El silencio, el silencio - silencio - me dice, mientras mis palabras se han hecho prisionera en mi garganta. Mientras el miedo las intimida y hace de mis pensamientos lo que mande su voluntad.
Podría hacerlo parar y con un grito destruir todo lo que con desgracias ha forjado. ¡Pero es fuerte y yo débilmente existo!
¡¿Donde se encuentra mi voz, dónde mi fortaleza?!
Mis montañas de ilusión las ha derrumbado un frecuente llanto aterrado que solloza con silbidos espantados.
El sonido roto de mi corazón, ha sonado las mismas veces que mi mente se ha perdido en cansancio de imaginar una salida de este laberinto sin rastro.
Un cigarrillo y un reloj. El primero se disipa al igual que el tiempo que prolonga el final de mis días ahora cansados.
¡¿Dónde se encuentra mi verdad, dónde el sentido que mueva esta agota voluntad que con dificultad se inspira?!
¡¿Quién podría ayudarme?! porque ahora mismo estoy flaqueando en el limbo, naufragio en un mar metido en un vaso que está pronto a quebrarse.