14 de Junio del 2012.
Rosas rosadas.
Esa fue la decisión final.
99 rosas rosadas eran las que iba a dar.
Con mucho cuidado, camino con ellas hasta la escuela, siendo observado por cada estudiante y siguiéndolo.
Pero eso no quitaría la gran sonrisa que estiraba sus labios, caminando a paso firme hasta su salón, Baekhyun levantó la mirada a cada uno de sus compañeros, hasta que observó al mayor de entre ellos.
-El agua es limpia así que…
Asintió entusiasmado, dejó su mochila en su butaca y regresó hacia la vacía.
Podía ver algunos garabatos hechos con algo puntiagudo, las marcas de plumones ya no estaban, entre él y sus compañeros se habían encargado de limpiar la mesa.
Tira de la silla, escuchando el chirrido de las patas contra el suelo, se sienta en ella.
Sentía las miradas de todos, pero no le importaba nada.
-Te extraño- Finalmente dijo, abriendo lentamente el envoltorio que protegía a las rosas rosadas- Nunca pude responder a tu carta, y eso es…- Su voz se quebró y simplemente tragó saliva. Toma algunas de las rosas y lentamente las va acomodando en el florero- Soy un cobarde, y ambos lo sabemos- Toma otras pocas más- Negando algo bastante obvio y espero que algún día me perdones- Mira atentamente las rosas y las acomoda- Siempre decías que nosotros...- Trago saliva porque sabía lo que estaba apunto de decir- Terminaríamos juntos hasta la muerte, porque creías en un amor eterno, y cariño…- Muerde su labio inferior- Perdóname por toda mi cobardía- Toma la última rosa- Perdóname por nunca decir te amo cada vez que me lo decías, por no sostener tu mano después de clases y pedirte que nos escondiéramos en mi casa o en la tuya- Coloca la última rosa y las lágrimas bajan por sus mejilla- Perdóname por negarte, por no llorar en todo este tiempo por ti, por no ser suficiente, por cada vez que te golpeaban y no hacer nada.
Escucho las puertas cerrarse de su salón y algunas protestas detrás de ellas.
Sus sollozos silenciosos se volvieron demasiado audibles, el nudo de su garganta por fin salía, después de un mes entero.
-Y ahora cariño, que te he perdido, me arrepiento de todo….-La pequeña risa que salió de sus labios fue más como un chillido- Maldita sea Park, te amo tanto y ahora que no estás, te necesito más que nunca- Y sus lágrimas no paraban, su llanto no se detenía- Te amaré en esta vida y en la siguiente, y la siguiente, y la siguiente, hasta que la última oportunidad se me acabe, te seguiré amando.
No podía más, a pesar de que tenía muchas cosas que decir, su llanto salió, sus lágrimas caían en el pequeño corazón mal formado en la madera, se podía leer un “C+B” y eso empeoró a Baekhyun.
Llevo sus manos hacia su rostro, queriendo cubrirse, porque en este momento, se sentía tan vulnerable, y quería que su gigante lo tomara en brazos, le acariciara la cabeza y besó su frente, susurrando algunos “Todo estará bien, sonríe por mi Baek”, pero el ya no estaba ahí, y los brazos que lo rodeaban no eran de su gigante, el necesitaba a Park Chanyeol en carne y hueso, pero estaba Do Kyungsoo en su lugar.
Baekhyun estaba hiperventilando y sabía que un ataque de ansiedad invadía su cuerpo, porque tras la muerte de Chanyeol, Baekhyun quería morir y llegar hasta él, Baekhyun quería tomar su mano y caminar junto a él sin miedo.
Y cuando lo intentó falló.
Y su psicólogo le indico aquello “Es momento de dejarlo ir, de aceptarlo”
Pero no podía, no podía aceptar la muerte de su novio cuando nunca le dijo un te amo.
No podía aceptar aquello cuando había estado con miedo.
Y por eso, susurró varias veces un te amo en el lugar de Chanyeol, porque no se sentía bien solamente pensarlo mientras miraba el altar que había colocado en su habitación.
Porque la última vez que había visto a Chanyeol sonreír, fue en ese mismo lugar.
Y no le importó si su profesor lo miraba y le decía que se tranquilizara.
Porque el único que lograba que estuviera tranquilo ya no estaba con vida.
Park Chanyeol ya no estaba con vida.
Lo único que quedaba era aquella carta que iba para él, donde cada momento que vivieron, desde la primera vez que se vieron, desde la primera vez que Chanyeol se le confesó, él como Baekhyun estaba tan inseguro por su relación, el primer beso, la primera cita, la primera vez que salió del clóset frente a sus padres y el cómo Chanyeol estaba orgulloso de él. Que lo perdonaba por todo, que cumpliera la promesa que le había hecho.
“Sonríe sin importar que, lo tienes que hacer aunque yo no esté a tu lado.
Te amo, en esta y la siguiente vida, y la siguiente, y la siguiente, hasta que las oportunidades se nos acaben, te seguiré amando.
Eternamente enamorado de ti, Park Chanyeol”