Capítulo 2

“Amigas”

La cosa es que yo y mi mala memoria nos llevamos muy bien con ciertas cosas en la mayoría cosas innecesarias, un asco la verdad, la clase termino bueno esa era la última del año guarde mis apuntes rápidamente, quería salir de ahí lo más antes posible tenía sueño y hambre mucha la verdad, me dirigí hacia mi edificio o cuarto no sé cómo llamarlo hasta ahora pero lo dejaremos como edificio, en los cuatro edificios existen chicas de distintas edades y cada cuarto tiene tres camas te ponen con chicas de tu misma edad, la cantidad de cuartos no los sé nunca me puse a contarlos solo sé que en cada edificio tiene seis pisos, la verdad las humanas que llegan aquí son muy afortunadas ellas son tratadas igual que las cambiaformas.

Aunque tenemos una rara forma de ganar la comida, porque si nos la ganamos tienes muchas opciones para ello puedes tener un promedio por encima de ochenta y cinco donde te aseguras dos mil puntos pero eso es por mes, ayudar en la limpieza o en la cocina te da trescientos puntos por semana, ayudar a cuidar a las más pequeñas o ayudarlas en sus tareas te da quinientos puntos por semana, y todo estos puntos te sirven para canjearlos por comida, esto las ninfas lo hacen para que aprendamos responsabilidad y demás aparte es como que te den mesada puedes comprar comida y demás cosas con los puntos claro que yo solo lo uso para comprar comida, bueno la parte de abajo es la parte de cada edificio es un como un patio de comida donde puedes comprar comida por así decirlo o canjear puntos, cuando las clases terminaban no te quedaba otra de haber ahorrado o hacer trabajos extras para conseguir puntos. 

Los puntos no solo los usas para la comida sino también para la ropa la cual puedes comprar aquí las humanas en sus últimos dos años hacen cursos aparte le llaman técnico o algo así son muchos cursos los que pueden tomar y uno de ellos es costura y les pagas con puntos para ellas es como trabajar, los puntos son como nuestra moneda, aunque no está impresa y se lleva la cuenta hasta el final de mes donde se suman los puntos ganados los que tienes acumulados y se restan los que gastaste en el patio de comida y si compraste ropa todo un sistema de eso se encargan los duendes y los enanos ellos eran buenos con eso de llevar las cuentas.

Ni bien llegue Amelia una alfa era muy amable yo le ayudaba algunos fines de semana cuando necesitaba puntos, le pedí una ensalada con pollo picado, papas fritas, budín de chocolate, jugo de frutilla con leche y por último pastel de chocolate, lo sé mucho chocolate pero como resistirse a él es tan dulce y delicioso, Amelia me entrego mi comida empacada ella ya me conocía y sabía que prefería comer en mi cuarto y no en el comedor, gracias a la diosa Luna que la puso en mi camino.

Creo que no les explique algo aquí todas tienen diferentes apellidos esto porque todas tenemos hadas y si no es un cuento, cuando llegas ella se hace responsable de ti es como tu madre pero no la ves, lo que si es que siempre te cuida de una u otra manera y ella te da su apellido o apellidos, la mía murió hace poco atacaron su bosque brujas las buscaban mucho por el dichoso polvillo de hada con la capacidad de crear vida vegetal.

Llegue a mi cuarto compartía con una humana y una mujer lobo, lo interesante de nuestro cuarto veías diferentes personalidades en una misma habitación creo que por eso nos llevábamos tan bien Iris (mi lobita) tenía el toque femenino de las tres de ella su cama parecía de una princesa de color blanco, dorado y rosa pastel una linda latina de Perú cabello oscuro casi negro lacio a morir, con curvas llamativas su piel me encantaba era trigueña, sus ojos eran café oscuro casi negros, no era alta pero tampoco baja una estatura promedio y tenía dieciséis años. 

Luego esta Nari ella era la humana era algo extraña la verdad su lado tenia colores oscuros predominaba el verde, negro y el morado, llego aquí cuando tenía ocho años sus padres habían muerto en un accidente de coche y su hada la trajo aquí, ella es pálida no en exceso claro, su cabello era rubio ceniza hermoso con ondas, ojos grises, era pequeña su cuerpo tenía las curvas correctas ni grandes ni pequeñas y tenía quince este año cumpliría dieciséis en unos días. 

Y por último yo mi lado es el más desordenado no sé cómo explicar pero mi cama es blanca con almohadones celestes mi mesita de noche igual pero sigue siendo un desastre, mi cabello es castaño rojizo, piel pálida, mi cuerpo es desproporcionado arriba tengo abajo nada pero con figura reloj de arena según las chicas algo extraño la verdad, ojos cafés simples de estatura promedio y bueno tengo dieciséis. 

Las tres crecimos juntas, nos conocemos bien Nari sabe que Iris tiene padres y que está aquí porque obtuvo una beca para estudiar en el internado eso crean las humanas que hacen las mujeres lobo que son becadas porque tienen bajos recursos sus familias, excepto por el grupito real.

Bueno aparte de nuestras camas tenía cada una puerta a lado que te llevaba a un estudio que tenía un librero con todos los libros que llevarías ese año un escritorio con una portátil encima y a lado un armario que era pequeño, mayor mente gastaba en comida o dulces. En la cuarta esquina donde no estaban las camas había una puerta que te llevaba al baño.

Comí en mi estudio con música sonando de la portátil termine la ensalada con pollo y mi ración de papas fritas la comida era fabulosa, tomando mi jugo salí de mi estudio cerrando la portátil y con la basura de comida la deje en el pequeño basurero a lado de mi cama me senté en mi cama que aún no estaba echa a ver la linda mesita de noche que rebosaba con basura de caramelos realmente necesitaba ordenarlo, con pesar me levante ordene mi mesita de noche botando todas las envoltura de dulces, helado y hojas a una bolsa de basura, con la promesa de sacarla mañana, tendí mi cama y limpie un poco debajo de mi cama donde sorpresa encontré más envolturas y unas calcetas que había dado por perdidas realmente tenía que empezar a ser más ordenada.