Capítulo 2

"El hombre débil se vuelve fuerte cuando no tiene nada, porque sólo entonces puede sentir la locura de la desesperación"

-Arthur Conan Doyle (La Compañía blanca)

Tadeo Torres

Duele, todo mi ser grita dolor. No recuerdo la última vez que sentí este dolor, miento, recuerdo esa vez que no cumplí con un pedido de mi padre, me golpeó tan fuerte que tuvieron que llevarme al hospital, él mintió que fue un accidente de tráfico. Cuatro costillas rotas, una rotura de labio y ceja y mi pierna izquierda quebrada en cuatro pedazos. Pero creo que está vez es el doble o hasta el triple de dolor que sentí esa vez.

Una melódica voz me dice que no me duerma, lo intento con todas mis fuerzas pero fallo, lo vuelvo a intentar y logró ver su rostro, una chica un tanto morena, de cabello ondulado, y unos ojos cafés deslumbrantes me piden que no me duerma.

—Señor, por favor no se duerma, sé que duele pero aguante un poco si, ya le traerán algo para el dolor, pero no se duerma sí.

—Gracias—digo con la poca fuerza que me queda, pero estoy tan débil que creo que ni me escucho.

—Paula, el paciente va a colapsar, inyéctenle 10 miligramos de adrenalina.

Siento como una corriente de electricidad recorre por todo mi cuerpo y me levanto.

—Señor acuéstese, está muy herido, ¿recuerda su nombre? —dice la chica de los ojos deslumbrantes.

—Tadeo—digo ya más calmado.

—Bueno Tadeo soy Cora y estará bien. Sufrió un ataque de un animal, pero se recuperara.

—Gracias—digo antes de desmayarme completamente.

El sonido de personas conversando hace que comience a despertar, escucho la voz de una mujer y la de un hombre pero no las reconozco. De apoco abro mis ojos y la luz cegadora hace que los vuelva a cerrar. Escucho en el fondo que llaman a un médico, creo que eran los enfermeros que estaban hablando. Vuelvo a abrir mis ojos y veo una sala blanca y yo completamente vendado, si fue una buena paliza la que me dieron.

—Señor Tadeo, soy la doctora Castillo, soy la doctora que fue asignada a usted, dígame, ¿cómo se siente? —dice la chica con dulzura.

—Me duele todo el cuerpo, pero me siento mejor, y por favor dígame sólo Tadeo.

—Bueno Tadeo como le expliqué a su amigo Lucca, usted sufrió algunas lesiones internas que ya fueron tratadas, tiene más de 4 fracturas en su cuerpo y presentó mucho dolor por los golpes que se le dieron por el animal pero mi cargo me obliga a preguntarle, ¿Quién le hizo esto Tadeo y los denunciará? Porque en donde fue encontrado se usa para asesinar personas, se salvo de milagro...

Si supieras chiquita que estás hablando con un asesino no serías tan dulce conmigo.

—No lo recuerdo, sólo sé que me atacaron y desperté en el hospital. Eso es todo.

No quiero involucrar a ningún inocente

Miro la cara de decepción de Cora y había ignorado completamente a Luka y la chica de cabello café que han estado en la sala.

—Bueno entonces mi labor está completa, espero que se recuperé y tenga más cuidado. Paula vámonos, nos esperan.

La chica de pelo café es Paula, Y ¿Por qué se va?

—Como así que se va, no me seguirá chequeando.

—Se te olvido decirle Cora—dice Paula completamente sería.

—Señor...perdón Tadeo, yo no trabajo en este hospital, nosotras formamos parte de la organización de Médicos Sin Fronteras, nosotros estábamos en brigada cuando a usted lo llevaron, no podía dejar que se muriera y tome cartas en el asunto, lo atendió la organización y a mí me encargaron su caso, como la ambulancia tardó en llegar, tuve que auxiliarlo, fue cuando usted colapsó. Su médico encargado se llama Cortés, Doctor Cortés , él continuará el procedimiento de su recuperación, disculpe pero ya nos tenemos que ir. —dice Cora apenada.

—Ha sido un gusto atender a su amigo, necesitará su ayuda en la recuperación—Cora estrecha su mano con Luka y él le dice un pequeño gracias.

—Recupérese Tadeo, tómeselo con calma, un gusto atenderlo—dice Cora dándome una palmada en el hombro. Tengo enyesadas las manos, que bien.

Y se fueron de la habitación, pero no pude decirle gracias correctamente...