La voz fluida y cálida de la asistente de Tony, que curiosamente ahora se da cuenta nunca vio, llena la línea con la misma firmeza que los pensamientos su cabeza.
Ned lo mira serio, May lista para ponerse en marcha y Peter se siente un ligero estafador al no poder ni repetir las cosas que ella le dice cuando estos se lo piden.
Le habla rápido, le menciona últimas ubicaciones, informes de tráfico y datos policiales… Peter menea la cabeza, no le salen las palabras. Quiere decir que se calle, Venom casi parece dispuesto a atravesar la línea telefónica y ahorcada con tal de que cierre la boca y le deje pensar.
Peter baja el equipo, niega y se lo extiende a su tía. Está colapsado. Ella lo mira sin entender, Ned la imita, pero Peter necesita vital silencio para poner las casa en orden.
Su cuerpo tiembla contra su voluntad, siente la piel abrirse, a Venom peleando por robarle el control y salir de cacería. No suena a ser una buena idea, pero suena a que es una magnífica idea. Peter empieza a perderse en la bruma agotadora de contener al simbionte. Sus pensamientos se unifican de forma peligrosa y los revordes de su persnalidad se distorcionan tanto que esa especie de esfera en la que logra visualizarse, empieza a verse cubierta de pequeños y firmes hilos negros que reptan engullendola cual hiedra venenosa.
La lengua se le pega al paladar. May mira en sus ojos la desesperación, pues se recupera del estupor y le saca el celular. Pone el altavoz con una mano y con la otra le aprieta ligeramente la mano antes de voltear y quedar de frente a Ned sentado, sosteniendo entre ellos el aparato. Sin dudar, le pide a Milena que repita lo dicho, “Peter está yendo por su traje” dice su tía, como si eso lo excusara de ya no intervenir.
—El auto del señor Stark sufrió una emboscada —reitera con rapidez y un deje marcado de impaciencia— No sabemos qué pasó, se perdió todo contacto con el señor Hoggan y él.
May suelta un gemido ahogado y Ned empieza a teclear con velocidad y rapidez. Aparentemente su super computadora no es del todo inutil sin F.R.I.D.A.Y. funcionando o ya recuperó parte de sus funciones. Quién sabe. No tiene fuerza para aclarar eso.
Venom se retuerce en su interior. Gime como un animal ahogándose con una collar de ahorque. Peter se estruja la cabeza con ambas manos y vuelve a pelearle el control. Por su mente desfila el entrenamiento, la voz del coronel se escucha apagada y lejana, pero logra distinguir las palabras clave. Debe pensar. Pensar antes que nada. Crear un plan. Hallar una solución, visualizar sus próximos cinco o seis pasos. No tiene que dejarse ganar por lo nervios, pero la imagen del auto de Tony siendo embestido por un tanque es tan angustiante que no puede verse de ninguna forma.
Sangre, muertos, heridos. Es todo cuanto ve. No lo sabe a ciencia exacta, pero, ¿de qué otra forma consigues a Tony?
—¿No hay forma de saber si están bien? —pregunta su tía con diligencia.
—Los informes de tránsito dicen que al menos hay una docena de autos involucrados y las ambulancias en la zona están llegando de todos lados. Los bomberos de dos dependencias van en camino, pero no, lo siento. No sé más. —dice con evidente frustración— No puedo confirmar nada de su estado. Estipulamos que dado el tiempo transcurrido el señor Stark debió ser llevado a la fuerza. No se divisó la armadura por ningún lado y nadie ha salido del puente.
Peter se agarra al borde de la mesa y se aprieta la frente. El dolor profundo le revuelve el estómago. «Nadie ha salido del puente» es claro que hablaban de un número increíble de civiles caídos. ¿Un choque de una docena de autos y ningún herido aparece de entre el humo de los escombros pidiendo ayuda?
—Pero… pero… ¿Cómo…? Digo, ¿Quién tiene el poder para llevarse a Iron Man? —susurra May, viéndolo fijamente.
Menea la cabeza. Un solo nombre se le viene a la mente, un solo sujeto capaz de tener ese nivel de habilidad, pero su garganta se cierra con temor de solo pensar en él.
—El mismo que pudo secuestrar a Spider-Man. —dice lentamente la asistente de Tony al otro lado de la línea, llenando el lugar con una pesada verdad.
May suelta un suspiro y niega masajeándose la frente. Ned mira en su dirección y se nota el miedo mezclarse con la curiosidad. Peter no fue nada explicativo cuando le contó cómo terminó con Venom dentro. Él no habló de un secuestro, habló de un accidente donde quedó atrapado en territorio enemigo.
Peter no detalló el horror y la locura a la que lo sometieron. Era algo obvio, o al menos ligeramente deducible, que le había ido mal tras las filas enemigas pues Peter sí le dijo —cuando desconocía que lo que tenía era un simbionte y pensaba que era locura— que le habían roto la mente.
—Por eso lo llamo, señor Parker. Sin F.R.I.D.A.Y. tengo las manos prácticamente atadas. La última persona relacionada a su secuestro a la que le pude constatar ubicación es el señor Harry Osborn y está en su domicilio particular.
Ned alza con rapidez el rostro cuando lo dejaba caer otra vez para ver su computadora y su mirada desorbitada se queda fija en él. La boca se le abre como si fuera a decir algo y Peter se acobarda corriendo la vista.
Intentó por todos los medios jamás usar el nombre de su ex amigo ni el de la familia de él en todo lo relacionado. No había caso, no era necesario para todo eso. El único motivo por el cual Harry se involucró, fue porque Peter así lo obligó.
Por un segundo teme ver el mismo rastro de decepción con el cual Harry lo miró, pero Ned no es Harry y rápidamente despierta y sigue con lo que sea que está buscando.
—¿Y Rhodes? —pregunta May con rapidez y Peter se siente aún más avergonzado, pues eran preguntas que él debería estar haciendo, o al menos pensando.
—Fue notificado, está yendo al lugar de los hechos. Con sus contactos vamos a intentar llegar a las cámaras de vigilancia de la zona y determinar cómo y quién fue.
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Editado: 13.07.2021