Pandora

Capítulo 26: Revancha

 

Vale, no sé dónde estoy, sólo veo puertas y puertas y más puertas. Por no recordar, no recuerdo ni el piso en el que me encuentro, sé que he usado las escaleras, pero no cuántas veces, y para colmo no hay nadie que me pueda indicar la dirección. Mi orgullo se ha esfumado después de hora y media dando vueltas. Harta de ver pasillos vacíos, decido entrar en una de las habitaciones, me da igual la que sea, para preguntar. La próxima vez que vea a John, le voy a sugerir poner carteles informativos en cada piso con un mapa, como los que había en los centros comerciales que ponía “usted está aquí”. Tras intentarlo cuatro veces doy con una puerta abierta, bien por mí, y entro con una normalidad abrumante, como si estuviera en mi casa, sin llamar siquiera.

 

 Conforme entro, y la puerta se cierra tras de mí, me doy cuenta de que igual no ha sido tan buena idea no llamar antes. La sala es una sala de reuniones, como en la que estuve el día que llegué, pero un poco más pequeña, con gente sentada y una pantalla en la cual hay texto e imágenes proyectadas. Los individuos que hay alrededor de la mesa, me miran desconcertados, son completamente desconocidos para mí; al que sí reconozco es a Kai, que está de pie junto a la pantalla. Es él el que me dedica una mirada llena de confusión. Creo que lo he interrumpido, cosa que me deberían agradecer porque, por mucho que ahora seamos novios, el hecho de que cuando habla se enrolla cual persiana y te duermes, no cambia. Salir sin decir nada iba a quedar raro, pero preguntar sólo me dejaría en ridículo frente a Kai. Socorro, la tensión aumenta porque nadie habla, sólo nos miramos unos a otros, confusos.

 

  • Emmm… – Mal empiezo – ¿Perdón? – La cosa mejora por momentos – Creo que me he equivocado – Bien Ellie, bien.
  • Eso parece – Me contesta uno de los integrantes de la mesa entre risas, es el más joven sin contar a Kai, deben ser más o menos de la misma quinta.  Es asiático, chino tal vez, y bastante mono, todo sea dicho.
  • Me marcho entonces – Pero con la cabeza bien alta, como debe ser.

 

Salgo y puedo escuchar murmullos y risas provenientes del interior de la sala, mira que hay cuartos y plantas en este edificio, y yo voy y doy con donde tiene lugar una reunión, ya es mala suerte. Escucho cómo Kai pega un grito y el silencio vuelve a apoderarse del lugar, qué cotilla soy aquí con la oreja pegada a la puerta, ¿desde cuándo me estoy volviendo tan…normal? Me siento junto a la puerta, en el pasillo, y decido esperar a que termine la reunión y pedirle ayuda, total, para perderme de nuevo mejor me estoy quieta.

 

 Las horas pasan y empiezo a pensar que igual no salen hasta dentro de tres años, después de todo es Kai el que da la charla. Empiezo a adormilarme, a lo tonto no entreno y eso no puede ser, a veces envidio a las palomas por tener un GPS incorporado, igual existe algún tipo de operación para implantarse uno, tengo que informarme. Vale, si no salen en menos de diez minutos me piro, se me está quedando el culo cuadrado de estar en el suelo. Quince minutos después de mi amenaza mental la puerta se abre, si les he dado cinco minutos más de margen es porque es lo que he tardado en levantarme. Van saliendo uno a uno, Kai permanece dentro recogiendo, y yo espero pacientemente para entrar de nuevo.

 

  • Oh, hola – Dice el asiático – ¿Necesitas algo? – Muchas cosas la verdad, pero de momento me conformo con entrar.
  • Hola – Digo mientras me asomo para ver cuánta gente queda dentro – No necesito nada, gracias – Aún hay un par de personas.
  • ¿Estás esperando al General? – Lo miro fijamente, me pregunto a qué viene eso.
  • No creo que eso sea de tu incumbencia – Me queda borde, tajante.
  • Tú debes ser Ellie – Afirma.
  • ¿Cómo sabes quién soy? – ¿Por qué toda la base sabe sobre mí? Me resulta sospechoso.
  • Por Kai, siempre está hablando de la borde de Ellie – Dice sonriente – Soy su mejor amigo ¿sabes?, me lo cuenta todo – Con que borde… me pregunto si pensaba lo mismo mientras me besaba, será capullo.
  • Pues sí, soy Ellie – Estoy un poco molesta – Y sí, estoy esperando a Kai. ¿Qué pasa? – Me da igual que sea su mejor amigo, ha sido un tanto descortés.
  • Encantado de conocerte en persona – Puede que si sean amigos, son igual de raros – Me llamo Víctor – Nadie te ha preguntado.
  • Bien por ti – ¿Debería ser más simpática? Por eso de que es el mejor amigo de mi novio y tal – Ahora si me disculpas tengo cosas importantes que hacer – Ya sólo queda Kai en la sala y es mi oportunidad para preguntarle.
  • Desde luego eres todo un encanto – No lo dice de forma sarcástica, y mira que he sido borde, igual tiene un problema como Amber – Hasta la próxima vez que nos veamos… – ¿Nunca? – Cuñada – ¿Cu qué?




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