Agradecimientos
A Dalia Chanque Lobela, por esas largas horas de traducción e interpretación ecuatoguineana.
A Azucena Muñoz González, por su maravilloso punto de vista con el que tanto aprendí.
A Guillermo Aguirre por la corrección que asumió.
A la Asociación Africanista Manuel Iradier, por acogerme en su seno y mandarme a Guinea Ecuatorial.
A Belén Bustamante, por ser la primera persona que creyó en mí sin casi conocerme.
Y a la vida y sus vaivenes.