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Capítulo 10

Todo el grupo, incluyendo a los ángeles y el sin alma se fueron a cumplir el trabajo. Llegaron a la casa, como decía en la carta, los padres hicieron entrar al gran grupo, que para los padres parecía imposible que ayuden a su hija.

–Linda casa -dijo observando a la casa.

–Vamos suban –dijo con voz serio, el señor de la casa.

-¿Seguro que podrán salvar a mi hija? -pregunto su esposa entre lágrimas.

–Confié en nosotros somos los mejores -dijo Julio.

Todos subieron, pero aquella familia tenía a una visita, aquella visita miraba a los ángeles, más que todo a Rebeca, ya que para aquella visita le parecía una delincuente.

–Mujer por favor déjenos de mirar de esa manera -dijo Ronald

-¿A quién dices? -preguntó la esposa del señor.

 –Seguro que ella es tu hermana ¿verdad? -dijo el sin alma, Nicolás -Pero el dinero les enloquece -susurró.

–No vinimos a saber si la señora que está hecho de puro silicona es su hermana o prima, lo que vinimos es por la niña -dijo Rebeca

-¿Disculpe? ¿Qué te pasa mocosa? ¿No te enseñaron los modales, no te enseñaron a respetar a los adultos? –dijo alterada.

–Si quieres respeto quiérase así mismo, aunque se ponga joyas por todos su cuerpo, aquel joven que está ahí –apuntó al ángel Gael y la mujer se sonrojo –Nunca pero nunca se fijará en usted y no se enoje, si se enoja, su belleza se pierde.

–Te debo una –le susurró.

 



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En el texto hay: misterio, angelesydemonios, aventura

Editado: 05.01.2021

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