Paladines Entre Ángeles y Demonios

Parte Seis: Aureola Teñida de Sangre 2.

Segundo Akwa de Senliel.

Lo que se trataba de una habitación normal había sido modificada y ampliada, ahora era el doble de grande y tenía seis mesas. Cada una de estas tenía todo el equipo necesario para que un artista trabajara y eso es lo que ocurría, un mangaka junto a su equipo estaban ocupándose en el nuevo capítulo de la historia que tenían para publicar.

Un reloj con forma de eclipse colgado sobre la puerta empezó a sonar para indicar el final de la jornada laboral. Había tanto Nacidos del Sol como de la Luna y la única forma de distinguir al líder era por su larga túnica blanca con manchas de distintos colores, esta persona respectivamente se puso de pie. –Logramos terminar –festejó Peintiwr, un joven adulto de tez blanca y corto cabello rubio.

Sus cinco asistentes soltaron sus herramientas para ponerse de pie, y comenzar a guardar sus cosas. –Todos, buen trabajo –decía el mangaka–. Cuando salgan cierren la puerta. –Él no le dio mucha más importancia al tema antes de tomar su trabajo y apreciarlo. Eran 30 páginas la que conformaban el capítulo que debía salir este mes.

Peintiwr no era alguien reconocido por ser muy sociable, tal era el caso que incluso su grupo de trabajo se juntaron a festejar varias veces sin él. Y eso no era porque lo odiaran sino porque simplemente él no querría salir, le desagradaban casi todas las personas, aunque no fuera algo que los demás supieran.

El sonido de la puerta de la oficina pudo escucharse luego de cerrar, estaban en su casa así que solo faltaba escuchar el rechinar de la puerta de la entrada para saber que los demás se habían ido definitivamente.

Dejando ese tema de fondo en su cabeza el mangaka se concentró en lo importante. –Por fin ya está acabado .–Se puso de pie para apreciar en lo alto su trabajo conseguido con esfuerzo–. Ahora solo me queda enviarlo a la editorial mañana y listo. –Dejó salir un suspiro–. Ya puedo imaginarme la expresión de todos los lectores, jamás se esperarían que todo resultara ser un sueño del protagonista y que este despertara sin brazos en el hospital.

El joven hombre se dejó caer sobre su silla otra vez. –Sin duda, eres un genio Peintiwr. Romperé el mundo editorial con este gran Plot Twist. Pasaré a la historia de seguro.

Sin embargo, aquel mangaka de túnica con manchas de colores no podía regodearse del todo en su original y genial idea debido a algo. –¿Esos parásitos se fueron? No escuché que la puerta principal se abriera.

Comenzando a molestarse él se puso de pie, abrió la puerta para salir al pasillo y atravesar algunas puertas de ambos lados antes de llegar a la recepción principal de su casa. No había lámparas encendidas, todo estaba completamente a oscuras. –Más vale que no se les ocurra hacer ninguna locura malditos porque si no… –Su voz se cortó abruptamente al percatarse de que no había nadie, la sala de recepción estaba vacía.

Un ápice de duda floreció en su rostro, levantando una ceja. –¡Oigan! ¿Dónde se fueron? –Se acercó lentamente a la sala. El lugar era muy espacioso, había una alfombra, dos sillones, una mesa pequeña y algunas lámparas apagadas. –Si se trata de una broma estarán todos despedidos –concluyó.

Sus lentos pasos se detuvieron en seco al escuchar algo, la puerta de un armario en la pared se movió lentamente y rechinando. Algo se asomó de la oscuridad dentro, se trataba del rostro de una niña solo que no tenía orejas puntiagudas.

Peintiwr se frotó los ojos, no podía creer lo que veía. –¿Una humana? –pensó que hablar en voz alta le aclararía las dudas, pero no fue el caso–. Una alucinación sin duda.

–¿Usted es un reconocido mangaka? –habló la niña humana asomando su cabeza del interior del armario. Su cabello corto era rojizo.

–Así es. –Se acomodó la corbata–. ¿Pero cómo llegaste aquí? ¿No has visto a los inútiles de mi equipo? –Antes de obtener una respuesta el Nacido del Sol bajó la cabeza al suelo y se rascó la frente–. Realmente me hace falta salir, ahora le estoy hablando a una alucinación de mi cabeza.

–Aureola Negra, esa organización a la que pertenece ha cometido un error al traicionar la buena voluntad de nuestros Reyes Soberanos.

Hubo un segundo de silencio. –¿Disculpa? –Agitó su cabeza <No, es solo una imagen de mi mente. No hay nadie ahí>.

Las bisagras de la puerta rechinaron, alertando que esta se abrió por completo y los ojos de Peintiwr, un poco más acostumbrados a la oscuridad, se abrieron llenos de terror. No podía ser verdad lo que veía, aunque cada segundo que lo presenciaba solo se lo confirmaba más.

–A pesar de eso mis benevolentes dioses decidieron perdonarte la vida. Pero soy la General Destronada de la Guerra, necesito satisfacer mis ansias de violencia, así que me di esa libertad. –La niña salió del interior del armario, cuatro alas negras se estiraron detrás de su espalda.

Toda su ropa y rostro estaban manchados de sangre, del interior del armario se generó un charco de sangre que iba creciendo y creciendo y los pedazos mutilados de sus compañeros cayeron. –Aun así mantengamos esto entre nosotros. –Su cuerpo se transformó en una versión adulta de sí misma y de un vórtice negro sacó una gran espada con la que ella atravesó su pecho.

El frio se apoderó del cuerpo inconsciente de Peintiwr al punto en que se despertó, en un principio pensaba que se encontraba afuera de su casa debido a las bajas temperaturas, aunque rápidamente se dio cuenta que ese no era el caso.

Su primera reacción fue llevarse las manos al pecho en donde había recibido el ataque con la espada, pero resultó que no había nada. –¿Qué fue lo que sucedió? ¿Era un sueño? ¿O sigo en uno? –Un humo blanco salió de su boca.

Una helada brisa de viento helado lo obligó a llevar sus manos a los brazos y frotárselos en un inútil intento de obtener calor, se puso de pie y fue que se percató del lugar donde se encontraba. Nunca antes había estado en donde se encontraba ahora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.