más?

 

–Conseguí un trabajo, –Le inicio a hablar –y si lo acepto deberé viajar esta noche.



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En el texto hay: peligros, dinosaurios, aventura ciencia y ficcion

Editado: 01.07.2021

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