Él

Él no lo sabía, pero...

Era mi primer amor; 
la razón de que aquellas mariposas 
de las que tanto hablaban, 
cobraran vida por vez primera.

El responsable de que 
el invierno se tornase primavera.

Él no tenía idea, pero...

Hacía los días más cortos, 
los atardeceres sempiternos; 
constantemente daba lugar 
a que me resultaran 
las fases lunares, todas, 
una hipnotizante luna llena.

Fantaseaba con estrellas fugaces 
cruzando el cielo 
sobre nuestras cabezas, 
dispuestas a cumplir la totalidad 
de nuestros deseos.

Él no podría adivinarlo, pero...

Apenas tocar sutilmente su mano, 
todo a nuestro alrededor se difuminaba, se desvanecía, 
terminaba volviéndose nada. 

Y cómo tendría 
conocimiento de mi afecto, si me dejaba sin palabras 
su especial sonrisa. 
Sonrisa que bien podría reconocer entre una multitud 
de sonrientes rostros 
pues era de él, 
y él era él.