La tarde ha sido dura, demasiado trabajo. Al fin el día ha comenzado a caer, marcando el final de un día laboral. Ella zapatea mientras espera que el ascensor llegue, sabe que se ha retrasado demasiado.
Mientras tanto en su oficina alguien la espera.
Ese alguien hace girar el pesado y frío metal del arma en su mano. La puerta se abre. Sabe quién es. El ambiente se llena de tanta tención que fácilmente podría ser cortado con ña punta de un cuchillo. Se llena de remordimiento y pena. Se da cuenta que el momento ha llegado. Tiene que hacerlo.
Él sabe que no puede hacer nada.
Un día que comenzó como cualquier otro, quedará marcado como tatuaje, fácil de cubrir pero difícil de borrar.
Un par de ojos asustados lo observan mientras esos labios que tanto ama y que tantas veces se ha perdido en ellos esbozan una sonrisa.
Ella lo reconoce ¡Como no hacerlo! Una sonrisa de oreja a oreja aparece. Entonces se da cuenta del arma en su mano, misma que está apuntada en su dirección. La sonrisa es reemplazada por temor puro.
-¿Qué es esto? -Pregunta la chica asustada y con la voz en un hilo. El dolor en la mirada de él, le delata. Sabía que no debía jugar con fuego porque se podría quemar. Su trabajo implicaba riesgos y tener a alguien en su vida es un lujo que no podía permitirse. Sería el pago por una venganza hacia él.
>>Soy egoísta, lo sé pero no puedo dejarla ir, es la luz que ilumina mi oscuro camino<< piensa con el corazón lleno de una emoción tan grande que no le cabe en el pecho y a la vez se le hace pedacitos el alma. La ama pero ésta noche será distinta a las otras.
Él lo sabe muy bien.
-¡Lo siento, no soy quien tú piensas! Esto es lo que soy... Me pagan por... -deja la frase a la mitad ya que terminarla le mataría aún más.
-Te amo ¡No lo hagas! -le suplica con la voz quebrada y él solo niega mientras sus ojos se llenan de lágrimas. Dispara. El arma llenando el lugar con ese sonido espantoso y ensordecedor y algo peor, los gritos de ella.
Asustada se observa. Espera encontrar sangre pero no la hay ¿Habrá muerto ya? Se pregunta un tanto melancólica. Entonces en la distancia escucha algo pesado caer al suelo.
Lo mira. Un tipo vestido de negro está ahí tirado sin vida. Asustada Regresa la mirada a él, quien aún está parado en el mismo sitio. Tampoco ha despegado la mirada de ella. Él sabe que con solo esa mirada asustada que ella le dirige, fácilmente podría ponerlo de rodillas.
-¿Qué está pasando? -Pregunta ella al borde del llanto, tiembla siendo presa de la desesperación.
-¡Nunca te haría daño! Pero necesitaba que él pensara que sí, así sería yo el que disparara y no él a ti -lo dice tan rápido que ella no sabe cómo responder o reaccionar.
-Es por ti... -Continua hablando mientras se acerca peligrosamente a ella. -no, gracias a ti comencé a soñar despierto con una vida mejor y... a planear un nuevo y mejor comienzo juntos. La vida que llevo, bueno ¡Ésta no es vida! -Escucharlo decir esas palabras le hace sentirse mal por la vida que le ha tocado llevar. Las decisiones que tomó en su momento tampoco fueron las correctas.
Aunque no está dispuesta a dejarle pasar todo sin una explicación, eso va a tomar su tiempo pero... no puede alejarlo de su vida, ya han pasado por mucho y ciertamente luego de esto sería una total locura.
-Yo estoy marcado tomé ese lápiz y escribí mi destino cuando tiré esa primera vez del gatillo y una vida acabó por mi culpa ¡Por mis manos lo entiendes! -Sonríe tristemente y se acerca a darle un beso, ella lo recibe pero siente en el algo terrible, muy parecido a despedida y tan frío como la muerte.
Sin más corren hacia el ascensor pero no consiguen llegar a ningún lado ya que la detiene para darle un apasionado beso. Justo en ese momento varios disparos se abren paso en su dirección. Su instinto le hace colocarse frente a ella para protegerla.
Ella grita en cuanto la realidad se abre paso.
1...3...5... perdió la cuenta de cuántos disparos fueron.
No sabe cuánto tiempo ha pasado...
Todo está tan silencioso, salvo por la respiración entrecortada de él... Trata de moverlo pero él se queja de dolor y ella comienza a temer por su vida.
-Si esto... No es amor... -se detiene para tomar aliento. -No sé lo que será S-solo te pido que... -Respira y cuenta hasta diez en un intento por contener el quejido doloroso que está abriéndose paso por su cuerpo. Ella le sostiene la mirada e intenta decir algo pero justo en ese momento algo frío le recorre el cuerpo y un dolor tan espantoso le hace contener el aliento poco le hizo falta para gritar de dolor, le tomó todo de si permanecer calmada.
-¡Te amo! -Le dice y sonríe. -No me arrepiento de haberte conocido -Con eso último sus ojos se van a apagando y con ellos el último rayo de luz desaparece.
~ ~ * * ~ ~
-¡Señor aquí están!-Grita el enfermero al encontrarlos en el ascensor. Toca sus cuellos, al no sentir pulso en uno de ellos acerca su mano y cierra los ojos.
Guarda un minuto de silencio.
-¡cual es el estado de ellos!- pregunta el otro acompañante.
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Editado: 07.06.2020