Faltaba un día para el cumpleaños número 24 de Dan su padre le había regalado muebles, electrodomésticos, su padrino le ayudo con la habitaciones vacías, todo estaba casi completo en su apartamento, Dan fue a dejar la invitación a su cuarto de Isabel.
...te espero mañana a las 8, que todos falten menos tú!.
- tú crees que fue muy desesperado con lo que escribí._ pregunto Dan a Alexis.
- no creo ella asistirá a tu fiesta vas a ver que sí.
-estoy muy nerviosos no me lo perdonaría a mí mismo si no acepta mi propuesta.
- mejor vamos a recoger tu sorpresa.
- si mejor ella entenderá.
Su madre de Isabel se había disculpado con ella, por su comportamiento y Isabel no entendió pero agradeció estar mejor con su madre, no la molestaba con Dan. Por qué ellos ya no hablaban pero le dijo que podía hacer su vida ya no se metería en sus problemas. Decidió ir a la fiesta ese día salió con sus amigas al centro comercial después de pasar por todas las tiendas y dejar varios vestidos hermosos y caros, pudo escoger uno que lo pudo pagar, era blanco su espalda era descubierta, con tiros, que se le veía bien en su cuerpo y resaltaba sus caderas.
- que tal este._ pregunto Isabel.
- si tú lo llevas me lo llevo y a ti también._ dijo Gaia.
- si Dan no se queda contigo pierde una joya, estas más que hermosa no encontraría palabra para describirte.
- qué lindo chicas gracias, si lo sé a mí también me gusta.
- creo tú serás la de la cumpleañera._ dijo Gaia
- todas las chicas te van a envidiar._ dijo Amanda.
- ahora hay que elegir los tacos.
- ya me hice cargo de eso mira que te parece._ dijo Amanda, sus tacos eran el mismo color pero no eran demasiados altos.
- todo completo, voy a pagar.
- permíteme Isabel yo te voy a pagar los tacones._ dijo Amanda.
- no como crees, déjalo así tengo cabal.
- enserio déjame pagar, comprarse señorita._ le entregó su tarjeta y Isabel se lo agradeció, pero no quedó conforme se lo devolvió el dinero del vestido.
Las dos amigas ayudaron a Isabel, con su maquillaje, su peinado, a elegir su Bolsón, todas se encontraban en el apartamento de Amanda, Isabel quedó preciosa todo era perfecto, está satisfecha con su compra.
- ya es hora._ dijo Isabel.
- yo te llevo, si quieres Gaia te puedo dejar en tu casa o te quieres quedar conmigo.
- si puedo quedarme aquí.
- si claro hacemos la cena, miramos películas y después podemos recoger a Isabel.
- aunque creo que ella no va a dormir está noche._ dijo Gaia.
- talvez, no lose._ dijo Isabel.
Llego a la fiesta Isabel y todo voltearon a verla, especialmente los hombres, pero el único que le importó era de Dan, él se acercó dónde estaba ella y le entregó su regalo.
- feliz cumpleaños Dan.
- gracias y también gracias por venir, te estaba esperando.
- no iba a faltar.
- ¿tienes frío?_ dijo Dan y se sacó saco su chaqueta.
- no estoy bien.
- estas muy descubierta, me estoy poniendo celoso, vamos a otro lado.
- pero primero quiero estar en tu fiesta.
- tranquila sólo te llevaré a mi mesa.
- te quedó increíble tu fiesta.
- me lo organizaron yo sólo tenía que venir, ya tengo auto nuevo.
- pero que regalo, él mío se queda en uno insignificante.
- tu presencia es mi mejor regalo espero que no te vayas muy temprano, te tengo una sorpresa.
En su mesa estaban sus amigos más confiables y su padrino, lo saludo y fue un poco incómodo, todo estuvo tranquilo hasta el dj animo la fiesta todo se aproximaron a la pista de baile, haciendo algunos jóvenes realizaban bailes obscenos pero a nadie le importaba era normal para ellos, Dan sacó a bailar Isabel.
- espero que tu mamá no me saque de este sueño.
- no te preocupes ella te está aceptando.
- enserio, no lo puedo creer.
- bueno me dijo que haga mi vida.
- hablaremos después de eso, sólo quiero disfrutar un baile contigo.
- de que se trata tu sorpresa.
- es algo que te marcará por el resto de tu vida.
- increíble.
Bailaron apegados incitando a sus cuerpo a un encuentro lejos de las personas, se emborracharon los dos y la primera en caer fue Isabel seguido de Dan. A las 3 de la mañana él la llevo a su apartamento para arreglar lo que había entre ellos.
- estas son las mañanitas que cantaba el rey David...
- shhh, tus vecinos, jiji._ dijo Isabel.
- qué bonita estás Isabel.
- me alegra mucho saber que aún estoy bonita.
- no sé por qué pero ya no voy a aguantar mucho, me odio a mí mismo por pedirte esto en este estado, desearía estar sobrio para ti. Ya no puedo más, tú me hiciste ver las cosas de otro modo, tú me cambiaste, me sentía como un lobo solitario cuando estaba sin ti, fue un tonto al no decírtelo antes, tenía miedo y lo sabes pero ahora sé que quiero estar contigo y en mi mente no hay opción de volverte a perder.
¿Quieres casarte conmigo?_ se puso de rodillas sacando un brillante anillo.
No había escuchado bien lo que le dijo Dan, pensó que tal vez era porque está borracho.
- mañana no te arrepentirás de lo que dijiste.
- nunca voy arrepentirme de lo que dije, me arrepiento de no haberlo preguntando antes.
- entonces si quiero casarme contigo._ le puso su argolla, se besaron y celebraron su compromiso.
La observaba dormida a Isabel, las sábanas cubrían su cuerpo, su cabello reposaba en la almohada entre sus delgados dedos estaba su argolla le quedaba muy bien en sus dedos. Dan se había levantado antes que Isabel para limpiar su habitación y decorar su apartamento para celebrar mejor su compromiso. Ella se levantó vio a dan sentado en su sillón.
- buenos días a mi prometida.
- pensé que sólo era un sueño.
- que lo hice realidad, ponte pijama por que no voy a poder dejarte salir si estas así, te espero.