P E Ó N [ #1 - Los Fugitivos ]

Capítulo X

Oscuro.

No podía ver absolutamente nada de lo que me rodeaba.

Estaba seguro de que estaba acostado en el suelo de una casa de clase baja casi en las afueras de la ciudad, por lo que no tengo de qué preocuparme.

Actualmente, soy un fugitivo.

Tallo mis ojos, sigo sin poder ver nada. Estaba seguro que la luz de la vela no se apagaría tan pronto, además, la luz del sol debería ser visible desde el interior.

¿Dónde estoy?

Al girar, me percato de una silueta, hay alguien tirado en el suelo. Caminé lentamente hacia ella.

Me detuve a un par de pasos de distancia, sentía algo extraño en este lugar. Creo recordar un poco la arquitectura de la casa, pero este lugar está completamente vacío.

Veo la silueta frente a mí, se me hace conocida.

Es un hombre.

Me acerco y la toco, se siente fría. No noto una respiración o un pulso cardíaco en él. ¿Qué demonios está pasando? Trato de ponerlo boca arriba.

Puedo ver parte de su rostro, siento que lo conozco, lo he visto en algún lugar, incluso, creo que éramos muy cercanos. ¿Quién es esa persona y qué hace aquí? No puedo entender nada en absoluto.

Trato de reconocerlo, pero no aparece nadie en mi mente similar. ¿Tal vez es esto una alucinación?

–K-a-y

Escucho cómo pronuncia mi nombre, su voz se oye débil. Creo haber escuchado antes una voz así.

Me volteo y lo miro de frente, puedo sentir que nuestros ojos se encuentran. Estoy seguro de que me está viendo.

–¿P-o-r q-u-é n-o-s d-e-j-a-s-t-e m-o-r-i-r?

¿Eh?

¿A qué se refiere?

–N-o h-i-c-i-s-t-e n-a-d-a p-a-r-a e-v-i-t-a-r n-u-e-s-t-r-a m-u-e-r-t-e.

Seguía cortando las palabras, por lo que entender lo que decía era un poco complicado.

Me estaba culpando, ¿no es así?

Pude ver cómo se sentaba en su lugar, yo retrocedí, intentando poner distancia, pero algo me sujetó de mis pies, haciéndome caer al suelo. Una mano sobresalía del suelo, tomando mi tobillo derecho.

¿Qué demonios está sucediendo?

–T-o-d-o-s n-o-s-o-t-r-o-s m-o-r-i-m-o-s, ¡y n-o h-i-c-i-s-t-e n-a-d-a p-a-r-a e-v-i-t-a-r-l-o!

–¡Cállense! ¡Yo no he hecho nada!

No recuerdo haber dejado morir a alguien frente a mí, siempre he tratado de salvarlos. Era completamente inocente, recuerdo que en el ejército estuve varias veces en peligro de muerte, pero nunca dejé a mi equipo.

No.

Creo que recuerdo.

Esa vez.

¿Se refiere a esa vez?

–P-a-r-e-c-e q-u-e t-e a-c-u-e-r-d-a-s d-e a-l-g-o. ¿V-e-s q-u-e s-í e-r-e-s c-u-l-p-a-b-l-e?

Logro recordar algo. Hace tres años fui con mi equipo a una misión en el desierto del Sahara. Recuerdo todo perfectamente. El plan era perfecto, hasta que llegó la noche.

Justo en el momento en que llegó la hora del ataque, la misión fue saboteada. Mi equipo comenzó a moverse por su cuenta hacia la entrada de una fortaleza que teníamos que atacar. Recuerdo que una lluvia de balas cayó sobre ellos desde la cima de los muros.

Recuerdo ver cómo caían, uno por uno, muertos.

Yo corrí hacia ellos, tratando de rescatar a los que pudiera. Me escondí detrás de unas rocas cercanas y comencé a disparar en contra de los defensores, derribándolos a todos.

Cuando acabé, no quedaba nadie en pie de mi equipo. Caminé por el lugar, pero nadie estaba vivo. Justo cuando me había dado por vencido, escuché una débil voz a un lado de mí.

Esa voz.

–¿Eras tú? ¿¡Eres tú!? ¿¡De verdad eres tú!?

–P-a-r-e-c-e q-u-e h-a-s t-a-r-d-a-d-o u-n p-o-c-o- e-n r-e-c-o-n-o-c-e-r l-o q-u-e h-i-c-i-s-t-e.

–¡Yo no he hecho nada!

Recuerdo que corrí hacia él, aún estaba vivo. Tenía heridas de bala por todo el cuerpo, era imposible salvarlo, pero es no me importó. Saqué material de curación de mi mochila para tratar de salvarlo, él me lo impidió.

Me dijo que lo dejara así, que no había manera de salvarlo. Yo hice todo lo posible, pero no logré nada. Él murió en mis brazos.

–Yo, ¡traté de salvarte!

Estaba gritando, desesperado. Estaba seguro que había olvidado ese momento en mi vida, yo ya lo había superado. Parece que no tuve éxito.

–N-o p-u-e-d-e-s o-l-v-i-d-a-r-t-e d-e n-o-s-o-t-r-o-s.

–¿Nosotros?

Volteé hacia todos lados y vi cómo emergían otras ocho siluetas desde el suelo, eran los integrantes restantes de mi equipo.

¿Qué está pasando?

–N-o-s d-e-j-a-s-t-e m-o-r-i-r.

Sus voces se escuchan entrecortadas, no se entiende perfectamente lo que dicen. Todos se levantan y comienzan a caminar hacia mí.

Al verlos más de cerca, puedo ver heridas abiertas en sus cuerpos. Son reales. Extiendo mi mano y toco a uno de ellos, se siente frío y un poco viscoso.

¿Viscoso?

Retiro mi mano y la reviso, está manchada de sangre.

–T-ú n-o-s m-a-t-a-s-t-e.

Avanzan como si fuesen zombis cazando a un objetivo. Yo trato de alejarme de ellos, pero alguien me está tomando de los tobillos, por lo que no puedo hacer nada. Seré su víctima.

Siento cómo el entorno comienza a iluminarse.

No.

Esto no puede estar pasando.

Cierro los ojos, no quiero ver lo que está frente a mí. Estoy seguro que sus cuerpos están igual que cuando murieron. No quiero recordar eso, ¡yo lo quiero olvidar!

Siento cómo se acercan lentamente a mí, mientras lucho por liberarme. Comienzo a desesperarme.

–C-u-l-p-a-b-l-e.

No lo soy.

–C-u-l-p-a-b-l-e.

¡No lo soy!

–A-s-e-s-i-n-o.

¡Yo no los maté! ¡Yo no acabé con sus vidas! ¡Yo los defendí!

–¡Era mi trabajo! ¡Yo intenté salvarlos!

–M-e-n-t-i-r-o-s-o.

Uno de ellos me tomó de los brazos, mientras otro me tomaba de las piernas. No había manera de que me soltara, estaba temblando, no podía pensar con claridad.

–¡Ahhh!

Grité, pero ellos me silenciaron casi de inmediato. Completamente desesperado, abrí mis ojos.



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En el texto hay: clasessociales, combates, apuestas

Editado: 16.08.2020

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